Historias de Barcelona (IX)

La misteriosa "huella del diablo" en la iglesia del Pi de Barcelona

En el campanario de la basílica del Pi, una de las joyas del gótico catalán, hay un escalón con una historia diabólica. Según la leyenda, aquí dejó su huella el mismísimo demonio.

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Historias de barcelona _ Destacado Multimedia _ Iglesia del Pi campanario

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David Martínez Herrada (@Historiesdebcn)

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La iglesia de Santa Maria del Pi puede presumir de una de las mejores vistas de Ciutat Vella. No en vano, su campanario de 54 metros es el más alto de la Barcelona antigua. Sin embargo, esta torre alberga una oscura leyenda. Entre los 266 peldaños de la estrecha escalera de caracol que conduce a la cubierta, hay un escalón diabólico donde, según la tradición, el demonio dejó su impronta.

Campanar gótico de la iglesia de Santa Maria del Pi en Ciutat Vella

Campanar gótico de la iglesia de Santa Maria del Pi en Ciutat Vella / MANU MITRU

El campanario del Pi es una joya del gótico catalán, cuya construcción se remonta a 1379, cuando el rey Pere el Cerimoniós realizó un generoso donativo para empezar las obras. Pero, ya se sabe, las cosas de palacio van despacio. El monarca falleció sin hacer efectivo el pago y tuvo que ser su hijo Martí l’Humà quien se rascara el bolsillo, añadiendo una propina de su parte.

Cuenta una leyenda que al maestro de obras del Pi se le apareció el demonio Malphas, que le ofreció su ayuda para erigir el campanario más alto de Barcelona. A cambio, el constructor debía entregarle su alma cuando llegase a los cien escalones. El hombre selló el trato con el diablo y pudo levantar una magnífica torre. Pero cuando la construcción llegó a la altura del escalón número 99, el pícaro maestro de obras aparcó las obras del campanario para dedicarse a otros trabajos del templo. Primero la sacristía, luego la rectoría y así hasta que murió de viejo, sin cumplir con su parte del trato.

La huella del diablo según la leyenda de la iglesia de Santa Maria del Pi

La huella del diablo según la leyenda de la iglesia de Santa Maria del Pi / MANU MITRU

Le sucedió un nuevo maestro de obras que, libre del contrato demoníaco, pudo terminar el campanario. El diablo, al verse burlado, pateó con ira el escalón 100, dejando allí su huella. Existen, de hecho, dos versiones. La primera cuenta que la pezuña del maligno quedó impresa en el peldaño, hasta que fue tapada por el rector, tal y como delata un pegote de cemento. Según otra versión, la patada del diablo partió el escalón, una fractura todavía visible.

Según la leyenda, este es el escalón que rompió del diablo

Según la leyenda, este es el escalón que rompió del diablo / MANU MITRU

Explica Jordi Sacases, archivero y conservador de Santa Maria del Pi, que esta era una leyenda recurrente en la Europa medieval, con diferentes versiones. Sin ir más lejos, la encontramos también en el Pont del Diable de Martorell. La ayuda del diablo, siempre superado por la astucia humana, permitía justificar las obras más colosales. Especialmente, en el caso de las grandes torres, construcciones que reflejaban el anhelo de los hombres por acercarse a Dios.

En cualquier caso, más allá de acercarse al cielo, parece que la construcción del campanario del Pi también respondió a cuestiones más terrenales. Hoy en día los historiadores creen que fue concebido para hacer funciones de vigía y defensa, dado su carácter exento y su proximidad a la muralla de la Rambla. Ello también explicaría el interés de los monarcas en su construcción.

Vistas de Barcelona desdel campanar de la iglesia de Santa Maria del Pi

Vistas de Barcelona desdel campanar de la iglesia de Santa Maria del Pi / MANU MITRU

Terminado a principios del siglo XVI, su extraordinaria altura permitía controlar todo el llano de Barcelona. De hecho, el torreón tuvo un papel activo en las guerras dels Segadors y de Sucesión. En la Guerra Civil, durante los Fets de Maig, sirvió de atalaya para los francotiradores. Ahora, en tiempos de paz, es un mirador privilegiado de la ciudad antigua.

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