Activo infrautilizado

El sector turístico reivindica Montjuïc como válvula de escape para descomprimir el centro de Barcelona

MULTIMEDIA: Descubre de forma visual los grandes retos de Montjuïc

EL PERIÓDICO inicia una serie de artículos en que pasa revista al estado del promontorio, que aspira a ser el gran parque natural y cultural de Barcelona para el recreo vecinal

Turistas en la zona de la Font Màgica, hace unos días.

Turistas en la zona de la Font Màgica, hace unos días. / FERRAN NADEU

Patricia Castán

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Para Barcelona supone un ‘pulmón’ con muchas más potencialidades que sus actuales usos. Infrautilizada e infravalorada, la conquista ciudadana de la montaña de Montjuïc sigue siendo un reto pendiente tras diversos planes municipales eternamente ralentizados. Pero el complejo entramado de jardines y equipamientos culturales y deportivos es contemplado por el sector turístico como una oportunidad de oro para descomprimir la afluencia turística del centro de la ciudad. Por ello, reivindican una plan estratégico serio, más recursos para mejorar tanto la oferta, como su promoción, sin olvidar las cuestiones de accesibilidad y seguridad que mejoren la experiencia.

Consideran que los atractivos de la zona deben articularse como una sola unidad, dotándola de identidad, facilitando las visitas y sacando provecho al filón cultural, deportivo y de experiencias para el visitante

La montaña no es un coto turístico, aunque alinea algunos de los principales puntos de interés o elementos turísticos locales. Empezando por el Castell de Montjuïc, que en 2019 (última referencia de normalidad, previa a la pandemia, cuando cayó la actividad, y a falta de datos de 2022) sumó más de 881.200 visitantes (entre foráneos y locales), seguido de cerca por el MNAC, con 837.000 (de los que el 70% son turistas). CaixaForum Barcelona rozó los 674.600, y la Fundació Joan Miró más de 364.500. En otro ámbito, el Teleférico fue utilizado por 1,61 millones de usuarios, y el Poble Espanyol visitado por 1,24 millones. Estos ejemplos son imanes muy dispares y que atraen a públicos con distintos intereses e inquietudes, pero por ahora carecen de una estrategia común. La 'experiencia Monjuïc' no existe para el visitante.

Esa es precisamente una de las reivindicaciones principales que se escuchan desde las patronales vinculadas al turismo. Jordi Clos no solo preside el Gremi d'Hotels de Barcelona, sino que como mecenas cultural fue impulsor de la Fundació Arqueològica Clos y el Museu Egipci de Barcelona, así que es un firme defensor del papel de la cultura como motor del turismo de calidad. En este sentido, el hotelero lamenta que el debate sobre Montjuïc haya sido recurrente en las dos últimas décadas, sin llegar nunca a la concreción ni a la acción.

Montjuïc, un atractivo turístico de Barcelona poco aprovechado 

Un bus turístico en la montaña de Montjuïc. / Manu Mitru

"La descentralización del turismo no se hace sin más, solo es posible si el turista ve interés en los lugares que se le ofrecen. El viajero no es tonto", reflexiona el líder de la patronal, desde el convencimiento de que Montjuïc "está infravalorado" y sigue siendo "la asignatura pendiente", pero tiene una enorme potencialidad. Rememora los tiempos en que se habló de la "isla de los museos", que se quedó en nada. "Es necesario un plan estratégico que aglutine la oferta del perímetro en una sola unidad de acción aunque englobe distintos productos", insiste.

Contenido y facilidades

Para Clos, articular la red de museos y exposiciones es el primer paso, pero luego hay que complementarlo con buenos servicios, como restaurantes y una mejor red de comunicaciones en la zona, que fomenten la experiencia "de ir a pasar al día y poder hacer diferentes actividades". "Hay que cohesionarlo todo y dotarlo de identidad", subraya.

El presidente de Turismo de Barcelona Eduard Torres, se pronuncia en el mismo sentido. "Montjuic acoge diferentes espacios de interés cultural y turístico que hay que potenciar de acuerdo con el relato cultural de la ciudad", tercia. Y también porque encajan a la perfección con "los objetivos de la descentralización y desconcentración turística", agrega.

Estos argumentos ya se escucharon en la jornada que celebraron el CETT y Foment el pasado noviembre, donde distintas entidades y operadores del ámbito del turismo, la cultura y el deporte ya defendieron a ultranza más protagonismo para el 'central park' barcelonés. El presidente de la comisión de Turismo de Foment, y vicepresidente ejecutivo de Hoteles Catalonia, Guillermo Vallet, defendió entonces y reitera ante este diario, que la montaña se integre como elemento de centralidad de la ciudad y sea capaz de articular cultura y deporte como motores. Está convencido de que funcionaría como un polo de atracción que puede descomprimir el turismo.

Para Catiana Tur, gerente de ACAVE, la Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas, una ubicación tan integrada en la ciudad merece "una utilización mayor". Explica que hasta ahora el interés se concentra mucho en la parte baja, sobre todo para ver la Font Màgica, pero la parte alta resulta mucho más aislada, pese a contar con suficientes atractivos turísticos. "Para nosotros la movilidad es fundamental, y allí hay muchos impedimentos. Faltan paradas para autocares, aunque sean de grupos pequeños, de modo que es difícil organizar visitas pese a que no hay afectaciones", señala, en alusión a que no hay núcleos vecinales ni tráfico denso en la mayoría de puntos de la montaña. "Podría tener mucho más recorrido", dice en cuanto a la oferta.

Tampoco la oferta de alojamiento abunda en la montaña y son los barrios a su alrededor los que le proporcionan el primer caudal de visitantes. El distrito de Sants-Montjuïc es muy extenso y cuenta con algo más de 7.000 plazas hoteleras, un 9,3% del total de Barcelona, pero muy repartidas. El único hotel in situ es el Miramar, de lujo, en régimen de concesión municipal desde 2001 hasta 2051 y a la venta. A los pies de Montjuïc hay desde hace poco otro cinco estrellas, el InterContinental de la calle de Lleida. La mayoría de opciones cercanas a la montaña están en la plaza Espanya y al otro lado del Paral·lel, ya en la zona Eixample.

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