CONTROVERSIA EN EL PARQUE NATURAL METROPOLITANO

Un vecino graba los ejercicios de los soldados del Bruc en Collserola

Los militares portan sus armas pese a la petición expresa del consorcio del parque de que no lo hagan

Un soldado del cuartel del Bruc, en Collserola

Un soldado del cuartel del Bruc, en Collserola / BTV

CARLES COLS / Barcelona

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Un año y medio ha pasado ya desde la última vez que un vecino de Collserola tuvo la oportunidad de fotografiar a la soldadesca del cuartel del Bruc ejercitando lo que se supone que se hace en una guerra pero en las laderas de Barcelona y en tiempo de paz. Aquella vez no es que se organizara la de San Quintín, pero el revuelo fue notable. Tanto, que la asamblea general del Consorcio de Collserola votó hace un año un acuerdo por el que se rechazaba que dentro de los límites del parque natural el Ejército español se ejercitara armado. Fue un gesto tan entusiasta como inútil, pues cada mes, desde entonces, la agrupación de montaña del cuartel del Bruc ha ido a las laderas del parque tantas veces como lo ha creído oportuno, casi siempre con el arma al hombro, aunque, según prometen, sin munición. La escena ha vuelto a ser grabada, esta vez en video y por un vecino de Les Planes, que ha enviado el documento a BTV.

Richard Dawkins tiene una expresión muy graciosa sobre la inutilidad de una acción. Algo tan tan estéril como "darle una misa al Papa". Eso fue más o menos lo que sucedió con aquel acuerdo votado en la asamble general del Consorcio de Collserola. Marià Martí, director gerente de la sociedad pública que gestiona ese espacio natural, subraya de antemano que, como es obvio, al consorcio el Ministerio de Defensa le viene muy grande, vamos que no está para darle órdenes. "Eso sí, su actitud es siempre muy colaborativa", asegura Martí. Los mandos militares del Bruc avisan de antemano sobre los días en que tienen previsto echarse al monte, en la acepción más excursionista de la expresión. Desde el consorcio se les realizan solo algunas sugerencias. Que no sea en fin de semana, porque entonces Collserola es una Rambla, y que eviten ir de marcha si está prevista una actividad incompatible con su presencia. ¿Por ejemplo? Una caza programada de jabalís sería un buen ejemplo de incompatibilidad. Entonces sí que se liaría la de San Quintín.

El consorcio realiza una petición más. Preferiría que dejaran las armas en el cuartel, no por una súbita erupción de antimilitarismo, sino porque a los usuarios del parque parece que les sobresalta, como no puede ser de otra manera, descubrir en un recodo del camino a un militar profesional cuerpo a tierra y con el ojo en la mirilla. Ese es el gran valor de la grabación que el vecino de Les Planes acaba de realizar, que constata que lo de hacer gimnasia castrense sin el arma reglamentaria no gusta en el Bruc.

Lo raro, en resumen, es lo fácil que resulta fotografiar a un jabalí en Collserola y lo huidizos que parecen los soldados acuartelados en Barcelona, pues como reconoce el director de Collserola este tipo de ejercicios (sería erróneo calificarlo de maniobras) son habituales. "Varias veces cada mes", dice.