El 20% de los incendios anuales de Collserola se registran durante la semana de Sant Joan

La hemeroteca está llena de noticias sobre conatos de incendio en Collserola durante los días previos y posteriores a la verbena de Sant Joan. A pesar de que la lógica es aplastante, no digamos ya la normativa, todavía son legión las personas que deciden subir a las laderas del parque natural para lanzar petardos y cohetes. O lo que es peor: encender hogueras. Pensarán que hay mucho espacio, que no hay gente, que así no molestan a nadie. Y quizás tengan razón en lo de buscar un lugar apartado, pero los datos dejan claro que usar material pirotécnico en una zona forestal no es una buena idea: la semana de Sant Joan concentra el 20% de todos los incendios que se registran a lo largo del año en Collserola.

Este diario ya les contó en mayo que el parque natural de Collserola registra un incendio cada 10 días, Desde enero de 2011 hasta diciembre de 2022, en el pulmón de Barcelona se han producido un total de 445 incendios. La parte buena, o la menos mala, es que se han quemado 'solo 156,26 hectáreas, con medidas muy desiguales, desde las casi 40 hectáreas de 2016 hasta las poco más de dos en 2022.

La rápida intervención de los bomberos -entre 10 y 12 minutos- es clave para la cosa no vaya a más. Esa, la ausencia de personal, es la causa más probable de que el peor incendio del último medio siglo arrasara 150 hectáreas. Sucedió el 11 de agosto de 1994, un día en el que todos los efectivos estaban destinados a dos inmensos fuegos de la Catalunya central que se llevaron por delante cerca de 9.000 hectáreas, el equivalente a toda la superficie de Collserola.

Volviendo a la verbena, para este Sant Joan que no está previsto mantener los guardas en las torres de vigía durante la noche (este servicio extra se eliminó hace unos cinco años), puesto que con los refuerzos de bomberos y de las policías locales se considera que ya basta. Collserola es el único parque que mantiene este sistema de control visual, ya que cada vez más se apuesta por cámaras e incluso drones.

Dispositivo especial

Raimon Roda es el gerente del Consorcio del Parque Natural de Collserola. Cuenta que la zona de Montbau y Torre Baró, en Barcelona, son las que más sustos generan durante la semana de Sant Joan. El año, pasado en los días previos y posteriores a la verbena se produjeron 21 incendios, el 20% del total de fuegos registrados entre el 1 de enero y el 31 de diciembre. Es un porcentaje muy similar al de años anteriores. En estas fechas se refuerza la vigilancia, pero la cosa no da como para controlar todo el perímetro del parque, compartido por nueve municipios. Como en el resto de zonas forestales, en Collserola aplica el decreto 64/1995, por el que se establecen medidas de prevención de incendios forestales.

El documento tiene 29 páginas pero bastaría con aplicar lo más importante: prohibido usar material pirotécnico o encender hogueras a menos de 500 metros de cualquier zona boscosa. También marca las normas que deben seguir las urbanizaciones situadas dentro de zonas forestales, las cuales deben disponer de una "zona de protección de 25 metros de ancho, a contar desde el perímetro exterior". Basta con darse una vuelta por Collserola para darse cuenta de que eso no siempre se cumple, sobre todo en las casas que están fuera de ordenación, es decir, las que no están sobre suelo urbanizable.

Esperando la lluvia

Al margen de lo que dicta la normativa, el parque cierra aparcamientos y miradores.Aunque las lluvias de mayo y junio han amortiguado un poco la situación, Roda advierte que la situación del monte es "muy delicada". "Hemos recuperado algo de humedad en la vegetación, pero el parque está en un momento de sequedad muy preocupante", sostiene. Eso, traducido al idioma de Sant Joan, implica un terreno que es un auténtico polvorín lleno de material combustible. La parte positiva, que la previsión es que julio y agosto sean más lluviosos de lo normal, lo que aliviaría un año en el que la escasez de agua.

En todas las tareas de prevención, señala el gerente del Consorcio, ayuda mucho el hecho de que los ayuntamientos del entorno del parque natural "hayan integrado Collserola en todas sus políticas de ciudad". Es decir, que el gran pulmón metropolitano ha dejado de verse como una seta verde y forma parte de todas las políticas de planificación urbana.

Roda, además, coincide en que la pandemia parece que ha sensibilizado más a la población en el respeto hacia el gran bosque de Barcelona. "Se están produciendo menos lanzamientos, pero ha pasado poco tiempo para poder sacar conclusiones. Pero es posible que la gente valore Collserola más ahora que antes". Es lo que tuvo la pandemia, que nos enseñó a estimar cosas que siempre se daban por sentadas.