La mirada de un especialista

Manel Casanova: «Messi estuvo a punto de jugar cedido un año en el Espanyol»

Experimentado 8 Casanova, exresponsable del fútbol base del Espanyol, antes de partir hacia Málaga para tomar un nuevo rumbo profesional.

Experimentado 8 Casanova, exresponsable del fútbol base del Espanyol, antes de partir hacia Málaga para tomar un nuevo rumbo profesional.

JUAN TERRATS
BARCELONA

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Hace tres meses que Manel Casanova, de 60 años, ya no trabaja en el fútbol base del Espanyol. Manel se hizo cargo de la fábrica perica en 1989, cuando varios equipos de la base tan solo contaban con siete jugadores a dos semanas del inicio de la Liga. Hoy el primer equipo de Mauricio Pochettino transita entre la élite gracias a los canteranos, su gran legado.

-Los comienzos fueron duros.

-Fue toda una epopeya. No teníamos jugadores. Recuerdo que llegamos a entrenar en 17 campos en una temporada. Lloré el día que el sub-19 pudo viajar con chándal. No teníamos ni ropa. Al cabo de ocho años ya pudimos competir con cara y ojos. Hubo un momento en que arrollamos al Barça.

-¿Qué tipo de futbolistas buscaba para el Espanyol?

-Buscábamos un futbolista inteligente, técnico, veloz, pero le hablo de todo tipo de velocidad. De reacción y también mental. Me gustaba enseñarles la profesión, porque esto es un oficio.

-Usted no era partidario de que la base entrenara solo un sistema.

-Mire, el sistema del Barça es muy bueno si el jugador llega al primer equipo, pero a muchos jugadores les ha limitado porque no han aprendido mucho más de una posición y unos movimientos. Creo que a los chicos se les debe enseñar más puestos. Ahora el Barça ha optado por cambiar algunas cosas. La competencia les ha hecho mejorar. Tengo claro que el Barça necesita a un Espanyol fuerte y competitivo en Catalunya.

- ¿Cómo llegaba a la conclusión de que un niño podía ser un buen futbolista?

-Es un tema personal, interno. Me fío de mi experiencia. En el Espanyol jugué de todo, desde extremo izquierdo a central y libre. Sé el oficio. Entonces analizo lo que yo hubiera hecho en ese instante. Si lo que hace el chaval coincide con lo que yo hubiera hecho, pienso: 'vamos bien'.

-Hablar de la cantera es fácil, trabajarla ya no tanto. Hay fracasos, apuestas que no se cumplen...

-Recuerdo a Masnou. Y a Vates. Me habría dejado cortar un brazo por él. Lo tenía todo, pero... Y la hornada del 85 era una máquina. ¿Cómo pudo ser que no llegara casi ninguno?

-Todo habría sido más fácil si el técnico del primer equipo estuviera obligado a jugar con canteranos, como sucede en el Athletic.

-Aquí manda el club. Por eso no sé si ahora se apuesta por la cantera por un tema económico, por convicción o porque algunos fichajes no han funcionado y los chavales han respondido. ¿Cómo se inicia todo? Por el fracaso de los fichajes y por la falta de dinero. Pero no, no hay narices de jugar con un equipo de canteranos. Fíjese que desde hace más de una década siempre hemos ganado a los juveniles del Athletic. Recuerdo un 10-1. En cambio, ellos utilizaban a esos jugadores para el primer equipo y nosotros no. Ahora parece que tienen una idea de cantera, pero hay que estar convencidos de que es lo mejor.

-Ahora, ya fuera del club, ¿me puede decir algún fallo en sus años de coordinador?

- A veces he estado demasiado obsesionado con el trabajo. Debí haberme portado mejor con las personas. Fui a veces taxativo, visceral. Perdí con el trato a las personas. He sido demasiado seco en muchos momentos del día. Esto es una cosa que cambiaría. También me lo llevaba todo a casa. Y con el móvil fue un desastre. No delegaba, lo reconozco.

-Ahora el club ha descubierto al jugador de casa.

-Con esta política, habría aprovechado a muchos más chicos. Ha habido jugadores de nivel que no se les ha hecho caso. No te hacían caso. Siempre he creído en el futbolista catalán y el Espanyol es la realidad del fútbol base catalán. Yo tuve ocasiones de ponerlo en práctica y no se aprovechó. Sí, 150 jugadores han llegado al profesionalismo, pero apenas aprovecharon una tercera parte de los futbolistas de la casa.

- Pero usted se convirtió en el brazo derecho del presidente.

-Fui demasiado directo con él, y lo he seguido siendo. Y Dani también se comportó como un amigo. Pero llegó un momento que ya dominaba este mundo en todas sus facetas, y yo no cambié. Le decía cosas que no le gustaba escuchar.

-Le han acusado de despilfarrador, de que encareció el fútbol base.

-Es una aberración. Estamos hablando de 30 millones de diferencia entre lo que gastaba y lo que generaba. Yo necesitaba cinco firmas para formalizar un contrato. Y luego surgió esa leyenda de que yo hacía todos los fichajes, cuando hubo tres años que no llevé el filial. Se hicieron 26 fichajes y eran de Manel, y no fue así.

-Usted entró en 1975 en el club y luego fue coordinador desde 1989. ¿Qué sensación le queda después de litigar con el Espanyol durante más de un año?

-El comportamiento no ha sido el más correcto. Porque yo no he sido una persona que haya pasado de puntillas por el Espanyol.

-Por cierto, Luis Fradua es el nuevo hombre fuerte de Sant Adrià.

-Es una persona muy correcta y le deseo toda la suerte del mundo. Perdone, pero me gustaría opinar sobre los cambios que ha habido en el fútbol base de la catalana.

- Usted dirá.

- Ha sido un retraso a nivel competitivo y las tres provincias han quedado distanciadas de Barcelona. ¡Vaya inventores! Si tuvieran un poco de conocimiento, darían un paso atrás. Hemos vuelto a la prehistoria. Si no se quiere competir, que se juegue en el fútbol escolar.

-¿Cuándo comenzaron a tutear al Barça? Supongo que los comienzos fueron duros.

-Tardamos al menos unos ocho o nueve años en competir con cara y ojos contra el Barça. Ya en 1999 dimos un salto de calidad, hasta que les superamos. Entonces ya comenzábamos a recibir felicitaciones de toda España por el trabajo en la base. Antes, los chavales venían encantados al fútbol base del Espanyol, más que al Barça, pero los últimos éxitos del club azulgrana nos han hecho daño.

-Oiga, ¿es verdad que Messi pudo jugar en el Espanyol?

-Sí, pudo venir cedido un año porque quería ir al Mundial del 2006 de Alemania.

-Cuente, cuente.

-Pues nada, me llamó Josep Colomer a última hora de la mañana. Era verano y estaba en mi despacho en Montjuïc. A unos metros, en otra sala, estaban reunidos el presidente Sánchez Llibre, Lotina, Cristóbal y Tintín Márquez. Colomer me soltó: 'Manel, ¿queréis a Messi?' Cómo no lo iba a querer si le había sufrido desde los 14 años.

-Fue una llamada impensable.

-El asunto es que Messi necesitaba jugar 20 partidos en Primera División para ir convocado con Argentina y el jugador no quería cambiar de ciudad. Bueno, y además Zabaleta jugaba en el Espanyol.

-Siga, siga.

-Fui a la sala donde estaba el presidente y puse el manos libres. Recuerdo que le hice repetir la pregunta a Colomer. Enseguida nos pusimos de acuerdo en la cesión y el padre de Messi esa misma tarde fue a hablar con Txiki. Interesaba a los dos clubs y al propio futbolista.

-Pero Messi nunca se movió del Barça. ¿Qué pasó?

-Bueno, que a los dos días se jugó el Gamper y el Barça se enfrentó a la Juventus. Ese día Messi se dio a conocer. Capello se lo quería llevar a Turín y Txiki no se atrevió a cederlo, y se rompieron las negociaciones. Se rompió todo tres días después de la pregunta de Colomer.

-Sigamos con el Barça. ¿Cómo se inicia la guerra entre los dos clubs en el fútbol base?

-Todo comenzó con Serra Ferrer y Pep Alomar. Fue la guerra. No eran de aquí, pasaron de todo y se lo permitieron. Ficharon sin respetar nada. Cuando estuvo Rifé, me fui a verle. Le planteé el tema y su respuesta fue: 'Mi obligación es traer lo mejor y si lo mejor está en el Espanyol, tengo que ir a por ellos'. En cambio, con Colomer fue bien. A Benaiges le pedí que cesara esta sangría. Me dijo que solo me los cogería de pequeños. Estos son los Oriol Romeu, Bartra, Alex. Se llevaron unos 40 futbolistas.