UNA SITUACIÓN LÍMITE

El 'limbo' de la familia superviviente del incendio de Sant Roc: de héroes a desahuciados

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Anna Rocasalva

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Un año después del incendio en el bloque del número 244 de la Avenida del Marqués de Mont-Roig, en el barrio de Sant Roc de Badalona, que dejaba tres muertos y una veintena de familias sin casa, hay familias que todavía no han podido regresar a sus casas. 

En un primer momento, las instituciones calcularon que en poco tiempo los vecinos podrían volver a sus viviendas, pero 12 meses después solo lo han conseguido dos familias. Nueve de ellas fueron reubicadas de forma provisional en siete pisos y dos viviendas de la Generalitat y el Ayuntamiento de Badalona respectivamente, como medida “excepcional”.

Es el caso de la familia de Yassine Maahi, el padre que el día del trágico siniestro fue descrito como un “héroe” por el ‘president’ de la Generalitat, Quim Torra, y el alcalde de Badalona, Álex Pastor, porque salvó la vida a sus dos hijos, a su suegro, y al niño de un vecino, mientras el bloque entero ardía.

Ahora su futuro pende de un hilo porque a la familia de Maahi se le acaba el plazo para abandonar la vivienda de la Generalitat, que pasará a manos municipales para casos de la Mesa de Emergencia; “una situación que no encaja con la de esta familia”, según fuentes del consistorio, ya que ambos progenitores trabajan. 

La familia Maahi "no encaja" dentro de una situación de Mesa de Emergencia porque ambos progenitores trabajan 

Pero tampoco pueden volver a Sant Roc porque su vivienda ahora es propiedad de Bankia. “Y con el sueldo que ganan, no pueden pagar un alquiler al precio de mercado”, resume Carles Sagués, el secretario de la plataforma Sant Roc Som Badalona, quien ha llevado el caso.

Una acción “heroica”

El 5 de enero del 2019, a las 8:15 de la mañana, Bahija Ezzyyany dejó a sus cuatro hijos, a su padre y a su marido en casa y se fue a trabajar. Pero una hora más tarde recibiría la peor de las llamadas: “Era mi padre, que me dijo antes de colgar: ‘se quema la casa y estoy con los niños dentro’”, recuerda la madre, quien está de baja por depresión.

A las 9:05, Yassine Maahi, el padre de familia, salía de casa con sus dos hijas mayores, Nora y Layla, cuando se dio cuenta del humo“El primer piso se estaba quemando y los ocupantes abrieron la puerta y salieron corriendo”, describe el propio Yassine, nacido en Marruecos, a quien le cuesta comunicarse en castellano. Ello provocó un 'efecto chimenea' y convirtiendo el hueco de la escalera en un remolino de fuego.

Sin pensárselo dos veces dio la vuelta al bloque y, gracias a una escalera de un trabajador que casualmente estaba en la zona, logró subir hasta el segundo piso y encaramarse por los cables telefónicos hasta el tercero, donde el abuelo fue descolgando a sus nietos, Dania, de 4 años, y al pequeño Ismael, de 2, antes de bajar el propio anciano a través de la diminuta ventana del dormitorio. Pero Yassine no se quedó ahí. Volvió a subir, esta vez hasta el cuarto piso, para rescatar al hijo de un vecino cuyo padre, desesperado, lo mantenía colgado por los pies desde el balcón.

“Cuando llegué y vi a mi familia sana y salva fue una sensación de alivio y horror a la vez. El bloque entero se quemaba, y nuestros vecinos chillaban desde las ventanas. La señora del quinto se resbaló y se estrelló contra el suelo. Nora aún tiene pesadillas”, explica la madre, cuya hija ha estado en tratamiento psiquiátrico.  ¿Miedo? "No, en ningún momento tuve miedo. Soló pensé en sacar a mi familia de allí y salvar a cuantos más vecinos fuera posible", relata el protagonista de la hazaña.

Yassine Maahi se encaramó por los cables telefónicos para salvar a su familia y al hijo de un vecino de las llamas

Un año difícil

Desde su actual residencia propiedad de la Generalitat, Bahija describe la situación como “unos meses muy difíciles”. “Tras el susto inicial, hubo un gran despliegue de autoridades pero al cabo de unas semanas todo ese apoyo fue desvaneciéndose”, explica a EL PERIÓDICO.

Después de hospedarse en casa de la hermana del marido de Bahija -donde vivían 13 personas-, fueron alojados en un piso turístico en Santa Coloma de Gramenet que, al cabo de unas semanas, tuvieron que dejar porque ya estaba apalabrado para visitantes del Mobile World Congress. 

Cuando le dieron las llaves de su actual piso en Badalona “no había nada; eran sólo cuatro paredes, sin suministros básicos”, recuerda la madre. “Servicios Sociales nos puso los colchones y un pequeño armario, y lo demás, ‘lo peleamos con el seguro’”, agrega.  

Aliance Seguros les ofreció un "alquiler precario" con el cual no podían encontrar una vivienda para siete personas, razona la madre. En vez de eso, Bahija logró que el seguro les pagase unos 2.000 euros para comprar "un sofá, una mesa, una lavadora y una nevera". "Además -continúa- cuando entramos en el piso todo fallaba: se inundó el suelo del lavabo, ni la persiana ni las luces del dormitorio funcionaban, la pica se cayó, la vecina de abajo se quejó porque había filtraciones de agua…".

“Cuando se declara una emergencia como esta hay que estar a la altura y actuar de forma extraordinaria”, lamenta Sagués. Por su parte, la regidora de Vivienda, Teresa González, defiende que el Ayuntamiento “centralizó los servicios para un óptimo acompañamiento a las familias y negoció con la Generalitat la cesión temporal de las viviendas”. 

Un ‘limbo’ habitacional

A pesar de todas las vicisitudes, la familia Maahi quiere quedarse donde está. En Bufalà han podido rehacer su vida pero saben que en breve les llegará una carta con la fecha límite para abandonar la 

La familia Maahi reclama un alquiler social para poderse quedar en la vivienda de Bufalà

vivienda. “Y la Generalitat no regulariza las ocupaciones”, advierte la regidora Moreno.

“En el piso de Sant Roc estaban hipotecados, pero no podían pagarlo. Se llegó a un acuerdo con Bankia para una moratoria de cinco años pero, finalmente, este 27 noviembre firmamos la adhesión en pago, y ahora la vivienda es propiedad del banco, con lo cual ya no pueden volver”, explica Carles Sagués.

La plataforma y la familia se han puesto en contacto con la Generalitat y los Servicios Sociales para explicarles la nueva situación y pedir un alquiler social, pero desde el consistorio afirman que su situación no encaja con la de la Mesa de Emergencia para la cual la vivienda será destinada. “Si nos echan, nuestra única alternativa será ocupar”, concluye Bahija Ezzyyyany, sujetando una carta del propio Quim Torra que reza: “El Palacio de la Generalitat, la casa de todos, es también vuestra casa”.

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