BALONCESTO FEMENINO

Anna Cruz revela que se retiró de la selección por culpa del maltrato psicológico de Mondelo

La barcelonesa confirma las recientes acusaciones de Xargay contra el seleccionador: "Las medallas no tienen que salir tan caras", dice

"Su maltrato psicológico continuado me generó estrés, ansiedad, depresión... No pude aguantar más toda esa mierda", aseguró en El País

Anna Cruz Mondelo

Anna Cruz Mondelo / AFP

Marc Escolà

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"Se me hace muy complicado lidiar en el día a día con ciertas cosas que no se ajustan a lo que yo entiendo con la profesionalidad de este deporte: respeto y dignidad hacia unas profesionales que llevan una exitosa trayectoria a sus espaldas". Así inició, a principios de año, la baloncestista Anna Cruz su carta de despedida de la selección española. La que fuera una de las estrellas del equipo dirigido por Lucas Mondelo, coincidiendo también con él en Dynamo Kursk, ya avisaba de la conducta poco disciplinaria a la que estaban sometidas las pupilas del seleccionador.

“Cuesta mucho llegar a la élite y es muy duro tenerlo que dejar porque una persona te hace la vida imposible. Lo haces para salvar tu salud. Su maltrato psicológico continuado me generó estrés, ansiedad, depresión… me llevó a abandonar la selección y a vivir un proceso muy difícil”, se ha sincerado en El País la jugadora de Casademont Zaragoza, que tuvo sus mejores años durante su paso por la WNBA, donde ganó un anillo con las Minnesota Lynx. Ella no fue la excepción de este maltrato, que afectó considerablemente a algunas de sus compañeras.

Normalizar el decir 'basta'

Una de ellas era Marta Xargay, que recientemente denunció malos tratos por parte del ex seleccionador. Cruz ya habló en su momento y ha vuelto para confirmar su versión sobre los métodos de trabajo de Mondelo, que dejaron a muchas jugadoras 'hundidas' mentalmente, pese a que el entrenador sigue rechazando las acusaciones que tampoco acepta la FEB.

Tras las palabras de Xargay, que reveló que sufrió bulimia y ortorexia por el trato recibido, la alero barcelonesa apuntó: “La exigencia del deporte de élite no se puede llevar por delante el resto de valores. No todo vale para ganar y ganar no lo puede justificar todo. Se tiene que normalizar el decir basta, no el tragar siempre. No vale todo”.

Respecto al estricto control de peso, Cruz analizaba cómo influía en la presión de las jugadoras: “Utilizaba lo del peso como estrategia de presión y acoso, no de control médico. Sus aspavientos detrás de la báscula eran de escarnio público. Como si mis compañeras rusas no le entendieran. Ha hundido a muchas jugadoras. A mí no me pilló por ahí, pero me fue minando por otras vías”, alegando también que “ojalá ninguna compañera tenga que volver a vivir nunca este trato. Nos encanta competir y pasamos por alto cosas intolerables. Las medallas y los títulos no tienen que salir tan caros”, sentenció Anna Cruz.

Unidas contra los malos tratos

Las jugadoras de Mondelo, hartas de sufrir semejantes faltas de respeto, se unían para luchar contra este maltrato. Aunque a veces era imposible: “Al principio de este recorrido éramos un grupo muy unido, también contra él, porque todas lo sufríamos. Nos hacíamos fuertes entre nosotras. Pero con el tiempo, él consolidó esa necesidad de conflicto que tiene para desarrollar su mando y comenzó a fomentar la competencia insana dentro del equipo”, comenta Cruz.

Tras la primera concentración post-pandemia, la alero-escolta decidió dar un paso al lado y retirarse de la selección al ver que proseguían las humillaciones a su persona. "No podía aguantar más toda esa mierda", resumió.

Cruz también reconoció que le fue muy difícil ver los JJOO de Tokio, que terminaron con España eliminada en cuartos, y con el despido del seleccionador en cuestión, Lucas Mondelo. “No pude ni poner la tele. Me hacía daño verlas. No estamos ahí por motivos extradeportivos. Son muchos años y muchas cosas que hemos vivido juntas. Muchos momentos bonitos y difíciles…”