Protesta de taxistas del la compañía Elite se manifiestan frente a la sede de Cabify

RICARD FADRIQUE

Un taxi compartido entre personas que ni siquiera se conocen, pero que coinciden en la necesidad de llegar al mismo destino y la voluntad de ahorrarse un capital. Esa es la propuesta estrella de un conjunto de iniciativas que el gremio ha presentado a Ada Colau como máxima autoridad del Ayuntamiento de Barcelona y del gobierno metropolitano, en aras de hacer más competitiva su oferta. La idea tiene mucho que ver con la amenaza que representa la irrupción de los vehículos de alquiler con conductor, los VTC, y las prácticas intrusivas que se denuncian desde el sector. Una llamada desesperada que ha sido atendida por Colau, siempre receptiva, pero que por primera ha cerrado filas oficialmente en torno a las reivindicaciones de los profesionales del negro y el amarillo.