EL CHANTAJE DEL EMPLEO MONEGAL

LA SEXTA

Han emitido en La Sexta noche fragmentos de una larga conversación entre Miguel Ángel Revilla y Pepe Mujica en Cantabria. Permítanme que resalte un instante: cuando el expresidente de Uruguay habló de los grandes lobbys transnacionales y su presión con los puestos de trabajo. Decía: «Es una lucha injusta. Tú necesitas puestos de trabajo para tu gente y, de repente, te vienen estas empresas y te exigen condiciones. Y acabas dándoles ventajas que niegas a tus compatriotas. Es una injusticia, pero no puedes salir de esa lógica, porque sino no tienes puestos de trabajo». Efectivamente, hemos llegado a una situación miserable: el trabajo ya no es un derecho, es un arma utilizada como chantaje. La concentración del gran capital en pocas manos, en unos pocos pero poderosísimos lobbys y trusts, transforma su capacidad para generar empleo en una extorsión permanente. Los efectos colaterales de esta perversión son inquietantes. Con esta lógica, por ejemplo, algún nazi podría defender los campos de exterminio alegando que las fábricas de gas Zyklon B proporcionaban muchos puestos de trabajo. ¡Ahh! Estos tres días de Revilla y Mujica en Cantabria deben de haber sido apasionantes. El pasado 5 de octubre, 60 minuts (El 33) nos pasó un reportaje sobre Mujica grabado por un equipo alemán. Le siguieron durante un viaje a Berlín. Frau Merkel lepuso un cochazo impresionante. Allí dentro, Mujica parecía perdido. Desubicado. Luego, el mismo equipo le visitó en Uruguay, en su humilde chacrita de Montevideo. Allí era feliz. Cantaba versos de aquel tango de Aníbal Troilo: «Después de tanto tiempo sin verte / de no hablarte / y ya cansado de buscarte...». Ahora, en Cantabria, le decía a Revilla con un punto de retranca: «El bicho humano es utópico. Necesita creer. Y hoy no encuentra...». Exacto. No encontramos nada.