Acción social

Rigoberta Bandini sube al cielo en la tierra del Pare Manel

La autora de 'Ay mamá', Judit Neddermann y Monique Makon, entre la infinidad de artistas que participará el próximo 15 de junio en el festival anual para recaudar fondos para la fundación de Manel Pousa en Verdum y Roquetes

"Manel ya no está, pero todo lo que tenía detrás, por lo que él organizaba todo esto, aquí sigue. Y seguimos nosotros, y siguen sus amigos", recuerda emocionada Sandra Pardo, la nueva presidenta de la entidad

Niños de la Fundació Pare Manel con la ciudad a sus pies.

Niños de la Fundació Pare Manel con la ciudad a sus pies. / Fundació Pare Manel

Helena López

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El cielo del Pare Manel era el de las colonias de verano con los niños del barrio. El del centro abierto y el del ‘casal’. Por ese cielo, el de hacer de la tierra un lugar un poco mejor para todos, siguen batallando a diario desde la fundación que lleva su nombre. En un local sencillo en la Via Favència, en el barrio de Verdum, frente a una placita todavía sin nombre, pero que pronto recibirá el de Luisa Alba, mujer que también trabajó por ese mismo cielo con los niños que pasaban las horas en la calle y las mujeres que lo hacían, muy a su pesar, en Wad Ras; como y junto a su 'socio' Manel. De ahí que el cambio de nombre del célebre festival era casi obligado, para ser fieles a su legado. La 26ª edición del mítico ‘Guanya’t el cel amb el Pare Manel’ pasa este año a llamarse ‘Guanyat’ el cel del Pare Manel’.

Todas esas cosas las explica con una mezcla de ilusión y nervios, Sandra Pardo, quien tras la muerte de Manel Pousa en septiembre del 2020 tomara el relevo al frente de la fundación después de toda una vida vinculada a ella. Quedan muy pocas semanas para la gran cita -15 de junio, 21 horas, Teatre Victòria- y la raro sería estar tranquila. Manel solo había uno, y agendas como la suya, ninguna. El de este año es el primer festival con el formato tradicional -a lo grande- tras el parón del covid, y el primero, sobre todo, sin el carisma de Pousa sobre el escenario, pero con su esencia en todos los rincones, y con un cartel de lujo, gracias a sus bien conectados amigos, que han demostrado que siguen ahí. 

Nuevos tiempos, el mismo cielo

El nuevo liderazgo de Pardo se nota, eso sí, en la feminización del cartel. A los históricos amigos del Pare Manel, entre los que no fallará José Corbacho, se suman en esta edición de la artista del momento, Rigoberta Bandini, a Judit Neddermann, pasando por Monique Makon, hija de Roquetes [junto a Verdum, el barrio en el que trabaja la entidad], cuya presencia hace especial ilusión a la nueva presidenta de la fundación, extremadamente agradecida con la implicación y la generosidad de artistas y organización.

El Pare Manel, durante unas colonias de verano con los niños de Verdum y Roquetes.

El Pare Manel, durante unas colonias de verano con los niños de Verdum y Roquetes. / Fundació Pare Manel

"Manel siempre decía que este mundo no lo arregla ni Dios; que más vale que lo arreglemos nosotros con amor y con humor, y en eso estamos", explica su sucesora, quien insiste en que "Manel no está, pero su trabajo continúa". "Todo lo que él tenía detrás, por lo que él trabajaba, sigue ahí. El festival será maravilloso y nos lo pasaremos muy bien; pero, no nos engañemos, esto lo hacemos por el dinero. Manel decía que el 'Guanya't el cel' servía para que los niños del barrio tuvieran un buen verano", destaca la presidenta de la fundación, volcada en la organización de los 'casals' de verano para 300 niños de Verdum y Roquetes -que ofrecen en julio y agosto, el mes en el que más se necesitan- además de campamentos para 120.

Polos para revertir desigualdades

El verano era una época muy especial para el Pare Manel. "Las educadoras siempre le teníamos que regañar 'Manel, no hace falta que le compres tres polos al niño porque te los pida; con uno al día es suficiente'", recuerda con una sonrisa Pardo, quien, efectivamente, no es 'el Manel', pero también es saludada con cariño por medio barrio.

Pardo, entre Flavià y Pousa, celebrando la vida.

Pardo, entre Flavià y Pousa, celebrando la vida. / Fundació Pare Manel

Esa era la esencia de Pousa. Cuidar y consentir a los niños. Darles los caprichos que la vida les negaba. "Muchos de nuestros niños son niños que si no van al 'casal' no saldrían del barrio en todo el verano; estarían sin hacer absolutamente nada entre finales de junio y principios de septiembre; niños que no solo no irían de vacaciones, sino que no bajarían ni a la Barceloneta a tomarse un helado", prosigue Pardo, también nacida y crecida en el Verdum.

El dinero recaudado en el festival -en el que también participarán los Stay Homas, Brigitta Lamoure, Flora Saura, Comando Señoras, Queco Novell y Pep Plaza - servirá también para mantener los muchos proyectos que tienen en marcha durante todo el año, "en un momento en el que salimos de una pandemia y la situación de pobreza en nuestros barrios es aún más grande que cuando entramos". "Nos encontramos con situaciones de mucha pobreza. Madres que no pueden pagar la luz. La crisis del covid ha hecho que lloviera sobre mojado. Tenemos familias en el centro abierto que llevan tres meses durmiendo en una pensión, tras ser desahuciadas, cuyas hijos muchos días van al colegio sin desayunar porque el desayuno llega cuando ya están en clase", relata. Unos niños que este verano merecen comer helados y lo harán. De eso se encargará el Pare Manel a través de sus enviadas a la tierra.

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