LA LLEGADA DE SUS MAJESTADES

La cabalgata de los Reyes Magos conquista Barcelona

Melkchor, Gaspar y Baltasar saludan a los barceloneses tras atracar con su pailebote en el Moll de la Fusta.

Melkchor, Gaspar y Baltasar saludan a los barceloneses tras atracar con su pailebote en el Moll de la Fusta. / periodico

VÍCTOR VARGAS LLAMAS / BARCELONA

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Dando perfecto cumplimiento a más de medio siglo de tradición marítima, los Reyes Magos de Oriente han vuelto a optar por surcar las aguas del Mediterráneo para conquistar una ciudad, la de Barcelona, que indefectiblemente encuentran rendida a sus pies desde tiempos inmemoriales. No ha sido hoy la excepción, viendo cómo la alcaldesa de la capital catalana, Ada Colau, ya les aguardaba en el Moll de la Fusta antes de que Sus Majestades desembarcaran del pailabote Santa Eulàlia. Allí se han encontrado con  el pan y la sal con los que perpetuar la actitud hospitalaria con la que siempre se les recibe. Y con la entrega de las llaves de la ciudad, la más alta distinción que un visitante puede recibir al llegar a Barcelona y, protocolos al margen, el requisito imprescindible para que los monarcas accedan a todos los hogares de la ciudad y depositen los regalos que les pidieron.

Con la ceremoniosidad que corresponde a tan magno evento, han tomado la palabra la alcaldesa y, en representación de Sus Majestades, un rey Melchor con cierto parecido al primer teniente de alcalde del ayuntamiento, Gerardo Pisarello. Colau les ha dado la bienvenida y ha apelado a sus mágicas dotes para responder a los deseos de los pequeños que, más allá de los obsequios materiales que han pedido, también esperan que haya “un mundo mejor para los niños de todas partes del mundo”, en un momento marcado por la crisis de los refugiados. “Que no haya más bombas, ni pistolas. Que ningún niño deba marchar de su ciudad por la guerra, ni por el hambre y las necesidades. Vosotros, que sois magos, ayudadnos a cumplir este deseo”, les ha pedido.

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Ante la presencia de Baltasar y de un Gaspar cuya sonrisa recordaba a la del actor Eduard Fernàndez, Melchor ha recogido el guante. Lo ha hecho para recordar que debe haber regalos “para todos los niños del mundo”, sin importar su condición, ni que sean altos o bajos, flacos o gordos, y superando las limitaciones del pasado que hablan de que las cocinas deben ser para ellas y los camiones para ellos. Los reyes han animado a los barceloneses a mantener el espíritu de una ciudad “valiente, que sonríe y emociona”.

ILUSIÓN INTERGENERACIONAL

Tras la protocolaria recepción de las autoridades, los reyes se han trasladado en tres coches de época para dar comienzo al mágico desfile por las calles del centro de Barcelona, desde la avenida del Marquès de l’Argentera hasta la de Maria Cristina, ante más de 600.000 personas, según datos de la Guardia Urbana. Con el transcurso de la cabalgata, niños y mayores han podido disfrutar de varios pasajes teatralizados en los que se escenificaba el cuento de la magia de los reyes de Oriente. Un centenar de bailarines y actores profesionales han intervenido en la representación, con el guion de David Cirici y escenografías a cargo de Efímer y Jose Menchero, así como con la colaboración de 400 alumnos de 40 escuelas de danza, teatro y circo de la ciudad. Todos ellos arropados por 210 ciudadanos voluntarios que han actuado como pajes y asistentes de la comitiva, y que fueron escogidos por sorteo de entre más de 3.100 solicitudes recibidas, dejando claro que la ilusión no es patrimonio exclusivo de los niños.

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En una inusitada invasión de escaleras plegables -cuando no eran bancos, árboles y cualquier plataforma donde auparse-, los más pequeños han dispuesto de sus improvisadas atalayas para no perderse detalle del desfile. Desde allí han podido apreciar el ansiado paso de las carrozas de Melchor, Gaspar y Baltasar, precedido por una electrizante demostración de colorido, multiculturalidad e imaginación. Desde la hipnotizante percusión africana hasta la fantasía de una coreografía digna de Bollywood, pasando por la creatividad autóctona para mantener encandilada a la audiencia: inflables con siluetas de aves blancas, amazonas sobre caballos mecánicos, pajes recogiendo con cazamariposas las últimas cartas, bacanal de luces, colores y brillos… Incluso el Mag Larí ha sido identificado al vuelo pese a presentarse con una indumentaria de lo más exótico.

PASADO, PRESENTE Y FUTURO

La rúa mágica ha sido respetuosa con la tradición pero también se ha abierto a los avances tecnológicos. Una manera de estar a la altura de la ilusión de una generación de nativos digitales y fomentar, a tan tierna edad, la participación ciudadana. Sus Majestades no son ajenos a que los benjamines de la familia están más familiarizados con las pantallas táctiles que con las cartas manuscritas. De ahí que una de las carrozas de la comitiva iba proyectando en sus pantallas los deseos que los más pequeños habían grabado a los Reyes Magos gracias a la aplicación BTVReis, en la que se podía elegir al rey mago preferido para trasladarle la lista de obsequios codiciados.

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En la rúa se han visto los deseos de Laia, de Blanca, de Pol... De decenas de niños de quienes no se escuchaba el mensaje, ahogados por el entusiasmo de la chavalería (y de no pocos adultos) para dar la bienvenida a Sus Majestades. Alegría incontenible con la que han agasajado a la comitiva real hasta la avenida de Reina Maria Cristina, última parada de la rúa y pistoletazo de salida de los preparativos en cada hogar: leche, galletas, insomnio, ilusión... Todo listo para dar la bienvenida a la noche más mágica del año.