Entrevista

Carme Trilla: "Hay que bajar el alquiler con fórmulas no coercitivas para el sector privado"

“El 30% de vivienda protegida en las promociones y rehabilitaciones es una buena idea pero se aplica de manera demasiado inflexible”, afirma la presidenta del Observatori Metropolità de l'Habitatge

Carme Trilla

Carme Trilla / Àngel García

Toni Sust

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Carme Trilla fue responsable de Vivienda del Gobierno catalán de 2004 a 2011 e impulsó la ley catalana del 2007, clave para políticas públicas posteriores. Además del observatorio, preside la Fundació Hàbitat 3, gestora de vivienda social del tercer sector. Es considerada una de las principales autoridades en la materia en Catalunya. Cree que hay que incrementar el parque público de vivienda con todos los instrumentos posibles, no permitir nunca más que los pisos protegidos dejen de estarlo y aliarse con el sector privado para lograr esos objetivos.

¿Estamos peor que nuestros abuelos en el acceso a la vivienda?

Darle solución es más difícil ahora que hace 50 años. Tenemos menos recursos para una política de vivienda. En la segunda mitad del siglo XX la necesidad de vivienda fue brutal y había mucha gente viviendo en barracas, pero la ciudad crecía. El precio del suelo, que era soportable, dio el gran salto en la burbuja de 1997 a 2007. Fue un cambio radical. Empezamos el siglo XXI con una inflación brutal del precio y una disponibilidad muy menor de suelo para crecer.

Trilla, el pasado martes en el centro cívico Vil·la Urània.

Trilla, el pasado martes en el centro cívico Vil·la Urània. / Àngel García

Y llegó la crisis del 2008.

Que vino del estallido de la burbuja, cuando aquellas familias, los inmigrantes que vinieron a trabajar como mano de obra para construir vivienda, se quedaron sin trabajo y no pudieron pagar la hipoteca de la vivienda que habían comprado,

Es diabólico: la persona que viene a construir pisos convertida en cliente, se compra un piso, se ve atrapado por la hipoteca cuando pierde el trabajo, pierde el piso y este pierde su valor.

Es demencial, aberrante. Y más aberrante todavía fue la solución que se tomó ante el estallido de la burbuja.

¿Cómo explicaremos a nuestros descendientes que tantos pisos vacíos en manos de bancos no quedaran en manos públicas después de que estos fueran compensados con dinero público para sobrevivir a la crisis?

Es un crimen colectivo no haber puesto como condición del rescate bancario que una parte de esos pisos se empleara como vivienda social.

"Es un crimen colectivo no haber puesto como condición del rescate bancario que una parte de esos pisos se empleara como vivienda social"

¿Cómo se creó la burbuja?

En Europa, esto solo pasó en Irlanda, un poco en Inglaterra y en España. Y fuera de Europa, en EEUU. Porque en Europa las facilidades hipotecarias que daba España solo se dieron en Irlanda. No en Italia, no en Francia, no en Alemania. La burbuja viene del usted compre y no se preocupe. Si no puede pagar en 40 años, le alargamos el plazo a 50 años. Y no traiga entrada, le damos el 100%. En esa época, en Alemania te pedían el 40% como entrada. Dentro de España, Catalunya es donde más se dio el fenómeno.

A Barcelona llegó en 2015 el gobierno de Ada Colau con una voluntad clara de afrontar el problema de la vivienda. Apostó por la construcción de vivienda pública para alquilar. ¿Cómo lo valora hoy?

Construir es una de las soluciones, y siempre he creído que hay que hacerlo de las dos maneras: pública y privada. No tiene sentido que tenga que hacerlo solo la administración. La vivienda protegida la ha hecho durante 60 años de forma mayoritaria el sector privado a cambio de unas condiciones, de una subvención. El sector privado está totalmente capacitado para hacer vivienda protegida.

Y el problema que ahora todos denuncian es que esa vivienda acabó perdiendo la protección y vendiéndose.

Parece que ahora todos están de acuerdo sobre este punto, que cuando yo estuve en el Govern no se entendía todavía: el gran pecado del siglo XX es que los pisos tuvieran una protección con fecha de caducidad.

Pero aquello debía tener un objetivo bienintencionado, beneficiar a la familia a la que no se permitía vender durante décadas.

Sí, así lo interpreto. En España, de 1945 al 2000, se construyeron siete millones de pisos protegidos, de un total de 18 millones que hay. Sería el país con más vivienda protegida si los tuviéramos todavía. Pero al empezar el siglo XXI casi todos esos pisos ya habían perdido la protección. De todo ello se beneficiaron siete millones de familias. ¿Eso se ha traducido en la posibilidad de que sus hijos tengan vivienda? Pues no. Lo único importante es que ahora ya está claro que lo público tiene que serlo para siempre. Y la administración debe controlar las ventas y los notarios deben comprobar que no haya dinero negro en sus compraventas.

El gobierno de Colau afirma que Barcelona necesita 120.000 pisos para dar respuesta a la necesidad e influir a la baja en el precio de la vivienda.

El objetivo es que en 20 años el parque protegido suponga un 15% del total. Estamos en el 2%. En Barcelona hay 800.000 viviendas. 120.000 deberían ser protegidas. Tenemos unas 12.000.

Colau se encuentra al llegar 7.500 pisos públicos y al acabar este mandato habrá cerca de 12.000. Casi han doblado, pero a 2.500 pisos por mandato se necesitarán 43 mandatos, 172 años, para llegar a ese 15%.

Para tomar la decisión de arrancar estuvieron tres o cuatro años. Porque al principio el gobierno de Colau no quería ni oír hablar de construir. Como veníamos del boom de la construcción, sonaba mal. Hubo un parón en seco. Pero resulta que sí, que necesitamos más vivienda. Se ha ido viendo que hay que utilizar todas las herramientas.

"Al principio el gobierno de Colau no quería ni oír hablar de construir. Como veníamos del boom de la construcción, sonaba mal"

¿Cómo acortamos esas décadas?

Con todos los instrumentos posibles. Hay que construir sobre suelo público pero la mayoría sigue siendo privado. ¿Qué otra medida implanta el ayuntamiento? La del 30%.

Todos dicen que no ha funcionado.

Aquí hay dos elementos: uno es la idea del 30%, que viene de la ley de la vivienda de 2007, y otro, cómo se materializa. En cualquier nuevo edificio o en cualquier gran rehabilitación, un 30% de la vivienda tiene que ser protegida. Hay mucho consenso sobre que el 30% es necesario, pero la norma tal como se ha planteado, tal como se aplica, es demasiado rígida, inflexible. La idea es buena, pero hay que encontrar la manera de no hacernos daño, de que no acabe en que alguien diga: "Como me piden esto me iré a construir a Gavà". Veo preocupación por parte del ayuntamiento en el sentido de que hay que cambiar la norma.

Hay candidatos que han prometido derogarla.

Trias lo ha dicho. Pero los Comuns, ERC y el PSC, no.

Dicen que la adaptarán.

Es lo que tienen que hacer. Esta norma existe en París. En cada caso concreto ven cómo resulta viable.

"El franquismo fue hiperproteccionista con los alquileres, y eso llevo a desestimularlo. La gente no alquilaba o vendía porque no podía mantener las fincas"

¿Hay que ir a negociaciones individuales?

Prácticamente eso, sí. O se elimina la norma, o se busca la manera de hacerla factible. Y luego hay que contar con las viviendas cedidas por particulares que se alquilan a un precio inferior. Y la administración abona la diferencia. El parque público tiene que crecer y hay que lograrlo de forma pactada con los particulares. Y así tendremos más oferta.

¿Y bajarán los precios?

Yo el impacto sobre el mercado lo relativizo, porque cuando se hizo mucha vivienda protegida los precios del mercado no bajaron. El efecto inmediato será tener vivienda para la gente que no puede pagar.

"Creo que habría que hacer políticas que favorezcan que los propietarios bajen el precio a cambio de bonificaciones del IBI, garantías públicas de cobro"

¿Cree en la limitación de alquileres?

La gran guerra no es el 30%, eso lo solucionaremos. El control de alquileres es la guerra: las posiciones están totalmente enfrentadas. La prueba es que amenaza con llevar a una ruptura entre el PSOE y Podemos. La ley de vivienda que todos esperan no dice nada, pero incluye una frase que indica que los ayuntamientos podrán controlar los alquileres, y eso llevará a la guerra. Un pecado del siglo XX fue no mantener la protección de las viviendas. El otro pecado fue el control de los alquileres a lo bestia. El franquismo fue hiperproteccionista con los alquileres, y eso llevó a desestimularlo. La gente no alquilaba los pisos o los vendía porque no podía mantener las fincas. La herencia de eso es pensar que si tomamos estas medidas irán contra el estímulo de un parque de alquiler. Creo que habría que hacer políticas que favorezcan que los propietarios bajen el precio a cambio de bonificaciones del IBI, garantías públicas de cobro... Fórmulas que no sean vistas por el sector privado como coercitivas. Serían más efectivas. Tenemos que dialogar con el sector privado, el parque de la vivienda está en un 98% en manos privadas, y el 80% son propietarios que tienen uno o dos pisos. Un 35% de la vivienda en Barcelona es de alquiler.

"En función de la Constitución, tú puedes exigir una plaza para tu hijo en el colegio y una cama en un hospital si estás enfermo, pero no una vivienda"

¿La vivienda es un derecho hasta qué punto?

Es lo que se llama exigibilidad del Derecho. En función de la Constitución, tú puedes exigir una plaza para tu hijo en el colegio y una cama en un hospital si estás enfermo, pero no una vivienda. No era realista que lo incluyera. La Constitución reclama que una ley desarrolle ese derecho. En ningún país figura en la ley como una garantía excepto en Escocia pero para los sintecho. Y ese es un cambio que sí podemos ver a medio plazo, y la ley estatal va por aquí: incluir la exigibilidad para los más vulnerables, los que viven en la calle o en una infravivienda. 

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