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El Barça confía en obtener finalmente la licencia de obras del Camp Nou en diciembre

Goldman Sachs mantiene la financiación con 815 millones del Espai Barça, asegura el vicepresidente económico Jordi Moix

Imágen virtual del futuro Espai Barça.

Imágen virtual del futuro Espai Barça. / periodico

Albert Guasch

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En el 2014 la junta obtuvo la aprobación para el Espai Barça, pero sus directivos se encuentran a un paso de poner fin a su mandato y el Camp Nou, el pilar de todo el proyecto, no tiene ni siquiera la licitación para las obras. "Confío que en diciembre la tendremos", ha expuesto Jordi Moix, vicepresidente económico y persona que ha cargado con los infinitos recovecos de la macrooperación urbanística. 

Su presencia en la entidad, como la de Josep Maria Bartomeu y todos sus directivos, está cerca de acabar. Con suerte concluirá en junio; quizá antes si la moción de censura se impone. Toda la junta se irá y del Espai Barça quedará el Estadi Johan Cruyff, el derrocamiento del Mini, obras de infraestructura invisibles del Camp Nou y un sinfín de horas de reuniones y retrocesos que, dependiendo del candidato ganador en las elecciones, puede que queden en nada.

"Esta es una obra de club, no de esta junta", repitió este lunes Moix como un mantra. "Insto al candidato que gane a analizar el proyecto y aproveche el trabajo realizado. Me ofrezco a explicárselo". Dependerá de la junta entrante la continuación del Espai Barça. Según las nuevas previsiones, el Camp Nou no estará listo hasta el 2025. El nuevo Palau, hasta finales del 2023. El llamado petit Palau y pista de hielo, hasta el 2027.

En defensa de la financiación

Moix defendió el modelo de financiación, innovador y muy beneficioso para el club, según dijo, labrado durante tres años. Goldman Sachs mantiene la oferta de 815 millones a devolver en 25 años desde el momento de la conclusión de la reforma del Camp Nou (725 por el coste de la obra y 90 para intereses más costes financieros iniciales). Los cálculos indican que la explotación proporcionará 150 millones a las arcas de la entidad, de los cuales los 50 primeros irán a devolver la financiación. Si no se llegase, por lo que fuera, a esos 50 millones, las pérdidas serían para el grupo de banca de inversiones.

Uno de los miedos de parte de la masa social radica en el impacto que podría tener en el futuro del club una operación tan gigantesca. Moix recordó una vez más que el Espai Barça y el acuerdo con Goldman Sachs no rebasará nunca tres líneas rojas: no se pedirá derrama a los socios, no se utilizarán recursos ordinarios, ni se hipotecará el patrimonio del club.

Los 150 millones extra procederán, según las estimaciones, de entradas al museo, de palcos y hospitality y de apellido del Camp Nou, 50 millones de cada una de las tres partidas. 

Respecto a los 'title rights', Moix indicó que normalmente este tipo de acuerdos se firman al concluir las obras, pero al mismo tiempo habló de que llevan avanzadas conversaciones con dos empresas interesadas en poner su nombre al Estadi, destinando los ingresos del primer año a la lucha contra el coronavirus. Moix especificó que se busca ampliar la vinculación más allá de un año, quizá durante el tiempo que duran las obras, y ayudar así a obtener liquidez para la tesorería maltrecha.