Cañas sin fronteras

Barcelona promoverá la cerveza local como atractivo turístico

El consumo de cerveza artesana va al alza en España

La mejor cerveza de España es catalana

Esta cerveza son 3 eurazos y 20 minutitos, por Miqui Otero

Una de las cervezas que se degustaron en el último Barcelona Beer Festival, en mayo.

Una de las cervezas que se degustaron en el último Barcelona Beer Festival, en mayo. / BBF

Patricia Castán

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Las jarras de más de medio litro que empuñan muchos turistas en la Rambla dan fe de que las cervezas forman parte del ritual vacacional del visitante, hasta el punto de pagarlo allí a precio de oro. Pero más allá de la impactante visión del consumo XXL en una ciudad mediterránea dominada por las cañas y las copas, su consumo es tan destacado entre los viajeros --y no hablamos de despedidas de soltero, sino de acompañamiento gastronómico más habitual aún que el vino-- que Barcelona ha decidido sacarle partido como atractivo turístico, centrado en la producción local como valor añadido. Turismo de Barcelona ha sumado entre sus aliados al Beer Events (organizador del gran festival de cerveza artesanal) y a algunas de las principales cerveceras de gran consumo, con sedes visitables en la ciudad que permitan adentrarse en su cultura. De hecho, Catalunya es el primer productor de artesanal en España (23%), mientras que casi una cuarta parte del total de cervezas que se sirven en la hostería se las beben los turistas.

Así que las rondas de rubias, tostadas o negras siempre han formado parte del hábito de consumo del viajero, sin que se hubiera sacado partida a su promoción ligándola a la producción local y a un consumo responsable. Ahora, el objetivo doble es "promocionar producto de calidad y abrir la mirada sobre la repercusion del turismo más allá de aquellos sectores considerados tradicionalmente como turísticos, siguiendo la lógica de la economía del visitante", señala Eduard Torres, presidente del consorcio.

Rondas fuera de casa

Tras la pandemia, que alteró forzosamente los hábitos de consumo, el año pasado se comenzaron a recuperar los habituales escenarios. Los volúmenes en la hostelería crecieron un 32% hasta representar el 60% (antes del covid suponía un 70%). Y hasta una cuarta parte de esa cerveza se la llevaron a la boca los visitantes. Incluso las ventas en hoteles superaron por la mínima al canal de alimentación. La vinculación con la gastronomía quedó demostrada por el hecho de que en nueve de cada ocasiones el consumo se asoció a comer algo, según datos estatales de Cerveceros de España. Y no hay que olvidar que se trata del segundo país en producción de Europa, solo por detrás de Alemania. No obstante, aunque la producción y consumo de la artesanales va al alza, las empresas más pequeñas de segmento sufrieron duramente la crisis sanitaria, con algunos cierres.

Ambiente en la última edición del Barcelona Beer Festival.

Ambiente en la última edición del Barcelona Beer Festival. / BBF

Con los datos a favor, Turismo de Barcelona, en el marco de diversificar la actividad turística ha apostado por introducir la cerveza en el relato local. Haciendo hincapié en la artesanal, ya que la ciudad tiene gran tradición y actualmente cuenta con una quincena de pequeños productores, en la mayoría de cuyas sedes se pueden probar las variedades y hacer visitas guiadas. Como aliados tienen a restaurantes que promueven el producto de proximidad y han introducido con fuerza esta bebida en sus cartas. Además, en el conjunto de la provincia ya son 52 las cerveceras, con una media de 15 elaboraciones cada una, que pueden dar mucho juego en cuanto a rutas, visitas y actividades más allá de la capital catalana.

Para Mikel Rius, director de Beer Events --que ha firmado un acuerdo con el consorcio para colaborar en la difusión, proyección y posicionamiento de esta bebida artesana dentro del segmento de la gastronomía "generando contenidos" y pedagogía al respecto--, eventos como el Barcelona Beer Festival, con más de un 15% de visitantes foráneos ya dan cuenta de las pasiones que genera la actividad. Explica a este diario que algunas nacionalidades en particular, como los estadounidenses, con gran cultura cervecera y tradición de pequeños elaboradores, conectan enseguida con su consumo en Barcelona. Y el precio resulta también asequible en comparación con su país.

Idiomas y más oferta de horarios

"La cerveza mueve a mucha gente y aún no teníamos conciencia de ello porque se suele hablar solo de enoturismo", señala. En este sentido, asegura que los productores se están volcando a dar a conocer el valor añadido de sus cervezas y multiplicar las catas guiadas. Deben hacer un esfuerzo en cuanto a idiomas y horarios, por ejemplo, para atender la nueva demanda. La acción con Turismo de Barcelona incentiva las degustaciones y el conocimiento. Otra vía de crecimiento de este segmento, subraya, han sido los 'expats', tanto por su rodaje previo (en muchos países europeos es una tendencia pujante) como por su capacidad adquisitiva, ya que siempre resulta algo más cara que la cerveza fabricada para gran consumo.

De hecho, la entidad de promoción del turismo también ha incorporado individualmente como miembros a Barna Brew, Espiga, o BierCab-Craft Beer Barcelona, entre las artesanas, además de alinear a supermarcas como Damm y Moritz.

Las actividades que pueden reservar los viajeros van de catas con pequeños productores artesanales a visitas guiadas a sedes de las principales marcas, o talleres de tirar cañas

La web de Turismo de la ciudad, que coloca a la Gastronomía y vinos en lugar relevante de su portada, ya ha dado una entrada propia a la opción Barcelona, una ciudad de cultura cervecera. Desde allí, propone reservas en diversos apartados: espacios donde tomar "una buena cerveza", "experiencias cerveceras que no querrás perderte" y agenda de eventos. De una cata en Barna Brew, en Espiga Craft Beer Sagrada Família o de Moritz en el Bar Velódromo, a una visita guiada a la antigua fábrica Damm, pasando por talleres sobre cómo tirar una buena caña.

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