Una cúpula hiperboloide oculta en el manicomio de Sant Boi ofrece nuevas pistas sobre Gaudí

La estructura, inédita en la época, la incorporó después el arquitecto a la Sagrada Família

Gaudí

Gaudí / periodico

CARLES COLS / BARCELONA

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Con las brasas aún incandescentes del supuesto hallazgo de una capilla desconocida de Antoni Gaudí en Gràcia, el congreso sobre la vida y obra del arquitecto ha prestado su altavoz a David Agulló, un arquitecto que hace un par de años ya avanzó detalles de un descubrimiento equivalente y que ahora ha pormenorizado. El antiguo manicomio de Sant Boi, un espacio inaccesible durante 100 años, alberga tres piezas arquitectónicas en sus jardines que pudieron ser un laboratorio de ideas de Gaudí. Esa es la tesis que, con prudencia, apunta Agulló.

Los tres elementos que sorprenden en el llamado ‘Jardín invisible’ de Sant Boi son un banco ondulado similar al del parque Güell, una gruta con soluciones arquitectónicas también muy gaudinianas y, sobre todo, una cascada que, estudiada con paciencia, revela en su interior una cúpula hiperboloide inédita hasta entonces en la historia de la arquitectura y que Gaudí utilizaría después en la Sagrada Família.

CRONOLOGÍA

No es fácil determinar la autoría real de aquellas construcciones hoy situadas en el parque sanitario de Sant Joan Despí. No hay material documental que arroje luz al respecto. Están, eso sí, las fechas de construcción. El banco, por ejemplo, es anterior al del parque Güell.

Lo que sí es seguro es que Gaudí pasó a menudo por ahí. Durante los años que trabajó en la Colonia Güell, que en aquella época era la finca más cercana al manicomio, el arquitecto realizó más de 400 veces el mismo camino. Cogía el ferrocarril en Barcelona, se apeaba en Cornellà y, desde allí, proseguía el viaje en carro hasta la Colonia Güell. El vehículo pasaba por delante del centro psiquiátrico.

AUTISTAS Y JUJOL

Las líneas de investigación que ofrece el ‘Jardín invisible’ se ramifican de forma sorprendente y seductora. Está acreditado que el ‘trencadís’ del banco ondulado lo trabajaron los propios pacientes del sanatorio. No es, por supuesto, una exquisitez como la que Josep Maria Jujol realizó en el parque Güell por encargo de Gaudí. Las composiciones son a veces formas geométricas y, otras, diseños más abstractos. En el turno posterior de preguntas, el conservador de la Colonia Güell, Manuel Medarde, intervino y aportó un dato de cosecha propia realmente llamativo. Explicó que, analizada qué tipo de dolencia mental tenía el autor de cada 'trencadís', se pudo concluir que “los autistas realizaban un trabajo que costaba de distinguir del de Jujol”.

Otra línea aún por desbrozar debería determinar si las cuadrillas que trabajaron en el centro psiquiátrico incorporaron a sus equipos pacientes del hospital cuando después Gaudí las contrató para sus obras mayores en Barcelona.