Comercio

La reforma del mercado de la Abaceria se redimensiona para ganar una plaza

El ayuntamiento traslada el supermercado a la planta -1 para ganar espacio público e incorpora una zona de almacenaje para las entidades de Gràcia

Imagen virtual del futuro mercado de la Abaceria.

Imagen virtual del futuro mercado de la Abaceria. / Ajuntament de Barcelona

Patricia Castán

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El insospechado oasis vecinal en que se ha convertido el espacio que antaño ocupó el mercado de la Abaceria, en el corazón de Gràcia, tendrá finalmente una cierta continuidad, en forma de una plaza de 1.120 metros cuadrados. El Ayuntamiento de Barcelona ha optado por modificar el proyecto inicial de reforma integral del recinto para acomodar los deseos de las entidades del barrio, que tras el derribo del centenario equipamiento descubrieron las bondades de un espacio-pulmón más abierto.

Este diario recogió a finales de enero ese sentir ciudadano, que casi sonaba a utopía. Pero pasada la piqueta y retirada la compleja estructura perimetral con amianto incluido, el rectángulo comprendido entre las calles de la Travessera de Gràcia, Mare de Déu dels Desamparats, Puigmartí y Torrijos ha reabierto el debate. Residentes, comerciantes del perímetro y consistorio han coincidido en que oxigenar la futura estructura beneficiaría al nuevo mercado que comenzará a levantarse a finales de año o principios del 2022. La concejala de Comercio, Montserrat Ballarín, fija esa fecha de salida, tras los retrasos propios a un 2020 negro marcado por la pandemia.

Ese tiempo de reflexión ha servido para encajar con fuerza la carpa sustitutoria ubicada desde verano de 2018 en el paseo de Sant Joan (que muchos querrían definitiva) y abordar con más perspectiva la transformación de la vieja Abaceria, de la que solo ha sobrevivido la valiosa estructura metálica que ejercerá de base del nuevo mercado.

La reforma de la Abaceria sumaba lustros de debate y desencuentros por la conveniencia o no de incorporar un supermercado como los que se implantan desde hace dos décadas, así como un discutido aparcamiento que parecía incompatible con la batalla al coche en los epicentros urbanos. De modo que los planteamientos de la plataforma Gràcia cap on vas? al final han hecho diana en la Barcelona de la pandemia, que saborea esos metros cuadrados de cielo abierto.

Ajustes y nuevas necesidades

Ballarín y el concejal de Gràcia, Eloi Badia, han anunciado este jueves que tras reconsiderar el proyecto inicial, se ha decidido trasladar el autoservicio de la planta de calle a un nivel subterráneo, de forma que quedarán más de mil metros cuadrados de plaza (equivalente a la de John Lenon), con una parte cubierta e integrada en el equipamiento, pero de disfrute público. También el mercado será más acristalado y abierto a ese exterior que en estos tiempos de covid-19 se concibe como un lujo, alcanzando los 14.561 metros cuadrados. Otra de las modificaciones presentadas por el consistorio a los vecinos y comerciantes afectan al espacio de almacenaje que ahora se gana en la planta -3 (hasta 3.500 metros cuadrados), a petición de las entidades y asociaciones de la Vila de Gràcia.

En resumen, la nueva Abaceria -a la que se atribuían inicialmente más de 24 meses de obras y 33 millones de euros en total- tendrá una planta principal con 43 puestos alimentarios y otros 14 exteriores no alimentarios, así como una zona para cooperativas de productores; un altillo para administración y aula abierta; y tres plantas subterráneas para logística, supermercado, carga y descarga, unas 50 plazas de aparcamiento y almacenes. La obra propiamente (sin derribos ni carpa) se estima en unos 24 millones, pendiente del proyecto ejecutivo definitivo.