La resaca en la Cámara catalana

...y mano tendida al 15-M

JOSE RICO / ALBERT OLLÉS
BARCELONA

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Pese a que nadie en el Parlament duda en condenar los hechos del miércoles, también existe la convicción de que no todos los indignados que acudieron a dificultar la entrada de los diputados en la Cámara catalana son violentos. Se plantean el diálogo con ellos, pero no lo ven sencillo. Algunos, porque juzgan perfeccionable pero intocable el sistema actual. Otros, porque creen que han impulsado o impulsan iniciativas que los indignados pueden compartir.

La diputada de CiU Titon Laïlla considera que hay medidas que favorecerían la demanda de una «democracia real» pero advierte: «No se trata tanto de contentar a los que protestan como de abrir una reflexión, de los políticos y de toda la sociedad». Y subraya como un problema principal que «no tienen interlocutor».

El parlamentario del PP José Antonio Coto tiene claro qué deben hacer los desencantados con la situación actual: votar a su partido. «No puede ser que, cuando gobierna el PP, el PSOE sea el cambio, y cuando gobierna el PSOE, el cambio no sea el PP, sino un cambio de sistema», subraya.

REGENERACIÓN POLÍTICA / En el PSC, el movimiento de los indignados se está siguiendo con atención, aunque a una distancia prudente. Destacados dirigentes del partido ven en los integrantes del 15-M que están en contra del uso de la violencia un futuro caladero de afiliados y votos, en un momento de especial necesidad para los socialistas catalanes, que llevan desde 1999 perdiendo base electoral. «El PSC ha de abrirse a sectores de la izquierda crítica», reza la ponencia marco del 12º congreso del partido, previsto para octubre.

Para conectar con ellos, ese mismo documento defiende una «regeneración de la política» mediante una «profunda mejora de los mecanismos de representación y participación, leyes electorales incluidas». También se avalan las listas abiertas, como recordaron ayer varios diputados socialistas, entre ellos el viceprimer secretario del PSC, Miquel Iceta, que situaron en el debate congresual la concreción de sus alternativas.

La fuerza más descolocada con el 15-M es ICV-EUiA. El movimiento la mete en el mismo saco que al resto de los partidos, pese a que ha vehiculado muchas de sus reivindicaciones en el Parlament y en el Congreso, como la dación hipotecaria y medidas contra la corrupción y a favor de la transparencia. El líder de Iniciativa, Joan Herrera, planteó ayer en una interpelación un pacto anticorrupción, la publicación de los bienes de los diputados y la regulación de las consultas populares para que sirvan para revocar el mandato de cargos elegidos y para derogar leyes.

ERC también ha hecho bandera de la transparencia. Su primera iniciativa de la legislatura fue una ley de acceso a la información pública para luchar contra la corrupción.

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