Sector afectado

La ocupación hotelera de Barcelona toca fondo pero encarrila la reactivación inminente

Los establecimientos están ahora debajo del 15% de reservas, con la vista puesta en congreso de telefonía y el regreso del turismo internacional

Han dejado de facturar 2.500 millones desde la pandemia, pero esperan que a finales de primavera todo su alojamiento haya podido reabrir

Habitación del nuevo Hotel Me de Melià, abierto a finales del pasado año en Barcelona.

Habitación del nuevo Hotel Me de Melià, abierto a finales del pasado año en Barcelona. / ELISENDA PONS

Patricia Castán

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Enero es tradicionalmente un mes malo para el turismo en Barcelona, pero la sexta ola del covid está resultando especialmente nefasta para la ciudad al haber paralizado en buena medida la movilidad internacional. Hasta el punto de que los hoteles de la ciudad han comenzado el año con ocupaciones que están yendo del 8 al 15%, pese a que 2021 acabó todavía con un 27% de la planta hotelera cerrada. Con ese panorama, el presidente del Gremi d`Hotels de Barcelona, Jordi Clos, considera clave la reactivación del turismo de negocios para empezar a remontar el vuelo. Confía en que el "potente calendario" de 2022, que incluye en breve grandes congresos como el mundial de telefonía móvil, marquen un inminente cambio de tendencia.

La dependencia de Barcelona respecto al turismo internacional, que representa un 83% de sus visitantes, se ha puesto de manifiesto desde el inicio de la pandemia. Con la movilidad restringida y pese a los esfuerzos por recuperar viajeros del resto de España, la capital catalana ha tenido ocupaciones hoteleras muy bajas en muchos momentos. Ha sufrido mucho más que Madrid, por ejemplo, dado que en esta el turismo interior tiene mucho más peso. Cuarentenas, conexiones aéreas pendientes y la sexta ola han frenado la recuperación que pareció germinar en primavera en Barcelona.

De hecho, Clos ha hecho balance del impacto de la crisis sanitaria en este ámbito, que en 2020 llegó a paralizar la actividad durante meses, pero que en 2021 estuvo marcado por los sobresaltos, con un saldo final "malo", ha subrayado. En dos años, el sector de la hotelería local ha dejado de ingresar 2.500 millones euros, ha explicado en rueda de prensa este miércoles. Para ser competitivos de cara a atraer a ese turismo español, las tarifas han llegado a bajar entre el 30 y 40%, según sus datos.

Esta situación ha trastocado las previsiones más optimistas, que eran acabar 2021 con un 85% de hoteles reabiertos: la cifra se quedó en un 73%, de los que una docena han vuelto a cerrar hasta el Mobile World Congress (MWC), que comenzará el 28 de febrero. El director del gremio, Manel Casals, espera que para entonces haya un 80% en marcha, y que la plena actividad podría producirse por fin a finales de primavera. De momento, un 40% de los trabajadores siguen en ERTE, sin contar con todo el empleo indirecto y de su red de servicios y proveedores afectados.

De cara a este 2022, y si la pandemia no trae nuevas sorpresas, el hotelero vaticina una progresiva recuperación. Congresos como el MWC traen 10.000 habitaciones reservadas por la organización, muy por debajo de las ediciones previas al covid, pero que darán "un respiro" al sector. El año cuenta con otras citas potentes: el ISE, el de cardiología o el IBTM refuerzan esa idea, así como la vuelta del turismo internacional de ocio. Clos estima una posible ocupación en torno al 60% este verano, entre 10 y 15 puntos por debajo de un año prepandemia. Uno de los puntales claves será el regreso del viajero estadounidense --uno de los principales filones para la ciudad--, que comenzó en 2021 y ahora debería despegar, ha recalcado.

Incertidumbres frente a perspectivas

No obstante, cualquier vaticinio es complejo ante el coronavirus, como ya sucedió hace un año. Del recién cerrado 2021 ha detallado que de enero a abril estuvo marcado por un estancamiento de la actividad (apenas reaperturas y un 20% de ocupación), mientras que la vacunación y la relajación de las medidas anticovid propiciaron una mayor movilidad internacional que animaron la actividad hasta septiembre, aunque con un 50% de la ocupación media en ese periodo, pese a que casi la mitad de establecimientos seguían cerrados.

Posteriormente, las cifras volvieron a descender, sin visitantes de negocios y sin turismo extranjero, ante la sexta ola y las severas restricciones a los desplazamientos internacionales. De ese modo, la campaña de Navidad registró ocupaciones entre el 20 y el 30%, que solo se animaron hasta el 60% en Nochevieja, ha desgranado el máximo responsable de la patronal.