Presidente del Gobierno
Albert Soler

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Periodista

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El amor, que todo lo puede

Hay que agradecer a Pedro Sánchez que nos haya abierto los ojos

Pedro Sánchez concederá a TVE su primera entrevista tras su decisión de no dimitir: horario y dónde verla en televisión

¿De qué se acusa a la mujer de Sánchez?

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. / EP

Hace unos días presentamos en el bar Cuéllar el libro de Antonio Robles 'Extranjeros en su propio país' y, por probar, abrí mi intervención declarándome un hombre profundamente enamorado de mi mujer. ¡Resulta que funciona! La gente me aplaudió y me vitoreó, las mujeres, entusiasmadas con mi declaración, me requerían para citas clandestinas y, lo que es más importante, los parroquianos me invitaron a cañas (uno de un pueblo cercano a Girona depositó 20 euros para que me los vaya gastando en quintos: me quedan todavía 5,6 euros de crédito). Mano de santo, oigan. Ni siquiera tuve que amenazar con retirarme de la vida pública, hoy en día para ser un triunfador basta con estar profundamente enamorado. Qué digo estarlo, basta con decirlo, aunque sea mentira. Al tener noticia de mis palabras, hasta el mismo Almodóvar se puso a llorar “como un niño” (sic) y un grupo de periodistas firmó un manifiesto a mi favor, también como unos niños. El amor, el amor.

Hay que agradecer a Pedro Sánchez que nos haya abierto los ojos. Antes, me hubiera esforzado en prepararme la presentación, Robles se lo merece. Esta vez no lo hice, sabía que con estar enamorado basta y sobra para presentar un libro, pronunciar una conferencia, chutar un penalti decisivo, irse sin pagar del restaurante o ejercer la presidencia del Gobierno. Una amiga mía ha estampado: “Estoy profundamente enamorado de mi mujer” en una camiseta para su marido, porque está convencida de que con ella se ha terminado lo de hacer cola en Ikea. “Dejen paso a este hombre enamorado”, gritará el resto de la gente, abriendo paso.

No todo el mundo es consciente de la preeminencia de los hombres enamorados en todos los ámbitos de la vida, queda mucha lucha por delante y no podemos relajarnos, deberíamos incluso diseñar nuestra propia bandera, como todo colectivo que se precie. Hoy mismo, iba al trabajo en autobús y he echado a empujones de su asiento a una anciana con andador, que se negaba a cederme el sitio por más que yo le recalcaba mi profundo enamoramiento. Uno tiene que pelear por sus derechos. No me ha hecho falta amenazar con retirarme a reflexionar para decidir si sigo tomando el bus de la línea 4, y es una suerte, las actuaciones ridículas las dejo a Pedro Sánchez quien, tras cinco días de ejercicios espirituales, remedando a Cervantes, “incontinente, caló el chapeo, requirió la espada, miró al soslayo, fuese, y no hubo nada».

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