Sábados desde la platea

La gran dama del teatro catalán

Anna Lizaran brilla en 'El cercle de guix caucasià'

Anna Lizaran, en la obra.

Anna Lizaran, en la obra.

GONZALO Pérez de Olaguer

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¡Vaya pedazo de actriz! Con todas las razones del mundo Anna Lizaran se ha ganado el título de gran dama de la escena catalana. Puso la primera piedra en 1976, cuando con Lluís Pasqual, Fabià Puigserver y un grupo de gentes de teatro creó el Lliure de Gràcia. En estos más de 30 años se ha ido consolidando como lo que hoy es: una grandísima actriz, con un caudal de registros imponente. La segunda parte del Brecht del Teatre Nacional (El cercle de guix caucasià), toda suya, es una explosión de actriz, que puede con todo, hace olvidar los errores de la larga primera parte y acaba levantando al público de los asientos. Ella y Marta Marco, es justo decirlo.

40 personajes en escena

El cercle de guix caucasià(1944) es uno de los mejores textos didácticos que usa sutilmente la fórmula del teatro dentro del teatro. Desde una compleja estructura, Brecht habla de justicia, de las guerras, de la doble moral y algo tiene este texto de cuento moral con final feliz. Brecht, en buena parte de su teatro, quería cambiar el mundo a través de la escena. Con más de 40 personajes --muchos doblados por el director, Oriol Broggi- tiene dos principales: Grusche (Marta Marco) y el juez Azdak (Anna Lizaran). El juicio sobre los derechos de una madre adoptiva y una biológica centran una extraordinaria segunda parte. Uno recuerda el montaje que trajo el Berliner Ensemble en 1986 al Mercat, de una fuerza imponente. La que no tiene el de Broggi en la primera parte.

Una parte larga --cerca de una hora y media--, poco matizada y falta de nervio, con voces poco cuidadas, reiteraciones y alargamientos innecesarios, incluso musicales.

Todo cambia después, cuando Lizaran ocupa durante más de una hora el escenario y sus manos, sus miradas, sus gestos, su ironía y su rabia van directos al estómago del público. Ahí encuentra a una espléndida Marco que te pone la piel de gallina. La gran dama del teatro catalán se adueña del escenario, como ya hizo enLa bona persona del Sezuán, del mismo autor, interpretando magistralmente en 1988 dos personajes. Solo las grandes actrices son capaces de seducir con obras comoEl matrimoni de Boston, Tot esperant Godot, Les noces de Fígaro, Dissabte, diumenge i dillunso este Brecht. Del amplísimo reparto hay que citar también a Jordi Banacolocha, Òscar Muñoz y elcantaireVíctor Estévez.