Colectivo de artistas
Los 45 años por amor al arte del proyecto TPK en L'Hospitalet
Escuela y colectivo –da formación a adultos y a niños–, el que fue Taller Pubilla Kasas es un espacio de creación, producción y difusión estrechamente vinculado al arte emergente y transgresor
"El TPK cuenta con el territorio y se nutre de la diversidad, una de las grandes riquezas de la ciudad”, sostiene uno de sus fundadores, Agustín Fructuoso
Entre muros de ladrillo rojo estilo manchesteriano se alza 'TPK Art i Pensament Contemporani', un proyecto de investigación y formación que más que artístico se podría definir como político, recogido en la antigua fábrica textil del Centre d’Art Tecla Sala de l’Hospitalet de Llobregat. Xaro Castillo y Agustín Fructuoso, padres de la iniciativa, decidieron plantar en 1977 y ante un cambio de paradigma –entre el periodo de la dictadura franquista y las primeras elecciones democráticas–, “el germen” (así definido por Fructuoso) que acabaría creciendo en el pequeño Taller Pubilla Kasas, del cual hoy ha heredado sus siglas y que dio pie a un movimiento holístico, situado en el campo del arte contemporáneo, que ubica la experiencia como el núcleo del discurso.
Pubilla Casas, por aquel entonces, se enfrentaba a la grave situación heredada del franquismo –crecimiento caótico y servicios precarios–, atendida por la incorporación del primer ayuntamiento democrático (gobernado por PSC y PSUC). Al mismo tiempo, la comunidad se esforzaba por buscar identidad al barrio y, del deseo por encontrar su autenticidad territorial, surgieron diferentes propuestas de acción encaminadas a crear espacios de relación social o actividades culturales –donde también se vieron plasmados los factores sociopolíticos del momento–, cómo es el caso de TPK.
Carencia de servicios en los barrios
El primer taller que dio a luz el proyecto, “Taller Pubilla Kasas”, era un espacio de enseñanza artística de 30 metros cuadrados compartido por los artistas y creadores del centro creativo que emergió de la necesidad ante la carencia de servicios, especialmente en los barrios de La Florida, Can Serra y Pubilla Casas. Así pues, iniciaron su experiencia como "taller de barrio" y consolidaron un colectivo de artistas dispuestos a elaborar proyectos. Más adelante se trasladaron al barrio de Can Serra, en unos locales cedidos por el Ayuntamiento y, ya en 1993, aterrizaron en el histórico espacio industrial del Centre d’Art Tecla Sala.
El proyecto estableció, desde sus inicios, una fuerte relación con su territorio social más próximo, al cual se le sumó un conocimiento profundo del mundo del arte y de los movimientos independientes por parte de sus creadores. Xaro Castillo fue la directora del proyecto hasta 1997 y Agustín Fructuoso tomó el relevo de la dirección hasta el año 2017. Actualmente, Vicente Da Palma es el director y el equipo de trabajo está formado por Montse Montero, Gara Basilio, Diego Tampanelli, Patricia Chomón, Agustí Martínez, Agustín Fructuoso y Xaro Castillo.
El enfoque artístico que se dio al proyecto, ya en un principio, era demostrar cómo desafiar al poder y romper con sus cánones puede ser una actividad mucho más enriquecedora, conmovedora e inclusiva, tanto para el público cmo para sus creadores. Fructuoso ha querido definirlo, mediante la expresión de Jean Vilar –director del Theatre National Populaire y fundador del Festival de Avignon–, “arte elitista, sí, para todos”. “Todos tenemos la capacidad de construir un discurso artístico a partir de nuestra experiencia y, si no es a partir de nuestra experiencia, es a partir de la clase social, costumbres o formación. Cada uno nace donde nace y, por ello, hay barreras que hay que diluir”, señala el exdirector de TPK que, además, asegura que la ubicación del TPK les ha brindado grandes posibilidades. L’Hospitalet, según destaca Fructuoso, sigue siendo a día de hoy “una gran virtud” que deja la siguiente incógnita: “¿Desde los lugares no centrales, en los que no se encuentra el foco mediático, se puede generar un discurso propio?”.
Multicultural, plural y diversa
El artista pone énfasis en que existe una singularidad que tiene el TPK junto al resto de los proyectos nacidos en L’Hospitalet y es que, estos trabajos, “no son elitistas, cuentan con el territorio y se nutren de la diversidad, una de las grandes riquezas de la ciudad”. Multicultural, plural y diversa, L’Hospitalet es una ciudad que brinda a los artistas, según el artista, la oportunidad de establecer vínculos, colaborando y compartiendo sus experiencias para construir un proyecto común.
El 28 de junio TPK cumplió 45 años (por amor al arte), como escuela y colectivo artístico –dando formación a adultos y a niños–, y como espacio de creación, producción y difusión estrechamente vinculado al arte emergente y transgresor, dando soporte a sus artistas residentes y acogiendo a creadores de distintas partes del mundo. Cada vez más próximo a su 50 aniversario, TPK perdura como un espacio que trabaja por la libertad, la integración de conceptos e ideas diferentes y sus formas de materializarlo, y que pone en valor el discurso artístico centrado en la propia experiencia con el objetivo de animar a los creadores a formar su propio lenguaje –de la misma manera que ellos se esforzaron por hacerlo entorno al barrio–, fuera del hastío que rigen los cánones establecidos.
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