Messi apura para anunciar el ‘sí’

Hasta que no se plasmen las firmas, sostienen siempre las fuentes oficiales, nada puede darse por hecho. Y faltan las firmas para que pueda anunciarse la renovación de Lionel Messi en el que posiblemente –tampoco se puede asegurar- sea el último contrato con el Barça, pese a que el astro cumplió ayer 34 años, y la oferta, con una reducción de ficha, es por dos temporadas. A seis días para el 30 de junio, que concluya la temporada y termine el vínculo escriturado del 2017, la hinchada culé sigue esperando la noticia de la continuidad del capitán, que ha disputado 778 partidos, ha marcado 672 goles y ha sumado 35 títulos.

La espera también la directiva, el club, sometido a una tensa expectativa para poder obrar en conveniencia. Mientras, Messi, disfrutaba de su aniversario en la concentración de la selección argentina. Sus compañeros le colmaron de regalos por el cumpleaños, después de haber celebrado las 147 internacionalidades que le empataron con Javier Mascherano. Le superará el martes frente a Bolivia en el último partido de la primera fase de la Copa América. Argentina (dos victorias y un empate) ya está clasificada para cuartos de final.

La vigilancia de Tebas

Un no de Messi que nadie teme, pero que es una amenaza latente, obligaría a retocar los planteamientos deportivos de la plantilla, y no tanto los económicos; en este caso, los aliviaría una barbaridad. La ficha de Messi raya los cien millones anuales, casi una cuarta parte del total de la plantilla. El problema real del Barça es encajar todos los números de las fichas del primer equipo en el corsé del límite salarial que Javier Tebas, el presidente de LaLiga no piensa destensar.

«Para que pueda incorporar a Messi tendrá que haber reducciones de salarios de jugadores. El Barça tiene una masa salarial excedida», dijo Tebas el lunes en la presentación del informe económico-financiero de LaLiga. El club azulgrana solo podría destinar 347 millones de euros para las fichas de sus futbolistas.

Antes de la irrupción del covid-19 ascendía a 525 millones, una cifra que se redujo con aplazamientos de contratos (De Jong, Piqué, Lenglet, Ter Stegen…) y la marcha de Rakitic, Arturo Vidal y Luis Suárez, que eran fichas altas.

La masa aumenta

El Barça no ha aligerado nada, de momento, la masa salarial, sino que la ha aumentado con los cuatro fichajes que vienen: Sergio Agüero, Èric García, Emerson y Memphis Depay. La reducción empezará en cuanto Messi suelte el ansiado monosílabo. El descuento será sensible y muy beneficioso, pero insuficiente para que el Barça no traspase la frontera que vigila Tebas. A Messi tendrán que seguirle a la cola de las rebajas todos los demás. Y, a diferencia del capitán, al club no le apenará desprenderse de quien sea.  

La pelota la tiene Messi, cómo no. Suya es la iniciativa también fuera del campo para dar la respuesta cuando le plazca. El barcelonismo vivió en agosto pasado una situación semejante esperando la continuidad de jugador, pero las circunstancias eran muy diferentes. Messi quería marcharse y plasmó su voluntad en un burofax, pero Josep Maria Bartomeu se aferró al contrato que está a punto de acabar exigiendo los 700 millones de la cláusula.

El futbolista y sus asesores conocen perfectamente todos los extremos de la oferta azulgrana. Tal vez esa espera solo se debida a que no se han acabado todos los productos audiovisuales de la parafernalia propia de estos tiempos para anunciar que la leyenda, después de 778 partidos y 672 goles, seguirá hacia la eternidad.  

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