Fútbol sala y baloncesto

La élite del deporte femenino topa con la falta de pabellones libres en Barcelona

PRECEDENTE | La precariedad de la élite del básquet femenino en Barcelona: “Si fueran hombres, estaría resuelto”

SOLUCIÓN | El CFS Eixample femenino entrenará en el pabellón del INEFC Barcelona

Las jugadoras del primer equipo femenino de Les Corts UBAE, en una pista descubierta y de cemento donde se entrena para el debut en la primera división de fútbol sala.

Las jugadoras del primer equipo femenino de Les Corts UBAE, en una pista descubierta y de cemento donde se entrena para el debut en la primera división de fútbol sala. / JORDI OTIX

Jordi Ribalaygue

Jordi Ribalaygue

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Barcelona acusa una reiterada incapacidad para alojar a los equipos femeninos de barrio que, pese a escalar a la cima, hallan obstáculos para competir en condiciones dignas. Los problemas que tres clubes de la ciudad han revelado en poco más de un año de margen contrastan con las proclamas a favor de la equidad en el deporte, propulsadas a raíz del ‘caso Rubiales’.  

Hasta 18 portazos recibieron las jugadoras del Fútbol Sala Eixample, de la segunda división nacional, uno por cada pabellón del Ayuntamiento que les negó cobijo hace poco más de un año; estaban todos repletos, en su mayoría por conjuntos masculinos de menor nivel. El Lima Horta, de la liga de plata del baloncesto femenino, sigue subsistiendo en canchas inadecuadas para los requisitos exigidos en la cumbre. A parecido trance se enfrentan ahora las jugadoras de Les Corts UBAE, acabadas de ascender a la primera categoría de fútbol sala. 

Pese a ser las máximas exponentes de la disciplina en Catalunya, peregrinan a lo largo de la semana para ir dando con resquicios en complejos deportivos en los que prepararse antes de debutar en la élite, el próximo fin de semana. La falta de un lugar fijo condena a las futbolistas a recorrer tres instalaciones durante la semana. Una es municipal, donde ocupan una pista descubierta de cemento. Es la misma en que aprendieron las niñas del club que ahora, ya mujeres, vertebran una plantilla sin oportunidad de pelotear siempre sobre parqué. 

“Eso que se dice de que se juega como se entrena se ve mucho en nuestro caso”, analiza la capitana de Les Corts UBAE, Sílvia Oller Castellnou. “Una pista de cemento desgasta mucho y, según el tiempo que haga, perjudica. Nos la hemos encontrado que no era apta para entrenar porque había llovido mucho o estaba llena de charcos. Y la pretemporada ha sido terrible: el suelo quemaba”, atestigua. 

Las sesiones también rotan por un polideportivo anticuado de la Universitat de Barcelona y otro de la UPC, donde disputarán los partidos sin una gradería acorde al campeonato. Ahí solo ensayarán una vez antes de los encuentros, apretujadas en tan solo un tercio de cancha para ponerse a punto. 

Entrenamiento del primer equipo femenino de Les Corts UBAE, recién ascendido a primera división de fútbol sala.

Entrenamiento del primer equipo femenino de Les Corts UBAE, recién ascendido a primera división de fútbol sala. / JORDI OTIX

“Es triste -lamenta Oller-. Cuando se alcanza el objetivo de la máxima categoría, se espera que estar arriba tenga recompensa o, al menos, poder competir en igualdad de condiciones con las rivales, que tienen un gran nivel”. “¿Cómo competiremos en primera con solo una hora de entrenamiento en un tercio de la pista donde jugaremos? Tenemos un problema”, corrobora Miquel Escalona, directivo de la entidad. 

En manos del distrito

El club contactó con el distrito de Les Corts tras el ascenso. “Nos pusimos en sus manos, pero no nos puede ofrecer un espacio. Estamos en un distrito con déficit de instalaciones”, observa Escalona. Sugiere que la entidad estaría dispuesta a desplazarse fuera de Les Corts si le ofrecieran techo para ejercitarse. No obstante, no ha prosperado esa opción ni ninguna otra por el momento. 

La necesidad fuerza a recortar una hora de la preparación de las categorías inferiores para que el sénior femenino emplee uno de los recintos en los que va turnándose. “No debería ser así, porque somos un club de base, con ocho jugadoras del primer equipo que salieron de ahí. Tenemos a 600 niños y niñas en el fútbol sala, y hemos multiplicado por tres el número de niñas en los últimos años”, subraya Escalona.

El Ayuntamiento contesta que trata de “encajar las necesidades que han expresado los diferentes clubes de la zona”. No se desprende pues que las jugadoras de Les Corts UBAE merezcan prioridad, aun habiéndose encaramado a la cúspide y, en consecuencia, sean referentes para las menores que desean ser futbolistas. El consistorio añade que se están ajustando horarios para atender demandas en el pabellón provisional Bederrida.

ERC ha instado al gobierno del alcalde Jaume Collboni a que informe este mes de todas las instalaciones aptas en la ciudad para la escuadra de fútbol sala. El concejal republicano Jordi Castellana afirma que Barcelona acumula nuevos pabellones que resultan incompatibles con “los requerimientos exigentes que las federaciones marcan en las competiciones de élite”. “Acaba afectando al deporte femenino, en un momento en que se comienzan a revertir desigualdades. Hay situaciones en que las jugadoras operan en condiciones surrealistas”, opina. 

Un problema “unisex”

En cualquier caso, responsables de los clubes afectados descartan que las penurias sean reflejo de un menosprecio al deporte femenino. “Quiero pensar que, en nuestro deporte, le pasaría lo mismo a un equipo de chicos en Barcelona”, responde Escalona, quien advierte que resulta “complicado y muy caro” sostener a un club en la capital: “El alquiler de cada partido nos cuesta 140 euros. Sumando las sesiones de entreno, pagamos unos 300 euros por semana. El deporte tiene un peaje en Barcelona pero, ni aun pagando, se puede tener una instalación adecuada”.

La plantilla de Les Corts UBAE, durante un entrenamiento en una pista descubierta de cemento.

La plantilla de Les Corts UBAE, durante un entrenamiento en una pista descubierta de cemento. / JORDI OTIX

“No es solo un problema femenino, sino unisex”, comparte Jordi Faus, presidente del Lima Horta, precariamente afincado en la élite del básquet. “En Barcelona, existe un modelo de gestión y distribución de espacios agotado -piensa-. Cada vez hay más equipos y deportistas, chicas y chicos, que alcanzan las categorías más altas y que se les debe dar respuesta. Se puede hacer más con el parque de equipamientos deportivos municipales para solventar nuestros problemas. Y una vez se solucione, serán necesarias nuevas instalaciones, también para equipos femeninos que compiten en categorías estatales”.

El vestuario de Les Corts UBAE siente que parte en desventaja. “Quizá un equipo masculino podría partir del mismo punto que nosotras y, a la primera queja, ya tendría solución”, cree Oller. En plena efervescencia del deporte femenino, la plantilla reclama atención y que los eslóganes por la igualdad se acrediten con hechos. “Se nos exigirá el máximo aunque durante la semana no podamos entrenar en condiciones. Lucharemos todos los partidos, pero necesitamos mejoras”, urge la capitana.

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