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SÉPTIMO TRIUNFO SEGUIDO EN LIGA

Dembélé y Messi cocinan la victoria sobre el Leganés (3-1)

El extremo francés fue el motor del Barça hasta que entró el astro en la segunda mitad para rematar el triunfo

Los jugadores del Barça celebran el 1-0 de Dembélé.

Los jugadores del Barça celebran el 1-0 de Dembélé. / periodico

Joan Domènech

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Con un ojo en el Sánchez Pizjuán y otro en el Camp Nou despachó el Barça al Leganés, cobrándose sin mucha brillantez la revancha de la derrota que le endosó cuando amanecía la Liga, allí por la jornada sexta. Tocaba asegurar los tres puntos ante un rival de menor nivel reservando esfuerzos para la visita al Sevilla en los cuartos de la Copa, y el Barça selló un triunfo de los que no se recordará por nada más que por los 7 minutos de tiempo añadido al final.

Un alargue que incomodó al Camp Nou por el temor de que el Leganés, con un zapatazo como el que le había dado el momentáneo empate a uno, pudiera igualar por segunda vez. El temor lo disipó del todo Messi, que amplió la victoria (3-1) después de haber originado el segundo tanto, y uno de los factores del largo epílogo.  

Era un partido “fundamental”, dijo Valverde en la víspera para despertar conciencias, aunque él obrara de forma contraria al reunir a medio equipo titular a su vera en el banquillo. Messi fue uno de ellos, pero no se concibe ningún partido con categoría de fundamental sin la estrella en el césped. Rakitic, Vidal y Semedo, también suplentes, abrigan esperanzas de ser titulares en Sevilla, como Cillessen, el portero de la Copa; las de Malcom aumentaron con la lesión de Dembélé y ninguna Murillo, sancionado por acumulación.

La chispa de Dembélé

Dembélé sustituyó a Messi sin ser su recambio natural ni artificial. Le sustituyó en el trascendente papel que ejerce el capitán en el equipo. Los bramidos de admiración los generó todos el imaginativo delantero francés, tan imprevisible que a veces parece que hasta se engaña a sí mismo. Puso brío, puso chispa y puso magia con sus regates inverosímiles, que compensaron ampliamente los sencillos pases que falló como contrapunto. Puso también el gol imprescindible que despertaba el marcador.

La marcha de Dembélé era muy necesaria porque ninguno de sus compañeros del once inicial, donde también estaba Vermaelen, destaca por su frenesí. Acaso podía aportarlo Carles Aleñá, que nunca había sido titular desde su debut hace dos años y medio y estaría ultramotivado por aparecer en la foto de la alineación. Pero Aleñá debía ser más prudente. Los interiores no pueden permitirse alegrías. En realidad no pueden permitirse ni un fallo.

Aleñá fue muy prudente ante el escrutinio al que sería sometido por Valverde y la hinchada, y procuró asegurar todos los pases. A costa, sin embargo, de ralentizar el juego cuando se utilizan más de dos toques por intervención. El otro interior era Arthur, lo que explica que el Barça no rematara con cierto decoro hasta el gol de Dembélé, merecido premio a la actuación del francés, que ya ha seducido al Camp Nou, y excelente epílogo a una gran jugada coral que había nacido junto al córner derecho de Ter Stegen con una conducción de Sergi Roberto que continuó Piqué, que alargó Aleñá y que aceleró Dembelé con un tuya-mía con Alba. Hasta en eso se imbuyó el papel de Messi. La pareja original se reunió de nuevo en el 3-1. 

Cambio de guion

El gol forzaba un cambio de guion por parte del Leganés que tardó en producirse. El que había traído solo servía para defender el punto inicial. Defender con dos líneas de cinco y cuatro hombres, poner pies y manos para interrumpir cualquier jugada y perder tiempo. El libreto lo retomó después de que Braithwaite recuperara el empate en una escapada por la banda de Alba, mal defendida y en la que el delantero del Leganés ganó la espalda a Piqué, que miraba el centro de En Nesyri.

La entrada de Messi se precipitó, aunque pudiera estar prevista. En menos de diez minutos (o diez si se cuenta el tiempo que necesitó la revisión de la jugada por el VAR), el Barça recobró la delantera con un tirazo a la escuadra que salvó Cuéllar. El meta no pudo aguantar la embestida de Suárez, que había acumulado motivos para entrarle a saco. Sobre todo, ante la posibilidad clara de gol que se le presentaba.

El gol de Braithwaite implicaba que el Barça debía tomar riesgos, y Messi, que había entrado por Aleñá, ejerció de centrocampista. Delante suyo continuaban los tres puntas, aunque Malcom relevó al lesionado Dembélé. El planteamiento de Valverde no cambió con el 2-1, aunque el Leganés quisiera alargar el campo. Con los titulares, con el once que tal vez empiece en Sevilla, el Barça supo conservar la bola hasta miércoles.

Barcelona, 3 - Leganés, 1

<strong>Barcelona:</strong> Ter Stegen (6); Sergi Roberto (7), Piqué (6), Vermaelen (7), Alba (7); Aleñá (6), Busquets (6), Arthur (7); Dembélé (9), Suárez (7), Coutinho (5).