Hace un año en el número 22 de la C/Granada

Sigue el viacrucis de los desalojados de unas ruinas de Badalona: "Hemos estado deprimidos"

Los vecinos de un bloque semiderrumbado, fuera de sus casas desde marzo de 2022, viven una odisea de la que aún se desconoce su final

PARTE II: El futuro de los desalojados de la calle Granada pende de que la banca les 'perdone' la hipoteca

Miguel, uno de los vecinos afectados, ante lo que un día fue su dormitorio

Miguel, uno de los vecinos afectados, ante lo que un día fue su dormitorio / RICARD CUGAT

Gerardo Santos

Gerardo Santos

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Al filo de las 10:00 h del día 10 de marzo de 2022, Miguel Agüera, vecino del 1º 2ª del número 22 de la calle Granada de Badalona, salía de su dormitorio para ir al baño. Apenas unos minutos después, la estancia estaba invadida de escombros. A esa misma hora, la terraza del ático 2ª colapsaba y kilos y kilos de cemento y aluminio se desplomaban en la estancia. En ese momento, Miguel no sabía que esa iba a ser la última noche que dormiría en su casa. 

“Me fue de un pelo, cuestión de minutos. Me llega a pillar mientras aún dormía y no lo cuento”, recuerda a este diario el vecino, con gesto negro. Esa misma mañana, el cuerpo de Bombers de la Generalitat, una vez estudiados los daños causados por el derrumbe, ordenó el desalojo de todos los residentes. Veintiún personas tuvieron que salir de ahí a toda prisa, dejando atrás sus pertenencias.

Ese, el del derrumbe, es el primer capítulo de la odisea de los vecinos del número 22 de la calle Granada de Badalona, un viacrucis que se alarga ya un año y que aún no conoce su desenlace. 

Una gran grieta explicita el estado ruinoso del inmueble

Una gran grieta explicita el estado ruinoso del inmueble / RICARD CUGAT

La estafa

Quique es otro de los vecinos afectados. Aunque su piso no sufrió daños aparentes en el derrumbe, tampoco puede vivir en su casa. Junto a Miguel recuerdan el primer capítulo de la odisea, la estafa. Las palabras que salen de sus bocas son muy gruesas cuando recuerdan que fueron engañados

Las semanas inmediatamente posteriores al derrumbe, el Ayuntamiento apremió a los vecinos a que apuntalasen el edificio y retirasen ellos mismos los escombros. “Hablamos de una propiedad privada, para la rehabilitación de la cual el Ayuntamiento no puede destinar recursos públicos”, recuerda el tercer teniente de alcaldía del Ayuntamiento de Badalona y concejal de Protección a las Personas, David Torrents (Junts).

Así, los vecinos pagaron 25.000 euros a una persona que debía encargarse de apuntalar el edificio. Sin embargo, el supuesto paleta colocó unos pocos puntales y desapareció, dejando en la estacada a los residentes. “Dicen que lo han visto por el barrio, yo la verdad prefiero no verlo de nuevo, porque…”, dice Miguel, mordiéndose la lengua.

Los hoteles

“Me comprometí desde el primer minuto a garantizar que tuviesen un lugar digno para vivir. Con los afectados de la calle Granada y con cualquier persona desalojada”, recalca el edil Torrents.

Si bien resulta subjetivo medir la dignidad, lo cierto es que los vecinos estuvieron viviendo en hoteles a cargo del consistorio durante los primeros ocho meses de la odisea. Primero, en Santa Coloma de Gramenet, hasta que llegó el verano. Después, en Barcelona.

Como las habitaciones no tenían cocina, Miguel recuerda que le tocó comer de menú todo ese tiempo: “¡A 20 euros por comida, echa cuentas de cuánto me he gastado!”. 

Los alquileres

La estancia en hoteles terminó en noviembre de 2022, cuando se resolvió que Granada 22 tenía que ir al suelo. Para entonces, cinco de las familias del bloque pidieron entrar en alguno de los pisos de alquiler social de la mesa de emergencia. Una vez revisadas las peticiones, se asignaron pisos a cuatro de las cinco familias.

Dos de esos pisos, los de Miguel y Quique, no reunían las condiciones mínimas de habitabilidad e higiene, cosa que retrasó su entrada unas semanas, una vez el Gobierno municipal se encargó de limpiarlos y acondicionarlos con los electrodomésticos básicos. Quique y Miguel están negociando que el consistorio también asuma el coste de alta de suministros, algo de lo que finalmente se encargará el Ayuntamiento, según el concejal Torrents. 

Desde el derrumbe, en marzo del 22, y hasta el mes de octubre, el Gobierno municipal gastó 234.232 euros en la atención de los vecinos afectados, según los datos facilitados por la concejalía local de Protección a las Personas.

Quique, otro de los vecinos, en el pasillo de entrada al bloque, chapuceramente apuntalado

Quique, otro de los vecinos, en el pasillo de entrada al bloque, chapuceramente apuntalado / RICARD CUGAT

La vida nueva

El viejo bloque de la calle Granada de Badalona está sentenciado. Un informe confirma la ruina técnica del edificio y un segundo informe explicita la ruina económica que acarrearía una hipotética reforma. Su existencia es como la de una lejanísima estrella que desde la Tierra aún podemos ver, pero que en realidad lleva tiempo muerta

Los que sí que siguen ahí son los vecinos, mirando al cielo. La tarde del 6 de marzo de 2023, Miguel y Quique observan a pie de calle la brecha que recorre de punta a punta la fachada. Ambos observan el bloque como el que mira una antigua foto de familia. Conversan de los temas que capitalizan su vida desde hace un año: abogados, informes arquitectónicos, facturas de suministros o hipotecas. Aseguran que la odisea les ha cambiado la vida. Han atravesado periodos de depresión y han tenido que aprender a gestionar el estrés. Ambos dicen que han perdido más de diez kilos en este año.

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