DERECHO A LA SALUD

El covid-19 colma la paciencia de dos CAP de Barcelona

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Helena López

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En el Raval, funcionó. La unión entre unos profesionales entregados y unos vecinos peleones logró lo que parecía imposible y finalmente en noviembre del año pasado se llegó a un acuerdo político para permitir la construcción del nuevo CAP Raval Nord en la vieja Capilla de la Misericòrdia (pese a la batalla planteada por el todopoderoso Macba). Siguiendo su alentador ejemplo y fórmula -la creación de una plataforma transversal por un objetivo común- y llevados al límite por la crisis de la covid-19, esta semana las calles de la ciudad se han llenado de batas blancas con las protestas de otros dos ambulatorios que han decidido plantarse y organizarse para decir basta junto a sus usuarios en los barrios Gòtic y el Fort Pienc. Ambos comparten realidades similares: infraestructuras obsoletas desde hace años, compromisos de traslados incumplidos y una precariedad estructural que se ha hecho insostenible con la pandemia.

La directora del CAP Gòtic, Hèlia Cebrián, explica que la situación ha llegado al límite. El edificio en el que están, es nuevo, del año 2000, pero resultó insuficiente y deficiente desde el primer día. "Hemos tenido que cerrar el centro cuatro veces por lluvias fecales, por no hablar de las plagas de cucarachas o de las goteras, que tenemos desde el primer día", resume Cebrián, quien insiste en que tienen dos necesidades: por un lado el compromiso de encontrar el espacio definitivo del próximo CAP Gòtic -compromiso ya recogido en el pacto de ciudad del 2008- y por otro lado, la necesidad urgente, de ahora, de un espacio para asegurar el servicio y poder ofrecer un circuito limpio y otro sucio, como exigen los protocolos covid.

Doble compromiso

Martí Cusó, miembro de Resistim al Gòtic señala que la pésima situación del CAP -abrieron un anexo en el 2005 para las especialidades de pediatría y ginecología que tuvo que cerrar porque no cumplía las condiciones de salubridad mínimas- es una muestra más de cómo las administraciones han pensado el barrio "hacia fuera" en lugar de priorizar el bienestar de los vecinos. "Se trata de un déficit histórico. Lo provisional no puede tapar lo definitivo. Necesitamos un doble compromiso. Una solución de urgencia para ya y un espacio para que empiece a andar el edificio definitivo", subraya el activista vecinal. Sobre la mesa para esa ubicación definitiva, tres posibilidades: la Foneria de Canons -¿qué mejor estrategia para 'devolver' la Rambla a los vecinos que abrir en ella un CAP?-, el edificio de Correos o la comisaría de Via Laietana, dentro de la anunciada voluntad de "resignificarla".  

En el mismo pacto de ciudad del 2008 en el que se incluía el nuevo CAP del Raval Nord y del Gòtic se promoteía también el nuevo ambulatorio del Fort Pienc, cuyos profesionales explican situaciones muy similares a las señalados por los sanitarios del Gòtic. Alba Martínez es médica de familia del CAP Carles I, actualmente cerrado y que no va a reabrir. "Cerraron hace tres meses, el mismo día que cerraron los colegios, por la cantidad de profesionales infectados por covid", recuerda la doctora. Tras el estudio del edificio se llegó a la conclusión de que no se podía reabrir. "Es un espacio sin agua caliente ni lavabo adaptado", señala Martínez quien recuerda que pese al compromiso del 2008 del nuevo CAP Fort Pienc, que debía unir el del Carles I (ya definitivamente cerrado) y el del paseo de Sant Joan, aún no se ha puesto ni la primera piedra. A diferencia del del Gòtic, ellos sí tienen ubicación. El solar de Gran Via con Nàpols, junto al célebre Bingo Billares.

15 consultas para 70 profesionales

"Es imprescindible encontrar ya un anexo provisional cercano al CAP. Los profesionales de Carles I y de paseo de Sant Joan no cabemos todos en paseo de Sant Joan. Tenemos 15 consultas útiles para 70 profesionales y 28.000 pacientes", denuncia.  

Pese a que los proyectos técnicos, la inversión y la construcción de estos equipamientos los tiene que ejecutar la Generalitat como administración competente, sanitarios y vecinos interpelan al ayuntamiento para que cede solares que desencallen la urgencia. Fuentes municipales responden que trabajan estrechamente con la 'conselleria' para buscar soluciones tanto a corto como a largo plazo. "La voluntad del ayuntamiento es que estas decisiones sean firmes lo antes posible y que los proyectos puedan llevarse a cabo con la máxima celeridad, velando por el cumplimiento de los trámites administrativos necesarios, la calidad de las soluciones provisionales y, también, por el mantenimiento al máximo de un espacio público de calidad para el conjunto de la ciudad", señala una voz municipal. Sanitarios y vecinos tienen claro que seguirán empujando hasta que así sea.

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