DISCRIMINACIÓN POR PROBLEMAS DE SALUD MENTAL

"Nos negaron el piso únicamente por la enfermedad mental de mi hijo"

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zentauroepp48470015 barcelona 04 06 2019 entrevista a una v ctima de una discrim190605114457 / FERRAN NADEU

Helena López

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No querían problemas. Esto pasó a la una del mediodía y a las cuatro de la tarde ya le habían ingresado de vuelta los 1.400 euros que había pagado por la reserva del piso. En este caso, no se trataba de una cuestión económica. Todo estaba en regla. La carta de solvencia del banco sobre la mesa era más que suficiente para rubricar el acuerdo, pero al trabajador de la inmobiliaria le dio por preguntarle a Isabel por qué no entregaba una nómina de su hijo, junto al que vive e iba a vivir en el futuro piso. Isabel, que nunca ha sido de esconderse de nada ni tiene por qué, contestó con la verdad. "Mi hijo no tiene nómina. Tiene una discapacidad del 66%". El agente no se conformó con la respuesta y continuó: "Ah, ¿sí?... ¿qué le pasa?". E Isabel, a quien le costó mucho asimilarlo, pero quien siempre ha estado junto a él, con todo lo que eso significa, siguió con la verdad: "Esquizofrenia".

Silencio.

Cambio de rostro.

- Espera, tengo que hacer una llamada.

El api salió de la sala con el contrato ya redactado y a punto para la firma, tan a punto que se trataba de la entrega de llaves, ya estaban dentro del piso. La firma no llegó a producirse.

- Lo sentimos, pero el propietario no quiere problemas.  

"La culpa fue mía, por decir la verdad", explica Isabel, ya serena, después del disgusto y la rabia iniciales. "Pero no tenía por qué mentir. Es una enfermedad, no es ninguna vergüenza", prosigue. Pese a todo, pese a que ya había avisado en el piso en el que vivían de que lo dejaban, ya había metido su vida en cajas y contratado el servicio de mudanzas, tuvieron suerte y pudieron quedarse en el piso anterior. "No lo denuncio porque quiera ese piso, que ya no lo quiero. Lo denuncio para que este tipo de discriminaciones salgan a la luz y evitar que se normalicen y se sigan produciendo. Quienes tienen que sentir vergüenza son ellos, por esas actitudes", señala Isabel, junto a su hija Marta, quien la ha animado a hacer pública la situación. Por su hermano y por todos.

Josep Maria Solé i Chavero, director de Fundació Support le indigna pero no le sorprende el caso denunciado por Isabel. Como fundación llevan años apostando por alquilar pisos del mercado ordinario, "mucho más inclusivos que los recursos específicos" y "cada vez cuesta más". "A nosotros no nos dicen abiertamente que no nos los alquilan por ser para personas tuteladas, ya que aquí [en las comarcas de Girona, donde trabajan] todo el mundo nos conoce y saben que les denunciaríamos y ganaríamos, pero notamos las reticencias y las excusas", asegura. Y el estigma va más allá. Una vez alquilado el piso, cuando los vecinos saben quién vive allí, resulta que el diagnóstico del nuevo vecino se convierte en el origen de todos los males de la comunidad. Pese a esos inconvenientes, lejos de rendirse, Solé tiene claro que ese es el camino y que las personas, todas, "tienen que poder vivir donde les de la gana". 

"Nosotros, como fundación, notamos claramente las reticencias a la hora de alquilar pisos para nuestros tutelados"

Josep Maria Solé i Chavero

— Director de la Fundació Support

"El estigma está en toda la sociedad y se acaba trasladando a todos los ámbitos, públicos y privados, y eso acaba propiciando una vulneración flagrante de derechos", señala el director de la fundación quien recuerda que según la <strong>Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad,</strong> firmada por todos los países de la Unión Europea, los Estados deberían hacer políticas activas para luchar contra el estigma; formar a sus funcionarios para evitar situaciones de discriminación... Algo que no sé hace. "La mayoría no tienen ni idea", denuncia. 

Desde el Col·legi d'Agents de la Propietat Immobiliaria, Joan Ollé, que durante los últimos años ha ejercido de presidente de la patronal, dice "lamentar" y no estar de acuerdo con los hechos, pero enfatiza que los administradores de fincas y apis no tienen libertad para escoger a los inquilinos, sino que la decisión es siempre del propietario, que puede establecer condiciones o filtros. Ese cribaje, más vinculado a los criterios y éticas de cada cual, no se recoge en ninguna normativa.

Poder decidir sobre su vida

Hasta el 80,1% de las personas con un problema de salud mental en Catalunya ha sufrido discriminación y estigma, y el 54,9% han sido discriminadas "bastante o muy frecuentemente", según las cifras que recoge el estudio <strong>'El estigma y la discriminación en salud mental en Catalunya 2016'</strong> realizado por Spora Sinergies y la Universtistat Autònoma de Barcelona a petición de la plataforma Obertament, nacida en el 2010 de la mano de los principales agentes sociales de salud mental en Catalunya para luchar contra el estigma y la discriminación que sufren las personas a causa de algún problema de salud mental.

"Se ha de pasar de la idea de paciente pasivo a un modelo que rompa con ese paternalismo"

Marta Poll

— Directora Fundació Salut Mental Catalunya

Además del de la vivienda, el citado informe, hecho por los propios afectados, destaca otros asuntos clave en la discriminación en ámbitos vitales como la educación y el trabajo (un 40,6% de los encuestados aseguran haber sufrido alguna discriminación en el entorno laboral). "En el tema educativo, existe un decreto aprobado, pero no se está desplegando en todo el territorio. Tampoco es igual la calidad del apoyo en todas partes... Además de que su aplicación es muy desigual, habría que trabajar mucho más el modelo y evaluarlo, ya que los decretos se redactan sobre un marco teórico", apunta Marta Poll, directora de la Fundació Salut Mental Catalunya, quien señala otra asignatura pendiente contra el estigma importante: la discriminación en el propio ámbito sanitario. "El modelo de actuación en salud mental ha evolucionado mucho. Se ha pasado de una idea de paciente pasivo a un modelo que quiere romper con ese paternalismo, que mal entendido genera discriminación. El paciente ha de poder decidir sobre su vida, y hay profesionales que aún no han asimilado ese nuevo modelo", resume Poll. 

'Salut, ment i tal'

Cuando a Jorge Daniel Castilla, activista por los derechos de las personas con problemas de salud mental, le preguntan si lo mejor es contarlo o no contarlo, algo que sucede muy a menudo, siempre responde que tendrían que poderlo decir abiertamente, como el que dice que tiene diabetes o problemas del corazón. Pero la reacción del interlocutor al contarlo no es la misma. "Estamos tan estigmatizados que decirlo genera rechazo en todos los ámbitos de la vida. Para encontrar piso, trabajo o pareja. Puedes llevar conociendo a una persona varias semanas, que todo vaya bien, pero cuando le dices que tienes un trastorno de salud mental, adiós", expone Castilla quien tiene claro que la solución pasa por la información, la información y la información.

"La gente tiene que saber que un brote psicótico no es lo que se ve en las películas y las series"

Jorge Daniel Castilla

— Activista

"La gente tiene que saber que un brote psicótico no es lo que se ve en las películas y las series", relata. Con ese objetivo, que lo sepan, lleva cinco años ofreciendo charlas en los institutos de Tarragona. Busca, además, quitarles a los chicos el miedo a ir al psicólogo o al psiquiatra si tienen algún problema -romper con esa idea de que acudir a un profesional es "estar loco"-, y luchar contra el bullying hacia los niños con algún problema de este tipo.

El programa para el que trabaja Castilla se llama 'Salut, ment i tal' y las charlas las dan personas que han sufrido o sufren algún trastorno. "Lo que te ayuda sentirte arropado por el aplauso de 25 chavales después de haberles contado tu historia no te ayuda ninguna pastilla", resume Castilla, quien sufrió ansiedad y agorafobia durante nueve años. "Yo pensaba que estaba solo en el mundo, que no había nadie a quien le pasara lo mismo a que mí, hasta que descubrí las asociaciones y empecé a moverme. A ver que había muchas personas como yo o con diagnósticos peores, y que podíamos hacer cosas, ayudarnos. Explicarlo libera muchísimo", cuenta. 

Como Poll, Castilla apunta también el problema del paternalismo, tanto el familiar como el de los profesionales. "A veces es el propio entorno el que te pone los límites. El que te corta las alas", destaca. Solé comparte el diagnóstico. "Recibimos a muchas familias preocupadas que nos piden que les aseguremos que, cuando ellos falten, sus hijos tendrán una plaza asegurada. Nosotros les respondemos siempre lo mismo. Que que no; que por poco que podamos nuestro objetivo es que sus hijos no estén en ningún centro, sino que vivan de la forma lo más autónoma posible", concluye.