NAVIDAD EN BARCELONA

La vida del Raval da brillo a Sant Jaume

El proyecto 'Km0', que desde hace seis años ilumina las Navidades del Raval a partir de arcos de luz que reproducen imágenes de vecinos, fabricados también por vecinos, cruza la Rambla y se instala en la fachada del ayuntamiento

La iniciativa de la Fundació Tot Raval y la cooperativa Impulsem ha retratado desde el 2015 a 450 personas anónimas vinculadas al barrio y ha ofrecido oportunidades formativas a 53 y un contrato temporal a 32

Àgata Costantini y su hijo.

Àgata Costantini y su hijo. / FUNDACIÓ TOT RAVAL

Helena López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cuando recibió el correo de la Fundació Tot Raval en el que le explicaban que ese año -el 2018- el proyecto Km0 quería mostrar la relación de abuelos y abuelas del barrio con sus nietos le pareció una idea muy bonita, pero no se dio por invitada. Ella pasa muchísimas horas en él, al pie del cañón de la asociación Diàlegs de Dona, pero no vive en el Raval. Pero la llamaron para invitarla directamente a participar, ya que el proyecto quiere mostrar la vida comunitaria del barrio, en la que Mercè es una pieza importante. Y, como siempre, no dijo que no; así que la imagen de su particular familia ilumina las Navidades del barrio al que tanto ama desde hace tres años. Pero, tras la fotografía de Mercè con ocho de sus nietos hay más historia.

En ella aparece con ocho niños, todos nietos de corazón, aunque solo dos biológicos. Otros dos son nietos de su pareja y cuatro hijos de dos jóvenes senegaleses que conoció en el 2002, recién llegados a Europa. Mercè, entonces daba clases de castellano de forma voluntaria en la asociación de vecinos del Casc Antic, y fue una de las primeras personas que estos jóvenes conocieron en Barcelona y enseguida le empezaron a llamar ‘mamá Mercè’. Y esos otros hijos de ‘mamá Mercè’ crecieron, y volvieron a Senegal a casarse y viajaron de nuevo a Barcelona con sus mujeres, que una de las primeras cosas que hicieron al llegar aquí fue ir a conocer a ‘mamá Mercè’, a quien también empezaron a llamar ‘mamá’, además de vincularse a Diàlegs de Dona. Y, por supuesto, sus hijos son también “los nietos de la Mercè” y debían salir en el homenaje, que esta Navidad ilumina la fachada del ayuntamiento.

La necesidad de crear vínculos

La foto la hicieron un verano, recuerda que hacía mucho calor, en la Rambla del Raval, y la sesión ya fue un momento muy bonito. Ese primer año colgaron la composición entera, operación que se hizo muy complicada dadas las dimensiones y el peso, en la calle de Pintor Fortuny, tocando a la Rambla. “La encendida de luces fue un momento muy bonito, vernos allí. ¡La foto llegó pronto a Senegal!”, recuerda Mercè, quien tiene otros cinco nietos que no aparecen en la foto (una porque no había nacido todavía, otros tres porque viven en Granada y un último en Senegal, que aún no han podido reagrupar) aunque de alguna manera también están porque Mercè les recuerda y cita. Ese vínculo de Mercè con aquellos jóvenes recién llegados del mismo pueblo de Senegal a los que enseñaba castellano es muy representativo de una realidad muy presente en el barrio. De muchas personas que llegan a la ciudad y necesitan crear un vínculo, sentirse acompañados. 

Este año, por cuestiones técnicas, han dividido la composición en dos. Una parte está en Robadors, tocando a Sant Rafael; y la otra en la fachada del ayuntamiento. La gran familia de Mercè es uno -en su caso, dos- de los 128 arcos de luz que conforman la sexta edición del proyecto ‘Raval km 0’. 47 de ellos iluminan este año por primera vez la fachada del ayuntamiento y otros 81 que iluminan 15 calles, espacios y equipamientos del Raval. La iniciativa es un proyecto promovido por la Fundació Tot Raval y la cooperativa Impulsem para fomentar la dinamización comercial y social del barrio. Otra de las historias del Raval que iluminarán durante todas las fiestas la fachada del consistorio es la de Alexandra Salvador, quien siempre se había considerado un poco Grinch y acabó convertida en luz de Navidad. Ella y su gato Mini Pitu son otros de los protagonistas del proyecto; iniciado en el 2015, que en estos años ha servido para ofrecer oportunidades formativas a 53 personas, generando 32 contrataciones temporales a personas en paro del barrio y fotografiado a 450 personas vinculadas al barrio. Los arcos de luz no son dibujan a vecinos, trabajadores y comerciantes del barrio, sino que están elaborados también por ellos.

12 años rescatando a gatos de la calle

El gato que aparece junto a Alexandra en la foto en aquel momento no era suyo. Era uno de los que tenían en el Jardinet del gats, entidad que rescata a gatos de la calle en Ciutat Vella desde hace más de 12 años. “Me ofrecieron participar y me gustó la idea de que el trabajo del Jardinet tuviera también espacio en el proyecto. Elegí a ese gatito porque era joven y nos llegó herido de una pata. No podía sacar a cualquier gato para la foto. Ese era fácil de trastear y mira, me lo acabé quedando”, recuerda Alexandra, quien también trabaja en una entidad del barrio. El primer año, en el 2018, su luz iluminaba la Rambla del Raval con Hospital, muy cerca de la entrada del Jardinet. Este año les han elevado también a la fachada del consistorio.

Arc de llum 2

Alexandra, fundadora del Jardinet dels gats, y Mini Pitu, de carne y hueso y hechos luz. / FUNDACIÓ TOT RAVAL

Àgata Costantini se emociona cuando explica el proyecto. “Nos hace sentir protagonistas a personas normales, al pueblo”, señala la mujer, quien regenta la tienda ‘La premsa d’aquell dia’, en la calle de Joaquín Costa, negocio que abrieron sus padres hace 26 años. Primero en la calle del Tigre, frente a la Paloma, y desde hace 14 años en Joaquín Costa. En el 2007 participó con su hijo y pusieron el arco frente a la tienda, en la que tenían la foto Al año siguiente los protagonistas fueron sus padres con su hijo (fue el año de los abuelos, en el que participó Mercè). Los dos brillan hoy en el lado mar de Sant Jaume. “Mi madre es mayor y con el covid sale poco de casa, pero cogió un taxi para ir al ayuntamiento a verse”, señala muy contenta.

¿Este año dónde estaremos, 'iaia'?

Vecina del Raval desde siempre, Maite Roca se pasó la vida detrás de un mostrador. “Ya que no pude disfrutar de hijos, ya que me pasé la juventud trabajando, disfruto de nieta”, explica orgullosa. Ella, su marido y su nieta son, efectivamente, otros de los vecinos que brillan en la fachada del consistorio. La primera calle colgaron en la calle de la Cera, su calle, en la que tuvieron una tienda de baños durante toda vida. “Mi nieta me pregunta cada año, 'iaia', y este año dónde estaremos? y cuando pregunté y me dijeron que le ayuntamiento pensé 'déu ni do'”, concluye esta mujer, veterana de los movimientos vecinales del barrio y activista en la promoción de la cultura popular catalana.

La instalación en la fachada del consistorio, promovida en colaboración con el ICUB en un año en el que la crisis social vinculada a la pandemia ha azotado de forma especialmente cruda al Raval, es obra de los diseñadores Maria Güell y Curro Claret. Las fotos originales en las que se han inspirado los 50 arcos de luz fueron realizadas en las distintas ediciones del proyecto por los fotógrafos Maria Espeus, Laia Albert y Jordi Puig.

Algunas de estas imágenes -hay 450 en total- y una pequeña explicación de las bonitas historias que hay detrás (como las de Mercè, Àgata, Alexandra o Maite), forman una pequeña muestra en la entrada del ayuntamiento, en el espacio de las caballerizas, que puede visitarse de forma gratuita mientras dure la instalación (mientras duren las fiestas). Merece también una visita, y una tarde de paseo por el barrio, el resto de luces, instaladas, como en los últimos cinco años, por distintas calles y espacios culturales y comunitarios del barrio, con el objetivo de dinamizar el comercio local en este año tan difícil.

Suscríbete para seguir leyendo