Interferencias

'Un fotogénico disparate', por Nando Salvà

NANDO Salvà

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No dejemos que el celo cívico y humanitario nos confunda. No seamos progres. Los festivales deberían premiar las buenas películas y no las intenciones presuntamente buenas, sobre todo porque en nombre de las buenas intenciones pueden cometerse muchos disparates. QueYo, tambiénobtenga dos premios en un festival de cine es un disparate. Muy vistoso y fotogénico, de gran impacto promocional, pero un disparate al fin y al cabo.

El jurado cayó en la trampa. Asumió que la temática de una película ya lleva implícito un valor artístico, que sobre el síndrome de Down no pueden hacerse malas películas, y es dogmatismo legitimado por la corrección política y, sobre todo, una forma de amansar conciencias. Premiar el rudimentario trabajo interpretativo de un discapacitado es un gesto: ellos también pueden ser actores e incluso ganar estatuillas. Todos somos iguales y, para demostrarlo –y para dar barniz cinematográfico a la decisión–, ahí está el galardón que su compañera de reparto, Lola Dueñas, recibió a pesar de que otras actrices de la competición lo merecían más. Ahí lo tienen. Una bonita foto. Una gran pancarta, un efectivo eslogan. Un disparate.