Patinetes eléctricos

Los riesgos de las baterías
y cómo evitarlos

Textos: Guillem Sánchez
Infografías: Alex R. Fischer
Imágenes: Ferran Nadeu

El patinete eléctrico se ha convertido en un vehículo económico y sin tubo de escape clave para la movilidad sostenible de la ciudad. La caricatura tiende a representarlo bajo los pies de un joven irresponsable que invade aceras. Pero la realidad es que es un medio al que recurren muchos ciudadanos, entre ellos mujeres o personas de capas sociales bajas, para desplazarse.

La mala noticia es que entraña riesgo de incendio.

Un problema global

La fuente de energía de los patinetes eléctricos, las baterías de litio, provocaron 24 incendios en Catalunya a lo largo de 2022 que fueron sofocados por los Bombers de la Generalitat. En 2021 fueron 21 y en 2020, 16. Es un fenómeno global: en Nueva York, los bomberos han cifrado los siniestros vinculados a patinetes eléctricos en más de 130 casos, algunos fuegos de mucha gravedad.

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Baterías en combustión

Los Bombers de Barcelona, como los de la Generalitat, advierten de que las baterías de litio que mueven los patinetes eléctricos pueden acabar generando incendios de difícil extinción. Sebastià Massagué, jefe del cuerpo de emergencias municipal, asegura que suponen un peligro porque el humo que emanan es tóxico y porque el fuego de una batería es muy persistente.

El vídeo que se muestra a continuación recoge el incendio de un patinete que se produjo hace pocos días en un vagón de Ferrocarrils de la Generalitat. En las imágenes se aprecia con claridad cómo una batería que se enciende puede llenar de humo el habitáculo en muy pocos minutos, lo que supone una grave amenaza para los pasajeros. Por ese motivo, la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) ha prohibido el acceso de pasajeros al tren portando patinetes.

Londres también prohibió la entrada de los patinetes eléctricos en el tren suburbano hace un año tras dos incendios. Uno de ellos lo recogieron las redes sociales, como se ve bajo estas líneas.

Riesgo en los bicitaxis

Las baterías de los patinetes eléctricos no son distintas a las que usan las motos eléctricas de alquiler, los coches eléctricos o los bicitaxis, ya prohibidos en Barcelona. En agosto de 2020, tres personas de nacionalidad pakistaní fallecieron en un virulento incendio declarado de madrugada en un piso patera de la Barcelona que comenzó por una sobrecarga de las baterías de los bicitaxis que conducían durante el día.

¿Cómo es la batería de litio de un patinete eléctrico?

Una batería de litio es una acumulación de celdas, una unión de pilas normales, conectadas en serie. Constan de dos electrodos, el cátodo y el ánodo, y del electrolito, que cierra el circuito y que hace que la batería vaya liberando energía.

¿Por qué arden los patinetes eléctricos?

Lluís Mendos, responsable de Salvament de Trànsit i Assistències Tècniques de la Divisió d’Operacions de Bombers de la Generalitat explica que cuando una batería ha recibido un impacto, o ha sufrido una perforación, o una sobrecarga, aumenta exponencialmente el riesgo de que los líquidos que componen cada una de las celdas se mezclen y se desencadene una reacción química que genera la combustión.

El riesgo del trucaje

Sebastia Massagué, que lidera una comisión de expertos en prevención que aúna técnicos de Barcelona, explica que cuando los patinetes se trucan –lo que significa que se altera su mecánica para correr más, como explican diversos tutoriales disponibles en Youtube– se incrementa el riesgo de sobrecarga de las baterías. Ocurre en el mismo sentido cuando se usa un cargador que no es el previsto por el fabricante. Si se aumenta la demanda de energía para correr más, o el suministro de energía para recargar en menos tiempo, se dispara el peligro de incendio.

¿Cómo se apaga un fuego en la batería de un patinete eléctrico?

Se trata de un proceso que no requiere de oxígeno y que es muy complicado de apagar porque, al tratarse de celdas protegidas casi herméticamente, al agua que usan los bomberos para sofocarlo le cuesta mucho penetrar. En realidad, aclara Mendo, el proceso químico no se detiene y los bomberos lo que hacen con el agua es enfriar las celdas ubicadas junto a la que ha entrado en combustión para evitar que se expanda.

Sebastià Massagué aclara que por ese motivo sumergen las baterías dentro de cubos de agua, una maniobra no siempre sencilla cuando la batería ya está ardiendo en un patinete.

Inmersión

Por este motivo, un ciudadano puede caer en el error de dar por extinguida la llama de una batería tras sofocarla con un extintor o con un cubo de agua. Que desaparezca aparentemente la combustión no significa que esté apagada y lo más posible es que se reproduzca transcurrido un tiempo, que puede ser largo. La única manera de apagar una batería es por inmersión, introducirla en un recipiente de agua que la cubra por completo. Los bomberos de Barcelona han adquirido un vehículo que incorpora un contenedor de grandes dimensiones lleno de agua para poder introducir en su interior, y cubrir por completo, coches eléctricos que se incendien.

Consejos

No alterar la mecánica original del vehículo. Trucar el patinete para que corra más dispara el riesgo de que la batería entre en combustión. Deben seguirse las instrucciones de uso del fabricante.

Usar cargadores más potentes que recargan las baterías en menos tiempo que el cargador que ha indicado el fabricante también multiplica el peligro de que estas se sobrecalienten y generen un fuego.

La mayoría de usuarios ponen a recargar las baterías de los patinetes durante la noche, mientras duermen. Es preferible hacerlo durante el día y no perder de vista la batería cuando está conectada a la red eléctrica.

El patinete debe recargarse en galerías, balcones o lugares con ventanas abiertas al exterior. Debe evitarse recargarlo junto a la puerta principal del domicilio porque podría obstaculizar una salida de emergencia.

Ante cualquier funcionamiento anómalo de una batería, sobre todo después de que haya recibido un impacto, debe extremarse la precaución y acudir al fabricante del patinete para que la revise.

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos:
Guillem Sánchez
Infografías:
Alex R. Fischer
Imágenes:
Ferran Nadeu
Coordinación:
Rafa Julve y Ricard Gràcia