Desigualdad en el deporte

La precariedad de la élite del básquet femenino en Barcelona: “Si fueran hombres, estaría resuelto”

El equipo de más categoría de la ciudad, el Lima Horta, se entrena y juega en pistas que no reúnen las condiciones exigidas e insta al ayuntamiento a despejar la amenaza de una sanción al club, incluido el descenso

Entreno del Club Lima Horta en las instalaciones donde entrena y juega

Entreno del Club Lima Horta en las instalaciones donde entrena y juega / ALVARO MONGE

Jordi Ribalaygue

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Las mejores jugadoras de baloncesto en Barcelona deben pensárselo dos veces antes de lanzar un triple. “Tenemos que llevar mucho cuidado desde dónde tiramos en la carpa en que entrenamos. Hay que calcular bien el tiro porque, si no, la pelota toca en el techo”, explica Vanesa Verbo, capitana del Lima Horta Barcelona, encuadrado en la Liga Challenge, equivalente a la segunda división nacional. El Barça, asociado con el Santfeliuenc, se desplaza a Sant Feliu de Llobregat para disputar el campeonato de primera, así que no existe ningún conjunto en la capital catalana tan aventajado como el Lima. Pese a encadenar ocho temporadas sin descender, los méritos no le han bastado para escapar de unas canchas deficientes que, además, transgreden los requisitos para mantenerse en la cumbre. 

“Es impensable que pasara lo mismo con un equipo masculino del mismo nivel. Si fueran hombres, estaría resuelto”, piensa el presidente del Lima, Jordi Faus. Las insuficiencias lastran tanto el recinto donde la plantilla se ejercita tres días a la semana -un entoldado en el Velódromo de Horta- como el pabellón en que se prepara el día antes de los encuentros y se enfrenta a los rivales, dentro de la escuela Virolai, en el Carmel. “Nuestros equipos femeninos y masculinos están repartidos en cuatro instalaciones, dos municipales y dos privadas. Ninguna se ajusta a los requisitos de la Liga Challenge. Y estamos en el pabellón de una escuela concertada privada por el déficit de equipamientos municipales”, señala el directivo.

Las dificultades del Lima Horta recuerdan las desventuras de otra potente escuadra femenina, el Fútbol Sala Eixample. Meses atrás, se vio obligado a recorrer Barcelona para tratar de localizar un cobijo acorde a las exigencias de la división de plata y poner fin a un peregrinaje grotesco, que obligaba a las futbolistas a alternar cuatro pistas durante la semana, nunca en el distrito que da nombre a la entidad. Acabaron acogidas en el pabellón del Instituto Nacional de Educación Física de Catalunya, en Montjuïc, tras topar con la negativa de 18 polideportivos públicos ya repletos. En buena medida, los llenaban equipos masculinos de menos categoría. 

Falta “evidente” de pabellones

“Sería necesario estudiar quiénes ocupan esas instalaciones y cómo se distribuyen los horarios. No pedimos favorecer a unos en detrimento de otros, pero hay equipos y deportistas que alcanzan hitos a tener en cuenta”, postula Faus. A falta de proyecto para construir un pabellón en Horta-Guinardó, el Lima reclama al Ayuntamiento de Barcelona que facilite al menos el traslado de la entidad a un espacio adecuado. “Existen alternativas en la ciudad para que nuestro primer equipo femenino pueda entrenar y jugar en condiciones”, defiende el presidente. 

Entreno del Club Lima Horta en las instalaciones donde entrena y juega

Entreno del Club Lima Horta en las instalaciones donde entrena y juega / ALVARO MONGE

El concejal de Deportes, David Escudé, admite que existe un “problema evidente” en Barcelona por el número exiguo de instalaciones “en comparación con la práctica deportiva” que se da en la ciudad. Para Escudé, la escasez afecta por igual a conjuntos femeninos y masculinos de todas las modalidades.

En cuanto a si se busca una ubicación adecuada para las jugadoras del Lima Horta, el consistorio elude la respuesta y se limita a decir a EL PERIÓDICO que “es complicado cumplir los requisitos” de la Federación de Baloncesto, a los que no se ciñe el recinto de juego al servicio del club. “No son compatibles con la práctica de otros deportes y con la polivalencia de los pabellones de la ciudad”, apostilla.

ERC ha interpelado al gobierno local por el caso de la entidad. "El ayuntamiento da medallas de oro a Alexia Putellas y Laia Palau, pero no es capaz de encontrar un equipamiento para un equipo femenino de segunda división que debe ir con una mano delante y otra detrás", reprocha la concejala republicana Elisenda Alamany. Escudé señala que el club ha recibido una subvención de 70.000 euros y que se tramitan adquisiciones de material para adaptarse a algunos de los requerimientos federativos. 

Riesgo de caídas

Verbo deshoja los lamentos de las deportistas del Lima. “Donde entrenamos, si pisas en la esquina puedes tocar la pared, porque casi no hay espacio. Y, hace unos días, no pudimos entrenar, porque la pista resbalaba por la humedad. Era horrible. Aparte, no tiene las medidas reglamentarias. El campo de cualquier otro equipo de nuestra categoría nos parece enorme, porque no entrenamos en las mismas condiciones”, constata la capitana.

“La cancha donde jugamos casi no la pisamos -prosigue Verbo-. Cuando hay partido, muchas veces no tenemos la pista libre una hora antes de empezar para calentar en condiciones. Los equipos contrarios suele llegar una hora y media antes, que es a lo que están acostumbrados. Nosotras ya lo sabemos y nos preparamos quizá 20 minutos antes de comenzar". La capitana no concibe que una anomalía idéntica se prolongara tanto tiempo en el supuesto que una plantilla masculina de élite la padeciera. "Hubiese cambiado hace mucho, por supuesto”, opina.  

La amenaza del descenso

Faus teme las consecuencias de una inspección de la Federación Española de Baloncesto. El club se expone a ser amonestado porque la pista donde compite no reúne todas las prescripciones para “impulsar la competición y equipararla con la masculina”, reseña el presidente. “El pavimento no cumple lo que se exige; nos piden al menos 800 localidades pero tenemos entre 200 y 300; los cronómetros de 24 segundos deben estar colgados por encima del tablero, pero están en el suelo, y las canastas están colgadas, cuando tienen que ser de pie”, enumera. 

Entreno del Club Lima Horta en las instalaciones donde entrena y juega

Entreno del Club Lima Horta en las instalaciones donde entrena y juega / ALVARO MONGE

El directivo asegura que la federación frenó toda indagación el año pasado a raíz de una carta del consistorio, en que rogaba una excepción durante una temporada “mientras se buscase una solución a medio plazo”, añade. “Las obligaciones han aumentado y no nos consta que el ayuntamiento haya presentado la solicitud de nuevo”, declara Faus.

De abrirse un expediente, el Lima puede enfrentarse a una sanción económica. En caso de que las infracciones perduraran sin corregirse, el siguiente correctivo sería una prohibición expresa a la institución de seguir en el mismo pabellón. En el peor de los casos, podría culminar con un descenso administrativo de categoría, advierte el presidente. “Mientras la federación no apriete el botón rojo, vamos ganando tiempo, pero sin que se busque una solución. Es incoherente querer potenciar el deporte femenino y acomodarse a compromisos que no se cumplen”, remacha.

La precariedad que el Lima sobrelleva ha disuadido a alguna que otra jugadora a incorporarse al club. “Condiciona mucho no entrenar en una pista con dimensiones normales -sostiene Verbo-. Obtenemos buenos resultados y esperamos un cambio cada año, pero seguimos igual, sin poder entrenar en una cancha donde las rodillas no sufran porque el suelo tiene bultos y la pelota no bota bien. Es frustrante”.

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