YA ES MAYOR DE EDAD

"Ansu Fati cada vez hace cosas más increíbles"

Ansu Fati marca el segundo gol del Barça al Ferencvaros en la Champions.

Ansu Fati marca el segundo gol del Barça al Ferencvaros en la Champions. / periodico

Marcos López

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Hacia tiempo que el Barça no captaba talento andaluz. Entonces, Albert Puig, coordinador de la cantera azulgrana con Sandro Rosell de presidente, charló con German Vaya, Mani, uno de esos sabios anónimos del fútbol que han pasado toda su vida pateándose aquellos campos de tierra que ya no existen.

"Todo lo que tiene viene de la calle, de África", revela Puig, el técnico que lo captó

"Mani, quiero los mejores de Andalucía", le dijo Puig. "Pues, han venido un par de hermanos de Guinea Bissau, que son muy buenos. Pero rápidamente los ha fichado el Sevilla", respondió Mani, atraído por la calidad de Braima, el mayor de los Fati era alevín, y el desparpajo de Ansu, el pequeño era benjamín.

Bajó Puig a Andalucía para descubrir lo que se escondía detrás de la voz de Mani.  No, no se había equivocado en nada. Braima era un centrocampista con estilo ("medio centro o interio, elegante en el pase"), y Ansu, un delantero que ya "destacaba mucho".

El Madrid también lo quiso

Destacaban ambos y no, precisamente, por su físico. Estaba el Madrid, por supuesto, detrás de esa pareja de hermanos, mientras Mani, sigiloso él, tendía una relación de complicidad conBori, el padre, a quien ayudaba en tiempos de penurias.

Entonces, contactó Puig con José Luis Pérez Mena, fundador y director de la Escuela Peloteros de Herrera, el pueblo sevillano donde vivían los Fati. "Él me dijo que Bori tenía mucha relación con Custodio", rememora el excoordinador del Barça.

"En el campo era muy maduro y hacía cosas que no eran normales para un alevín. Ya iba por encima de los otros" (Marc Serra, técnico del Alevín A con Ansu)

Custodio Moreno era el alcalde de ese pueblo de la Sierra Sur. Le planteó el proyecto que había diseñado el club para los dos hermanos, que estaban jugando con la camiseta con el Sevilla. Apretó el club andaluz para no dejar escapar a Braima y Ansu, pero Bori, el padre, tenía la decisión tomada.

Intentó al máximo, exprimiendo el Sevilla todos los vericuetos legales, con el Madrid, a través de Paco de Gracia, entonces director de captación del club blanco, vigilando. Por si acaso. Ambos intentos fueron en vano porque los Fati habían elegido al Barça. "A nosotros nos vino bien que Ansu se quedara un año en Herrera después de que estuvieran tanto tiempo sin estar juntos. Bori trabajaba y solo podía ir en verano a África y después volvía a trabajar", recuerda.

"Es fuerte, veloz, desparpajo puro. Es anarquía en su juego. Debe brotar su talento. Es un asesino del área" (Valdés)   

Ese año, Ansu jugaba con los Peloteros, disfrutando del reencuentro familiar, y de vez en cuando, cuando había un torneo, subía para jugar vestido ya de azulgrana. Cada dos o tres meses era jugador del Barça. Así, de forma lenta, iba entrando en su nueva vida.

Cuando se instaló ya en Barcelona, acompañado de su madre (Bori seguía trabajando con el camión en Herrera), conectó al instante con Take Kubo, otro "revoltoso" como él, que asombraron en su estreno en el Alevín A con Marc Serra, que tenía, entre otros niños, a Eric García, ahora central del City, y Arnau Tenas, el prometedor guardameta del Barça B.

Los viajes en tren de Bori

No estaba físicamente Bori, pero siempre estaba. Si había cualquier problema con sus hijos, ya fuera en la escuela o en La Masia, no dudaba en subirse a un tren desde Sevilla. Un largo viaje, 12 horas, para llegar a Barcelona, resolver la situación y rápido regreso al sur para volver a trabajar.

"Lo que hace no es normal. Primer balón que toca gol, segundo, asistencia  y tercero casi un gol por la escuadra" (Valverde)

Los niños, entretanto, iban quemando etapas. Ansu siempre fue un año por delante en todas las categorías. Su edad futbolística era avanzada a la real. Del Alevín A (Serra)a Juvenil A (Valdés), a quien se lo quitaron de las manos. ¿El Barça B? Solo jugó un amistoso en la ciudad deportiva y gracias. Necesitado de delanteros como estaba, Valverde descubrió al instante lo que ya habían visto antes los técnicos de la casa.

El ojo de Mani, la gestión de Puig y el tacto educativo de Marcel Sans (Infantil B), Denis Silva, el entrenador que más lo ha disfrutado porque lo tuvo en el Infantil A, luego en el Juvenil B y también en el Juvenil A, sin olvidar a Cristian Catena (Cadete B) o Fran Artiga (Cadete A) dotaban de método y formación académica a un talento salvaje.

"No vi nada igual. No es normal ese desparpajo con esa edad. Es tranquilo, humilde, tiene los pies en el suelo" (Luis Enrique)

"Todo lo que tiene viene de la calle, de África", sostiene Puig, con la autoridad que le proporciona, además, haber trabajado en ese continente como director técnico de la federación de Gabón. "Ansu es talento puro, diversión, regates, gol, vertical... Hacía cosas diferentes. Nada mecanizado".

Pero su llegada no fue nada sencilla. La sanción FIFA, una grave lesión de tibia y peroné (diciembre del 2015) y ver cómo a Braima el fútbol no le sonreía tanto le han endurecido más de lo que parece. Su hermano milita ahora en el Vitoria de Guimaraes B portugués tras viajar antes como cedido por el Santfeliuenc, Calahorra, Vilafranca...

"Estuve un ratito hablando con Ansu y tiene que mejorar en concentración. A veces, sus pérdidas de balón es por eso y no por calidad. Tiene gran talento y proyección. Estamos aquí para ayudar" (Koeman) 

No olvida Ansu cuando sus compañeros del Infantil A. No debía estar en ese derbi contra el Espanyol, pero bajó del Cadete B para ayudarles. No olvida que ellos se echaban las manos a la cabeza al verlo salir en ambulancia. Estuvo 10 meses de baja. "Se partió la tibia y luego, cuando volvió, tenía muchas recaídas. Incluso en el Juvenil B. Lo pasó mal. No jugó algún partido porque le dolía la tibia", lamenta Silva.

Tuvo una grave lesión de tibia  y peroné, que le tuvo 10 meses de baja cuando estaba en el Cadete B

También recuerda Puig cuando ambos, tras hacer una trastada propia de la edad, lloraban a lágrima viva. Estaban al otro lado de la puerta del despacho del excoordinador de la cantera. Take y Ansu querían ablandarlo antes de cruzarla.

Un "trozo de pan"

"Son buena gente los dos. Ansu es un trozo de pan, pero luego en el campo es un pillo. Un caradura. Le da igual contra quien juega y dónde juega", confiesa Puig a este diario desde Japón, donde es el técnico del Albirex Niigata, que va quinto en la J2 League nipona.

"Cada vez es más increíble lo que hace Ansu. Cada vez hace más cosas. Yo alucino cuando lo veo jugar", confiesa Denis Silva, asombrado como todo el barcelonismo, y el fútbol español, por la irrupción de un niño que esté sábado alcanza la mayoría de edad. Tiene ya 18 años, pero lleva toda una vida jugando a fútbol como si fuera un adulto, sin dejarse impresionar por los elogios que recolecta desde aquel día en que Mani habló con Puig. 

         

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