ÓBITO

Los amantes de la música dan el último adiós a De Larrocha

Unas 1.500 personas acudieron ayer a la capilla ardiente en el Palau de la Generalitat

La capilla ardiente instalada en el salón Sant Jordi, ayer.

La capilla ardiente instalada en el salón Sant Jordi, ayer.

MARTA CERVERA
BARCELONA

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Coronas de flores enviadas por los principales representantes de la cultura y ramos más sencillos de gente anónima acompañaron al féretro de la gran pianista barcelonesa Alicia de Larrocha ayer en el salón Sant Jordi del Palau de la Generalitat. Unas 1.500 personas, según fuentes de la Generalitat, se acercaron para darle el último adiós. Hoy será incinerada, y sus cenizas serán lanzadas al mar.

Cinco libros de condolencias recogieron las muestras de aprecio hacia esta mujer discreta y de pequeña estatura pero de gran calado humano y artístico que murió el pasado viernes a los 86 años. «Mi madre tenía muchos amigos, importantes y conocidos, y muchos que no», dijo ayer su hija Alicia Torra, que junto a su hermano, Juan, recibieron tanto a gente anónima como conocida, como el presidente de la Generalitat, José Montilla, los expresidentes Jordi Pujol y Pasqual Maragall, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, los compositores Albert Guinovart y Leonard Balada, la mecenas musical Paloma O’Shea y discípulos de la pianista como Mac McClure. Otros enviaron sus condolencias por e-mail y teléfono colapsando los terminales de la familia. El pianista Joaquín Achúcarro, desde Dallas, recordó a EL PERIÓDICO: «Alicia es una leyenda, una pianista genial. Me parecería injusto que le colgaran la etiqueta de intérprete de Albéniz, Falla y Granados porque eso oscurecería sus Brahms, Beethoven, Mozart y Ravel, que dejan constancia de que era una pianista universal». Romà Escales, director del Museu de la Música, ya ha ofrecido a la familia organizar una exposición sobre la artista.