"LO TENÍA QUE HABER SACADO ANTES"

La 'injusticia' de Xavi con Ansu Fati

Ansu engancha el zurdazo que le dio al Barça el 1-2 en la prórroga de la semifinal de la Supercopa de España ante el Betis en Riad.

Ansu engancha el zurdazo que le dio al Barça el 1-2 en la prórroga de la semifinal de la Supercopa de España ante el Betis en Riad. / @fcbarcelona

Marcos López

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Entró con poco tiempo de hacer algo. Apenas quedaban cuatro minutos para que acabara la semifinal de la Supercopa de España en Riad. Iba el Betis-Barça equilibrado (1-1), camino de la prórroga. Pero Ansu Fati se rebelaba a que llegara el tiempo suplementario. Suplió a Raphinha y se colocó en el flanco izquierdo del ataque. Y en cuatro minutos tuvo tiempo más que suficiente para generar una ocasión clarísima de gol.

Rasgó a la defensa andaluza, pisó el área y su punterazo topó entonces con los puños de un acertado Claudio Bravo. El partido acabó en sus 90 minutos iniciales con el sello de Ansu, ese jugador al que espera el barcelonismo con los brazos abiertos. "Quizá ha sido fallo mío", confesó después Xavi, asumiendo el error que había cometido con el joven, a quien una grave lesión en la rodilla ha frustrado su enorme irrupción.

Siete minutos en el campo, un gol

La ‘injusticia’ de Xavi con Ansu consistió en darle poco tiempo, coincidiendo con el momento más caliente y delicado de la semifinal teniendo el Betis en sus manos a un desorientado Barça. Injusto es que solo tuviera cuatro minutos para resolver un problema que ni Raphina, apagado y ofuscado como siempre, ni Dembélé, más lúcido que de costumbre, no supieron resolver.

Llegó Ansu y todo cambió. No es ninguna exageración. A los siete minutos de entrar en el campo (jugó los cuatro finales del partido y tres iniciales de la prórroga), un balón caía del cielo tras una falta lateral servida por Marcos Alonso, despejada como buenamente podía el Betis. Ahí, justo en ese tenso momento, Ansu volvió a ser Ansu. 

Tuvo paciencia el joven delantero para esperar que la pelota descendiera hasta el instante adecuado, acomodó su cuerpo con astucia y soltó un zurdazo que era, en realidad, un latigazo que fue eliminando defensas del Betis y, por supuesto, la estirada de Bravo, una estirada inútil. Un golazo. Se mire como se mire.

Un golazo que celebró Ansu sin la euforia que correspondía. Corrió y esbozó una sonrisa como si fuera lo más normal del mundo enganchar un disparo tan bonito como decisivo. No se volvió loco. Repitió la fórmula del gol que marcó en la prórroga al Intercity a los octavos de final de la Copa.

Otro Ansu después del Mundial

Hay algo en Ansu que sigue sin dejarle de ser completamente feliz del todo. Pero hay también algo que lo hace distinto. Llega y marca. Aparece y decide. "Quizá es culpa mía lo de hoy", confesó ya de madrugada un aliviado Xavi tras otro partido agónico de su equipo.

Ansu celebra su gol, que era el 1-2 del Barça al Betis en la semifinal de la Supercopa de España en Riad.

Ansu celebra su gol, que era el 1-2 del Barça al Betis en la semifinal de la Supercopa de España en Riad. / @fcbarcelona

"Quizá lo tenía que haber sacado antes", reconoció el entrenador del Barça, revelando que se ha encontrado, a la vuelta de Doha, con otro Ansu. "Está mucho mejor desde que ha venido del Mundial, está marcando diferencias para el equipo”, añadió Xavi. Tres últimos partidos, dos goles (Intercity y Betis), además de mostrar un aplomo digno de un veterano en el lanzamiento del penalti.

"Está trabajando, sobre todo esa actitud defensiva, que ha mejorado una barbaridad. Es fallo mío no sacarlo antes, ha metido el gol, ha metido el penalti..."

— Xavi, técnico del Barça

Puso Xavi, sin embargo, más el foco en el capítulo defensivo. "Está trabajando, sobre todo esa actitud defensiva, que ha mejorado una barbaridad. Es fallo mío no sacarlo antes, ha metido el gol, ha metido el penalti… Me alegro mucho por él, está en un gran momento de forma”, admitió el técnico, consciente de la ‘injusticia’ que había cometido.

En apenas 36 minutos firmó Ansu cuatro remates (tres a puerta y un gol) Raphinha (84 minutos, 0 disparos, 0 goles), Dembélé (63 minutos, 1 tiro a puerta, 0 goles) y Ferran (57 minutos, 0 disparos, 0 goles) no tuvieron su influencia

Fue Ansu el quinto delantero que utilizó Xavi en la semifinal. Apostó de salida por los extremos (Raphinha desde la derecha y Dembélé desde la izquierda arropaban a Lewandowski) y prefirió sacar el entrenador antes a Ferran que a Ansu. Una vez en el campo, su impacto fue brutal.

En apenas 36 minutos firmó cuatro remates (tres a puerta, él suele enfocar bien, un gol) y la sensación de que el Barça sí amenazaba de verdad. Con Raphinha (84 minutos, 0 disparos, 0 goles), Dembélé (63 minutos, 1 tiro a puerta, 0 goles) y Ferran (57 minutos, 0 disparos, 0 goles), el ataque azulgrana ofrecía señales más que evidentes de ineficacia. Solo soportado por Lewandowski (120 minutos, 4 disparos, 1 a puerta, 1 gol y otro que le anularon). Pero nadie hizo más que Ansu en menos tiempo.

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