Entrevista

Enric Canet (Casal dels Infants): "La educación 0-3 años debería ser universal y enseñar también a los padres"

El escolapio y sacerdote reivindica que los inmigrantes han dejado más beneficio económico directo en el Raval que el turismo

Enric Canet

Enric Canet / Elisenda Pons

Toni Sust

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Enric Canet es una de las almas del Casal dels Infants, antes Casal dels Infants del Raval. Conoce de primera mano a la gente que vive la mayor dificultad en Barcelona, especialmente a la de menor edad, tanto en el corazón de Ciutat Vella como en otras zonas donde la vulnerabilidad social es la norma. Tiene claro que más allá de afrontar la urgencia, es necesario actuar a medio y largo plazo para que cambie la situación. Y ve la clave en hacer pública la educación desde el primer momento.

¿Cuánto lleva trabajando en el Casal dels Infants?

Treinta años. Empecé como educador de chavales de 12 a 14 años en 1992. En 1994 me pidieron que buscara recursos, el casal estaba muy mal económicamente. Luego entré en temas de voluntariado, hasta que pasé a generar redes, alianzas, no solo económicas. 

"La educación 0-3 debería ser universal y estar subvencionada, y con un modelo no de escuela infantil, sino con una mayor intervención de las familias, donde se eduque también a los padres"

¿De los 90 a ahora, cómo ha evolucionado el Raval?

Ahora no se toleran cosas que entonces se toleraban: los niños desatendidos. La influencia de los servicios sociales fue importante. Y el cambio de población. Entre 1988 y 1990 llegaron los marroquís, primero los padres y luego las familias, muchas muy estables, lo que supuso mayor control de los niños. Los niños de ahora también son pobres pero no desatendidos. El Raval era el barrio en la peor situación de Barcelona en los 80. Ahora es distinto: se ha puesto dinero y como está en el centro de la ciudad interesa que no sea un barrio muy problemático.

¿A quién le interesa?

A los poderes económicos que quieren que vengan los turistas. Interesa que sea un barrio guay, ya va bien que sea exótico.

Canet, el pasado martes.

Canet, el pasado martes. / Elisenda Pons

Ahora es visto como el barrio en la peor situación de la ciudad.

El Raval es una moneda que sirve mucho para las elecciones. Lo estigmatizamos fácilmente. Y cuando pasa algo en otro sitio de Ciutat Vella decimos: ‘¡Mira el Raval!’

¿No está tan mal como se dice?

Lo que está mal en el Raval es lo que no sale en los medios de comunicación: la miseria. Hay muchas familias que aguantan como pueden, también con ayudas públicas pero mucho gracias a las redes familiares. Las familias paquistanís, marroquís, tienen redes sólidas y se ayudan. Pero la presión es grande, sobre todo en vivienda, la gentrificación expulsa a mucha gente del barrio.

"Lo que está mal en el Raval es lo que no sale en los medios de comunicación: la miseria"

¿Esta miseria viene de antiguo y se ha agudizado con las crisis de 2008 y la pandemia?

El problema es ese. El barrio ya vivió una situación complicada a partir de 1980, cuando la crisis de la heroína y el sida. Antes, en los 70, había un cierto control de la infancia: que hubiera muchas tiendas y mucha vida de calle hacía que la gente supiera dónde estaban los niños. La heroína rompió esas redes y dejó a los niños desatendidos. En los 90, con la inmigración marroquí, filipina y luego paquistaní se recuperaron esas redes. La crisis de 2008 impactó mucho aquí: la gente trabajaba en la construcción, el turismo, sectores que cayeron de golpe. Y no se habían recuperado de aquello cuando llegó la pandemia. Arrastramos más de lo que parece. La salud mental nos afecta, primero a la ilusión y la pasión por hacer las cosas. Estamos medio muertos. La gente va tirando.

El ayuntamiento está diciendo que la situación económica de la Barcelona pospandemia es próspera, que ha recuperado el PIB previo a la pandemia, que tiene el paro más bajo en 15 años.

Es un discurso peligroso, el de las start up y el Mobile. Porque haremos crecer la ciudad para unos, pero los pisos serán más caros y habrá gente que quedará fuera.

"Es un discurso peligroso, el de las start up y el Mobile. Porque haremos crecer la ciudad para unos, pero los pisos serán más caros y habrá gente que quedará fuera"

¿Si eres pobre en Barcelona no tienes perspectivas de beneficiarte de ese crecimiento?

Pocas. Si no tienes redes, sobre todo. Y no digo la de los marroquís, digo las redes que te hacen subir de nivel.

El gobierno de Colau hace gala de haber apostado especialmente por la política social. ¿Se está notando? Se invierten recursos, pero hay problemas que no desaparecen.

Creo que hace lo que puede. Se da solución a niños que quedan en la calle. Yo he llamado una noche a la comisionada de acción social (Sonia Fuertes) para advertir de que una familia se ha quedado en la calle y ella lo ha solucionado. Pero el ayuntamiento tiene que cubrir las urgencias y no puede atender el largo plazo.

¿Qué medidas podrían llevar a esos cambios necesarios a largo plazo?

Lo que marca la diferencia es el periodo de educación entre 0 y 3 años. Pero en ese periodo la enseñanza no es obligatoria. La diferencia entre unos y otros es clara, en psicomotricidad, en seguridad, en todo. Más tarde los puedes ayudar, pero ese periodo marca. El 0-3 debería ser universal y estar subvencionado, y con un modelo no de escuela infantil, sino con una mayor intervención de las familias, donde se eduque también a los padres. Otro punto: a la carga que llevan los niños por su experiencia migratoria hay que darle un valor positivo. Para mi el catalán debe ser la lengua vehicular, pero sus cuentos, sus recetas, sus tradiciones tienen que penetrar también.

¿La ciudad actual está poniendo en valor la inmigración?

No. Nos falta establecer una relación de igual a igual entre grupos culturales.

¿Solo lo hacemos cuando pasan tres generaciones?

Como pasó con los andaluces. Cuando yo era joven los andaluces eran los quillos. Y luego hemos tenido un presidente de la Generalitat de Córdoba.

¿Alguna medida más que podría ser decisiva?

Mucha más vivienda social. El error fue no determinar que la vivienda era un derecho fundamental, como lo son la salud y la educación. Ni se hizo aquí ni en otros países de Europa. Hay que destinar dinero a comprar pisos y fijar precios máximos de alquiler. Es un tema del ayuntamiento, de la Generalitat y del Estado. Llegamos tarde. No sé si son necesarios 50 años, pero por lo menos 20 construyendo a ritmo alto es algo que debe pactarse. Los partidos tienen que hablarlo.

El acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los principales lastres de Barcelona.

Es el primer problema e irá a más. La expulsión de gente de Barcelona está afectando a los barrios de Santa Coloma, Sant Adrià, Badalona. La gente deja la ciudad y se va a lugares a los que llega el metro.

El turismo, que tan cerca está del Raval, ¿entra en el barrio? ¿Deja beneficios en el Raval?

El turismo entra en el Raval, pero no genera beneficios en el barrio, por el tipo de comercios que hay. En los hoteles, sí. El turismo no ha aportado beneficio al Raval. Los inmigrantes han aportado mucho más beneficio al Raval que los turistas.

Usted ha trabajado en el Raval con cinco alcaldes distintos: Maragall, Clos, Hereu, Trias y Colau. ¿Ha habido grandes diferencias en sus políticas sociales?

En cuanto al Casal dels Infants, no. Todos nos han tratado muy bien. Todos han dedicado recursos al Raval. No ha habido grandes diferencias.

También ha habido mucha rotación entre los propios habitantes. En un piso tipo del Raval, ¿quién ha ido viviendo durante el último siglo?

Aquí vivían los obreros. Hasta 1950, en el Raval vivían 110.000 personas. Ahora, 48.000. Los primeros eran los hijos de los tenderos: muchos se fueron a Sant Antoni, era muy habitual. Los pisos eran mejores. En el Raval el 80% no tenían agua corriente y muchas, comuna en el rellano. A partir de los 80 fueron llegando los marroquís y los filipinos. Luego los paquistanís. Filipinos y paquistanís, a diferencia de los marroquís, son gente con ciertos recursos económicos, no la clase más baja de su país. Se nota en que tienen clarísimo que los niños tienen que estudiar.

"El día que un niño del Eixample venga a una escuela del Raval porque le parezca buena, las cosas cambiarán y los niños del Raval subirán"

¿Y eso les permite ascender?

Antes con una licenciatura era fácil encontrar trabajo. Ahora no, si no tienes una red social que te ayude. El día que un niño del Eixample venga a una escuela del Raval porque le parezca buena, las cosas cambiarán y los niños del Raval subirán. Los colegios del Raval no tienen el nivel que deberían tener, y no por culpa de los profesores, por culpa del sistema.

El gobierno de Colau no se ha llevado bien con algunas entidades sociales, quizá precisamente porque varios de sus integrantes conocían la actividad de los movimientos sociales.

En los primeros años de Colau la sensación es que ellos creían que eran los que sabían del tema. El adanismo: nosotros empezamos y antes no hay nada. Pero eso ha cambiado a mejor con el tiempo.

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