Programa electoral ciudadano para Barcelona: los alcaldables frente a las propuestas de los lectores

Cinco grandes retos de Barcelona rigen la cobertura electoral de EL PERIÓDICO y el debate en nuestra comunidad de lectores. Esta primavera la ciudadanía ha podido aportar sus propuestas y soluciones para la capital catalana a través de la plataforma Barcelona Entre Todos, una herramienta de participación promovida por este diario para promover una campaña electoral más próxima a los votantes y más constructiva.

Un experimento de inteligencia colectiva que tiene un valor sobre todo cualitativo: ciudadanía, periodistas, expertos y candidatos a la Alcaldía de Barcelona movilizados para hallar ideas originales y sugerencias útiles para la ciudad.

Cómo lo hemos hecho

El debate de los lectores se ha organizado alrededor de los 5 problemas que los barceloneses identifican como los más relevantes para su día a día, según los barómetros municipales que realiza el consistorio cada semestre. Se trata de la seguridad, la limpieza, el acceso a la vivienda, el turismo y la movilidad, cinco desafíos para Barcelona de gran complejidad. Cerca de medio millar de participantes han participado en los 5 retos que planteaba la iniciativa, con propuestas concretas, votos y comentarios.

En paralelo, un ciclo de entrevistas a expertos en las 5 temáticas, publicadas los domingos de precampaña, ha complementado el brainstorming ciudadano con una visión profesional y soluciones técnicas. La suma de las respuestas de los expertos y las propuestas de los lectores ha pasado por el filtro del equipo periodístico de El Periódico, que cuenta con veteranos especialistas en la ciudad y en cada una de las cinco temáticas analizadas.

La doble experiencia ha cristalizado en un cuestionario concreto para los 7 principales alcaldables de las elecciones municipales 2023, formado por 13 preguntas. Cada uno se ha posicionado sobre las propuestas seleccionadas, al ser preguntados por ellas en los siete actos abiertos al público que ha celebrado este diario las últimas dos semanas. A modo de entrevista colaborativa, afrontaron un bloque de preguntas de actualidad y otro con las mejores ideas de lectores y expertos. 

El 'supersemáforo' de las respuestas

Las crónicas de estos actos con Ernest Maragall, Ada Colau, Jaume Collboni, Xavier Trias, Anna Grau, Daniel Sirera y Eva Parera -por orden de representación actual- relatan el pulso de estos siete encuentros, que tuvieron lugar en el recinto modernista de Sant Pau en un formato totalmente abierto al público. Las preguntas que no pudo responder cada aspirante en el escenario por falta de tiempo han sido contestadas por su equipo de campaña a posteriori, para que todas ellas tengan feedback. La gran infografía en forma de semáforo que acompaña este texto permite comparar las siete respuestas de forma visual: verde para los posicionamientos favorables a implantar la medida, rojo para rechazar la idea y naranja para las respuestas intermedias. 

Más allá de estos tres colores, las respuestas ofrecidas por los alcaldables son ricas en matices. Hicieron gala de su conocimiento de Barcelona y de las limitaciones legales del consistorio, de experiencias previas similares y de las alternativas que a su juicio podrían resultar más eficaces. Sin embargo, se aprecian también similitudes entre los candidatos de derechas y entre los de izquierdas, por ejemplo respecto a la fiscalidad.

Hay propuestas que gustan a todos y que no gustan a ninguno, como ha sucedido respectivamente con la elaboración de un plan estratégico de turismo a 10 años vista y la exigencia de un título universitario a los aspirantes a policía local. Ambas fueron formuladas por expertos: la exdirectora de Turisme de Barcelona, Marian Muro, y el vicepresidente del Col·legi de Crimonologia de Catalunya, Daniel Limones. Otras sugerencias, como una T-Casual rebajada mediante sponsoring –la más popular entre los lectores– o un endurecimiento de penas a delincuentes multireincidentes, polarizan a los alcaldables.

Entre las 91 respuestas de las candidaturas, destacamos algunas de las más interesantes. Por ejemplo, el republicano Ernest Maragall apoyó la idea de premiar a los titulares de vehículos eléctricos con descuentos en aparcamientos, peajes, compras de otros eléctricos, etc. Pero matizó que no querría que fuera mediante un carnet, como proponían los lectores, porque “ya existen demasiados” y pueden hallarse fórmulas mejores a su juicio. En cuanto a permitir ‘minipisos’ de 25 a 36 m2 en bajos comerciales en desuso para jóvenes, aceptó el objetivo de favorecer emancipaciones con fórmulas ad hoc, pero rehusó bajar el listón de la “ambición” municipal con viviendas de segunda clase.

La alcaldesa y alcaldable Ada Colau (BComú) se desmarcó de todos sus adversarios dejando clara su oposición a flexibilizar el 30% de reserva para vivienda asequible en nuevas promociones inmobiliarias y rehabilitaciones, que había propuesto la experta Carme Trilla. Argumentó que su homóloga en París –donde se aplica una medida similar–, la alcaldesa Anne Hidalgo, ya le advirtió que los resultados tardan un poco en llegan porque el sector inicialmente redirige la inversión hacia otros municipios pero acaba volviendo a la capital. Para compensar a los barrios turísticos optó por exprimir la tasa turística reclamando a la Generalitat poder gestionar la totalidad de la recaudación generada.

El alcaldable del PSC, Jaume Collboni, rechazó comercializar publicidad en las tarjetas de transporte T-Casual por una razón muy pragmática: el cartón ya casi es historia. La implantación de la T-Mobilitat con tarjetas recargables de plástico y en el móvil deja en jaque una esponsorización que abaratara solo este título de 10 viajes. También fue tajante sobre los estudios universitarios de los policías, al defender que ya la escuela de formación que los capacita ya ofrece buenas garantías.

El exalcalde y ahora nuevamente alcaldable Xavier Trias (Junts) avaló la petición de la fundación Arrels de habilitar espacios de acogida para personas sin hogar con capacidad para 10 o 15 personas, como alternativa a los grandes albergues y los pisos de reinserción individuales. En cambio se opuso a instaurar una tasa anual para propietarios de perros que ayude a pagar la limpieza de las calles, como habían propuesto los lectores, que además solicitaban perseguir a los incívicos con análisis del ADN de excrementos abandonados en la vía pública.

Anna Grau (Cs) se posiciona en contra de implantar alguna regulación para los turistas que no pernoctan en Barcelona. Es más, recordó que visitantes por horas también lo son quienes vienen a trabajar, estudiar o comer con familiares. Por contra, se mostró a favor de condenas más duras contra los multireincidentes.

Daniel Sirera (PP) fue muy claro sobre la gestión del turismo: consideró inapropiado compensar económicamente a los vecinos de barrios muy visitados y puso en valor que los refuerzos de transporte, limpieza y seguridad en puntos icónicos también benefician a los residentes. Por el contrario, se mostró partidario de publicitar mucho más el coste del incivismo para las arcas municipales a fin de responsabilizar a la población del buen estado de las calles.

Finalmente Eva Parera (Valents) sorprendió al cuestionar la promoción de los vehículos eléctricos frente a la escasa ayuda pública a la flota privada que utiliza gas natural. Se opuso además a flexibilizar la reserva del 30% de viviendas, pero no como Colau para mantenerla intacta sino todo lo contrario, para eliminarla totalmente.