La nueva ilusión en el entorno del viejo mercado

¿Y hacer un parque en el solar de la Abaceria?

Vecinos y comerciantes del solar donde estaba el mercado defienden la opción de convertirlo en zona verde

En la plataforma Gràcia cap on vas se preguntan si hay margen para combinar espacio al aire libre con la instalación

Los paradistas, situados provisionalmente en una carpa en paseo de Sant Joan, no lo ven tan claro

El solar donde estaba el mercado de la Abaceria y donde está previsto el nuevo, con su armazón metálico.

El solar donde estaba el mercado de la Abaceria y donde está previsto el nuevo, con su armazón metálico. / Ferrran Nadeu

Toni Sust

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Cuando empezaron a demoler el antiguo mercado de la Abaceria, los vecinos hicieron un mohín de desagrado. Venían obras potencialmente molestas. Al final, el proceso fue más o menos llevadero. Los trabajos se detuvieron, no está claro cuando empezarán las obras de construcción, y entonces, la sorpresa. 

Gente que había pasado por allí durante años descubrió de repente un paraíso insospechado, con más luz, mucha más luz que antes, con la sensación de que ahora esa parte de la Vila de Gràcia respira mucho mejor, aunque solo sea porque uno tiene la sensación de que el espacio se ha multiplicado por mil. Ese paraíso es un solar diáfano rodeado por las calles de Travessera de Gràcia, Mare de Déu dels Desamparats, Puigmartí y Torrijos, cubierto por lo único que queda en pie, el armazón metálico del antiguo mercado. Una estructura bonita: los que se paran e imaginan un parque siempre lo imaginan con el armazón.

Gente que lleva años pasando por la zona ve ahora abierta la ventana a un nuevo espacio al aire libre

Porque ese vecino que no había reparado en esa posibilidad, ese comerciante, se detiene ahora al pasar junto al solar y se pregunta: ¿por qué no convertir el solar en un parque y replantear la construcción del mercado? Son muchos los que viven esa experiencia. 

«Desde que terminaron las obras de demolición los vecinos estamos encantados con el espacio ganado y solo deseamos que las obras del nuevo mercado tarden todo lo posible o no se hagan», afirma Rubén, residente en uno de los edificios de Travessera, que cree que el gobierno actual de la ciudad no debería ver con malos ojos el plan: «¿El ayuntamiento no está a favor de reducir la circulación de coches? Pues mejor que un párking, un parque».

Mitad parque, mitad mercado

La plataforma Gràcia cap on vas se reúne quincenalmente y en el encuentro de la semana pasada, el 18 de enero, se abordó el tema. Lo cuenta uno de sus integrantes, Toni Ramon: «Hablamos de si es el momento de replantear el proyecto del mercado. Quizá no tanto decir que no se haga nada, quizá plantearse un espacio abierto que conviva con el mercado. Habría que rehacer las bases del concurso del proyecto arquitectónico para hacer un espacio libre. Ahora que el barrio lo está descubriendo, aprovechémoslo». Ramon dice que en la plataforma se preguntan si hay tiempo para el cambio: «Tenemos que debatirlo más».

Kenia Simón, que atiende en una panadería cercana, ve esa posibilidad con entusiasmo: «La sensación es que estamos más sanos, te da amplitud. Me gustaría mucho que lo dejaran como está. Una placita». «Valoro lo ambiental. Para mí lo otro es secundario», dice Josep Lluís, que regenta una tienda. No le preocupa perder clientes si es el coste del cambio.

El solar donde estaba el mercado de la Abaceria y donde está previsto el nuevo, con su armazón metálico.

El solar donde estaba el mercado de la Abaceria y donde está previsto el nuevo, con su armazón metálico. / Ferran Nadeu

Jordi Serra y Nani Cano regentan una pescadería en la calle de Torrijos, a unos metros del solar en el que estaba el mercado. Están a favor de que dejarlo así, creen que daría riqueza y que no perderían clientes, que quizá tendrían algunos distintos. Una parroquiana que está comprando descarta que el ayuntamiento acepte el plan: «No lo harán, porque a los del supermercado previsto en el nuevo mercado no les gustaría».

Al lado de la pescadería está el local del carnicero Víctor Laso. «Yo lo vería bien. Aquí hay muchos niños y un parque quedaría estupendo. No hay muchos espacios así en el barrio», dice. Pero al igual que Serra y Cano, cuenta que alguien le ha explicado que el terreno fue donado por la familia Puigmartí, que da nombre a la calle que está al sur del solar, y que esta condicionó la donación a que siempre albergara un mercado. Fuentes del ayuntamiento precisan que el solar fue adquirido por el consistorio el 11 de julio de 1911.

La carpa provisional

En la Abaceria provisional, la carpa instalada en el paseo de Sant Joan entre Claret e Industria, la propuesta de replantear el nuevo mercado desconcierta un tanto. En general, están vendiendo más antes: captan compradores del lado de Roger de Flor que no iban a la Abaceria antigua. Rafa, carnicero, dice que llegado el caso tendría que ver cómo se hace. De entrada, advierte de que la carpa no valdría: «Está prevista para durar unos 10 años, cuando un mercado bien hecho es para décadas».  

También afirma que es posible que de las más de 40 paradas de la carpa igual solo 25 lleguen al nuevo mercado, donde cada paradista tendrá que hacer una inversión considerable, más de 40.000 euros si usa cámara. Eso podría abrir la puerta a un mercado más pequeño. «Hablamos de nuestros puestos de trabajo. ¿A ti te gustaría que te recortarán tu casa?», dice otra paradista.

El ayuntamiento, por ahora, no responde. Quizá el concejal de Gràcia, Eloi Badia, debería mirar el solar a ver si le asalta la misma emoción que a los vecinos y los comerciantes que nunca antes imaginaron allí una zona verde. 

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