El cronista de los 'altres catalans' Paco Candel fallece a los 82 años

MARC ANDREU / BARCELONA

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Ha muerto un hombre, se ha roto un paisaje. O más: el de los barrios de la Zona Franca, el de la Barcelona obrera y metropolitana, y el de la Catalunya de la inmigración, la de losaltres catalans.Con Francesc, Paco, Candel (Casas Altas, Valencia, 1925), fallecido la madrugada de ayer en Barcelona a los 82 años, se rompen --aunque pervivirán en sus 57 libros-- los paisajes y la gente que vivió, unió y describió este prolífico cronista, humanista y de izquierdas, elegido senador de la Entesa en 1977 con 1.280.928 votos y concejal de L'Hospitalet por el PSUC en 1979.

Candel, autor del célebre ensayoEls altres catalans--publicado en 1964 con ayuda de Jordi Pujol y Joan Reventós y que tuvo 15 ediciones y tres secuelas (1973, 1985 y 2001)--, murió tras una enfermedad que le hizo pasar el último año en una residencia. Lejos de la Zona Franca adonde llegó con 2 años desde el valenciano Rincón de Ademuz, entre Cuenca y Teruel, para quedarse y forjar allí su obra. Con sus padres, vivió incluso en la portería de la parroquia del Port, que hoy acogerá su funeral.

Hay una juventud que aguarda(1956) fue su opera prima. En ella vertió su periplo de llevar sin éxito al Nadal y al Planeta la novelaBrisa del cerro.En su debut novelístico, seguido por sus obras maestrasDonde la ciudad cambia su nombre(1957) yHan matado a un hombre, han roto un paisaje(1959), Candel aunó la ficción con el periodismo local, el memorialismo y el compromiso social. Un estilo y visión de Barcelona que abrió la senda que seguirían periodistas como su amigo Josep Maria Huertas.

OBRERO SIN NOBEL

Siempre humilde, el Candel que ironizaba con "merecer el Nobel" recibió la Medalla d'Or de la Generalitat en el 2003 y vio nacer en el 2005 una fundación con su nombre apadrinada por Huertas, Pujol, Josep Lluís Carod-Rovira y Joana Gardés. Esta, segunda pareja de Candel, le reanimó tras enviudar de Maruja Martínez, su esposa 48 años y madre de sus dos hijos.

Tras una infancia "asilvestrada, preciosa y dilatada" entre la escuela republicana, la guerra civil y la primera posguerra, Candel debutó a los 15 años como obrero en un sinfín de oficios: mecánico, pintor de figurillas, contable... Tras superar la mili y la tuberculosis, plasmó su vivencia "por la entrepierna de la censura".

Así afrontó al franquismo, que se ensañó con él. Por osar publicar en 1968Ser obrero no es ninguna ganga.Y para evitar lo inevitable: queEls altres catalansfuera voz de la inmigración y altavoz, el PSUC y Pujol mediante, de la divisa "es catalán quien vive y trabaja en Catalunya".