Medida cuestionada

ERC propone suspender el cierre de la batería antiaérea del Turó de la Rovira

Los republicanos abogan por no iniciar la construcción de una valla y reclaman un plan nuevo ante las quejas vecinales

Residentes del entorno de la cima mantienen opiniones contrapuestas ante el plan municipal de crear accesos y cerrar por la noche

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A1-117159344.JPG / ALVARO MONGE

Toni Sust / Helena López

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La bateria antiaérea del Turó de la Rovira vive dos fenómenos que también se dan en otros puntos de la ciudad y que llevaron al ayuntamiento a proponerse actuar al respecto. Uno es el de los botellones nocturnos, que generan molestias vecinales y conductas incívicas. Otro, la llegada de visitantes a la zona en gran número. El gobierno de Ada Colau inició un proceso con un final previsto todavía pendiente y sin fecha de finalización: la colocación de una valla alrededor de la batería, abierta de día y cerrada de noche, que genera división entre los vecinos.

El asunto será tratado en el pleno de Horta-Guinardó, este jueves, porque ERC reclama que se detenga el proceso y que se abra un debate más amplio y más consensuado con los vecinos: “Estamos de acuerdo con el diagnóstico de que hay un punto de incivismo, pero cerrar las baterías como única medida es empezar la casa por el tejado. Pedimos un proyecto global, que ponga en valor todo el espacio, el entorno de las baterías”, afirma el concejal republicano Max Zañartu.

Botellón nocturno

Zañartu cree que lo que procede es detener el proceso actual, empezarlo de nuevo y con una mirada más amplia. “Y se decide cerrar, que sea al final de ese proceso”. El edil está convencido de que si hay clausura nocturna los botellones seguirán pero a unos centenares de metros en cualquier dirección.

La concejala de Horta-Guinardó, Rosa Alarcón, sostiene que no se puede hablar de cierre: “No es un cierre, es protección de las baterías, de las barracas y del poblado ibérico”. La concejala subraya que las obras deben concluir antes de diciembre para que no se pierda el presupuesto. El proyecto tiene un coste previsto de 670.000 euros. Según Alarcón, el bloqueo nocturno evitará 300.000 euros anuales en vigilancia privada y presencia de la Guardia Urbana. A tenor de su opinión, todo indica que el gobierno no tiene intención de detener su plan.

Los vecinos

La cuestión preocupa en los barrios de los Tres Turons. Eli Higueras, portavoz de la Plataforma Can Baró, tiene muy claro que lo que el ayuntamiento no puede hacer, y a sus ojos pretende, es una chapuza. "Cerrar ahora solo la cima del Turó de la Rovira, sin enmarcarlo en una acción de protección del conjunto del espacio no tiene ningún sentido", señala la líder vecinal, quien recuerda que hay uno de los anteproyectos del parque de los Tres Turons, el que lleva por nombre El Camí de la Natura, que incluye arreglar los caminos y reforestar, pero también todo un proyecto de memoria y de recuperación patrimonial. "Si se limitan a cerrar las baterías lo único que harán es desplazar el problema al mirador de un lado o del otro", añade Higueras, muy preocupada también por la cuestión del amianto -uno de los grandes problemas de la zona- si se ponen a mover tierras para cerrar el perímetro.

Más allá de la posición de la plataforma Can Baró, entre los vecinos de las inmediaciones del Turó hay posiciones enfrentadas. Los hay absolutamente contrarios al cierre, porque lo ven como el primer paso para una privatización del espacio -siguiendo la estela del Park Güell- y los hay que ven esta medida como la única solución posible para ganar algo de paz, dada la deriva que había tomado el espacio.

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