Neymar: un pacto con heridas

La aprobación del pacto con la fiscalia por el ‘caso Neymar’ ha abierto una herida entre la directiva, a pesar de que los votos a favor (14) se impusieron sobre el resto (2 en contra y 2 en blanco). Pero el debate interno dejó en evidencia las dudas que despertaba un acuerdo que descarga toda la responsabilidad sobre el club con el perjuicio de imagen que supone la asunción de dos delitos. El vicepresidente Carles Vilarrubí, uno de los que votó en contra (el otro voto correspondió a Maria Teixidor) fue quien se mostró más beligerante tanto en la reunión del viernes como en la del lunes, pero no logró su propósito de movilizar a más directivos para evitar que el pacto prosperara.

El 'caso Neymar' no se cerrará del todo en cuanto el Barça pague la multa. Seguirá supurando después del pago de esos 5,5 millones que el club acepta y que la fiscalia da por buenos para enterrar el asunto, como ha supurado durante dos años y medio. El culebrón ya provocó la dimisión de Rosell y pesa sobre Bartomeu. Internamente, el desgaste es evidente.

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La mayoría de los directivos, por no decir todos salvo Rosell y Bartomeu, han ido descubriendo con sorpresa las ‘peculiaridades’ de una operación de la que no fueron informados con detalle en su día y que ha provocado un creciente baile de cifras que ha acabado en los tribunales.

El fichaje se ha convertido en un desplegable inacabable y un constante quebradero de cabeza. De hecho, el globo sigue hinchándose ya que quedan por añadir 1,5 millones más a los 13,5 que se pagaron como declaración complementaria (2014) y que dejan la cifra total en 106,7 millones, casi el doble de los “57,1 millones y punto” que proclamó Rosell. El fichaje de Neymar fue exhibido como un ejemplo de habilidad y astucia -por el precio y por haber arrebatado al futbolista al Madrid- y con el coste final se ha convertido en el fichaje más caro de la historia del fútbol.

LLEGAR O NO HASTA EL FINAL

El pacto provocó un largo debate en la junta, con partidarios de renunciar y llegar hasta el final y quienes defendían el acuerdo como una buena salida para evitar que el desenlace del proceso fuera más perjudicial.

Uno de los argumentos que se pone sobre la mesa es la incongruencia que supone que la misma fiscalía (la de la Audiencia Nacional y luego su subordinado de Barcelona) que pedía penas tan altas de cárcel para Rosell (7 años) y Bartomeu (2) y una multa global superior a los 62 millones, acepte 5,5 millones como compensación por todo. Esta situación invitaba a pensar a más de directivo que de seguir adelante podrían acabar ganando la causa y eso les reparararía ante la opinión pública. Y, de la misma forma, la decisión de pactar provocaría duras críticas entre los socios y un enorme desgaste de imagen.

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En la votación final, que registró dos ausencias (Ramon Pont y Xavier Vilajoana), Bartomeu se ausentó de la sala al estar directamente afectado por el conflicto. A pesar del resultado, varios directivos que votaron a favor lo hicieron con serias dudas, y en algún caso así lo expresaron, pero se impuso la tesis de cerrar el tema. Algun dirigente quiso resaltaar la diferencia de criterio que seguiría en caso de tratarse de su empresa donde, de estar seguro de tener la razón, iría hasta el final. Pero tratándose del Barça entendía que era mejor evitar un posible perjuicio mucho mayor.

La junta renunció a refrendar el pacto con la fiscalía en una Asamblea Extraordinaria de Compromisarios como el club había deslizado el día antes. Pese a que el acuerdo con la fiscalía todavía no está redactado, se hará efectivo sin esa consulta. Los directivos prefieron la opción más conservadora de refrendar el total de su gestión en la asamblea de la próxima temporada. Los 5,5 millones estarán más que pagados.