Regulación compleja

La restauración denuncia "irregularidades" en decenas de panaderías-degustación de Barcelona

La patronal critica que el ayuntamiento no haya actuado contra los locales donde hace cuatro años ya detectó aforos excesivos, venta de alcohol, menús de mediodía y otros servicios no autorizados. El gremio de panadería arremete contra las nuevas licencias de bar y pan

Uno de los establecimientos que fue denunciado por el Gremi de Restauració ante el ayuntamiento.

Uno de los establecimientos que fue denunciado por el Gremi de Restauració ante el ayuntamiento.

Patricia Castán

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El Gremi de Restauració de Barcelona denuncia "el el incumplimiento normativo generalizado y sistemático" de los negocios con degustación en la ciudad. A la vista del continuo crecimiento de esta actividad, la patronal ha vuelto a investigar una muestra de los 70 locales donde ya hace cuatro años detectó numerosas irregularidades respecto a la regulación de esa actividad, para descubrir que la situación sigue prácticamente igual. En aquel momento se trataba de panaderías con degustación, donde se incumplía el aforo, se vendían platos no vinculados al pan, se ofrecían menús de mediodía o incluso alcohol. Como informó el jueves este diario, el ayuntamiento ha concedido 397 licencia de este tipo desde 2013, la mayoría en establecimientos de grandes dimensiones.

La irrupción hace más de una década de las panaderías con degustación no gustó al sector de la restauración, que apreció una competencia desleal en tanto que la normativa para estas era más laxa que para un bar. El sector del pan se defendió asegurando que era una actividad complementaria y limitada en su oferta que no podía compararse. Y el ayuntamiento medió poniendo el tope en 20 metros cuadrados para degustar en 2011. Pero el alud de macro 'cafeterías-panaderías' que bajo distintos tipos de licencia han irrumpido en la ciudad en estos años han elevado el tono conflicto, porque las dos partes coinciden en apuntar a irregularidades de distinta índole.

En 2019 el Gremi de Restauració pidió la inspección de unos 200 locales, y analizó la actividad de 70, que posteriormente denunció al ayuntamiento. Este se comprometió a abrir una investigación, sin que hasta ahora haya trascendido ningún informe al respecto, sanción o correcciones. Por ello, la patronal ha revisado la situación de una muestra de estos, comprobando (y documentando) que pese a tener licencias de panadería con degustación, llegan a multiplicar el supuesto aforo de 14 personas que cabrían en 20 metros cuadrados de mesas y sillas, aducen. También venden ensaladas, croquetas y otras elaboraciones, así como alcohol, explican.

Exigencia de controles

Por ello, del director del gremio, Roger Pallarols, habla de un "incumplimiento normativo generalizado y sistemático", que no se traduce en las inspecciones que sí se realizan habitualmente en bares y restaurantes. En breve presentarán una nueva denuncia al ayuntamiento, ya que tras consultar el censo de actividades con motivo del plan de usos del Eixample, han podido comprobar que su permiso era de alimentación con degustación. También están "estudiando las implicaciones legales, y penales, que que puede conllevar la inactividad del gobierno municipal ante una denuncia formal". El Eixample copa casi un tercio de la oferta.

Pallarols afirma que "la constatación de que el incumplimiento persiste confirma que el ayuntamiento no ha llevado a cabo ningún tipo de actividad inspectora durante este tiempo. Y eso no ha hecho más que dar alas a unos operadores que ven cómo incumplir sale gratis". Sostiene que "hoy por hoy, la degustación es sinónimo de incumplimiento" con el consentimiento municipal.

Por otra parte, en los últimos años muchas franquicias de las 21 marcas con al menos cinco locales que operan en la ciudad (algunas con decenas) han optado por abrir con licencia de bar de restauración mixta menor, más despacho de pan, para poder contar con más zona de mesas y sillas. Una situación que también critica el Gremi de Flequers de la Província de Barcelona, al recordar que un bar no puede vender pan si no hay una separación física o arquitectónica y doble acceso. Algo que el consistorio no está exigiendo en este momento, de modo que las actividades casi se mezclan. Los panaderos también lamentan que en la mayoría de casos sea pan industrial, con un política basada en los precios. Además, en muchos de estos establecimientos se sirven comidas y cenas, lo que incluso es incompatible con dicha licencia de bar menor.

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