El futuro del joven talento del Barça: Ansu Fati, una bandera bajo sospecha

No hace tanto Ansu Fati era el emblema del Barça. Patrimonio del club. Heredero del ‘10’. Símbolo, siendo un adolescente, de la compleja vida sin Messi. No hace tanto este joven y atrevido delantero, con un ángel especial, era la bandera de la reconstrucción, pero todo cambió con aquella grave lesión en la rodilla izquierda (7-noviembre-2020), que frustró una explosiva carrera llena de récords de precocidad.

Cambió tanto que ahora, con solo 20 años, queda bajo sospecha, por mucho que posea un contrato que le una al club azulgrana hasta 2027, con una cláusula de megaestrella: 1.000 millones de euros. Queda Ansu bajo sospecha porque ni siquiera el Barça, que lo consideró en su día "intocable", se le ve firme para mantener hoy mismo idéntica posición.

Ante el Betis, con Koeman de entrenador y un club sin presidente tras la dimisión una semana antes de Bartomeu, se le quebró la rodilla a Ansu. Y se quebró todo, obligado a pasar hasta tres veces por el quirófano, sumergido luego en diversas lesiones musculares que han dificultado tanto su retorno a lo que fue que tan solo ha jugado dos partidos completos (Viktoria Pilsen y Getafe, ambos este curso) en los 27 meses posteriores a la rotura del menisco interno.

En permanente encrucijada

Agotadas el verano pasado todas las palancas económicas posibles para inyectar dinero en la remodelación de la plantilla, Ansu asoma ahora como ‘una palanca deportiva’ en el próximo mercado veraniego. Es apetitosa porque todo lo que ingresaría el Barça por su venta sería anotado en la cuenta de resultados. Todo es todo.

El Barça explica que Mendes, el agente del delantero, le ha hecho saber el "interés" de otros clubs

No hay amortización alguna porque al estar formado en la cantera (llegó con 10 años al alevín A) el dinero sería limpio, todo lo contrario, por ejemplo, si el Barça decidiera traspasar a Ferran Torres, quien costó hace justamente un año 55 millones, abonados al Manchester City, por lo que la amortización (sería de 40) todavía está vigente.

Ansu Fati vive en una permanente encrucijada, mientras su agente (Jorge Mendes), acostumbrado a manejarse en mercados tumultuosos, explora el horizonte. El Barça, también.

La decisión es tremendamente delicada. Delicada por sensible ya que no es solo económica, por mucho que Joan Laporta, el presidente azulgrana, sostenga que "no es necesario vender jugadores" para reforzar al equipo la próxima temporada, necesitado como anda de rebajar la insostenible masa salarial (ahora es de 655 millones y debería estar en torno a los 470).

Y Ansu, entretanto, pelea consigo mismo para volver a ser quien fue: un delantero letal, decisivo, capaz de enfocar siempre bien a la portería contraria, dueño, además, de un duende que le conectó de inmediato con la grada del Camp Nou, obligada a buscar nuevas referencias tras la marcha del antiguo dueño del ‘10’.

Xavi, mientras, no desiste. Arropa en público al joven. Y lo mima. También lo pone en el campo. Poco o mucho, pero Ansu siempre juega. Es el único futbolista de la plantilla que ha jugado los 31 partidos oficiales de esta temporada, prueba también de que su rodilla izquierda emite buenas sensaciones, como así marcan los indicadores físicos que recogen los técnicos en cada entrenamiento.

Xavi arropa al jugador y lo pone siempre. Poco o mucho, pero es el único que ha participado en los 31 partidos oficiales de este curso

Laporta, en cambio, ya no es tan contundente como antes sobre el futuro de una bandera colocada ahora bajo sospecha. No le importa incluso revelar que Mendes, agente inquieto y con tentáculos en las grandes ligas de Europa (Premier y Bundelisga emergerían como posibles destinos del delantero), le ha hecho saber "el interés" que hay en su representado. El presidente coloca todo en condicional.

"¿La venta de Ansu? En estos momento no nos lo planteamos. ¿El futuro? No lo puedo predecir. Para nosotros, Ansu es un jugador en el que tenemos depositadas grandes esperanzas"

— Laporta, presidente del Barça

"¿La venta de Ansu? En estos momento no nos lo planteamos. ¿El futuro? No lo puedo predecir. Para nosotros, Ansu es un jugador en el que tenemos depositadas grandes esperanzas", aseguró Laporta en su mensaje de mitad de temporada. Ahora se juega la segunda y última parte de una campaña crucial.

Desde que se lesionó gravemente en la rodilla izquierda (noviembre 2020), Ansu solo ha jugado dos partidos completos

Meses decisivos para comprobar si Ansu continúa siendo patrimonio del Barça. "Todo depende de que sea útil para el club y para Xavi. No tenemos voluntad de vender al jugador en estos momentos", recalcó el dirigente. Ansu siente la obligación de rebelarse contra un escenario adverso, zarandeado como estuvo (quizá aún lo esté) anímicamente por tan grave lesión en la rodilla que le hizo pasar hasta tres veces por el quirófano.

Es suplente habitual, eclipsado por el regate de Dembélé, ahora lesionado, y la ductilidad de Raphinha, unido al traje táctico de los cuatro centrocampistas que elimina la fórmula de los tres delanteros. El club espera a ver si resulta necesario activar ‘la palanca Ansu’ y Xavi busca la ‘utilidad’ (o sea goles y asistencias, ya suma seis tantos y tres pases de gol en 1.126 minutos), que diría Laporta, de un joven atrapado en la melancolía.

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