Crudo futuro en el golfo

Los afectados por el derrame de BP se sienten «abandonados» a los seis meses del accidente

Mancha 8Dos barcos, en faena.

Mancha 8Dos barcos, en faena.

EMILIO LÓPEZ ROMERO
NUEVA YORK

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Seis meses después del accidente que costó la vida a 11 personas y causó el peor vertido de la historia de EEUU, casi nadie habla del desastre del golfo de México provocado por BP. La marea negra que afectó a Luisiana, Alabama y Florida ha desaparecido de la agenda de los políticos y las cámaras buscan noticias en otras zonas del país. Nadie habla de ello excepto las víctimas del derrame, que se sienten«abandonadas» por las autoridades.

Muchas siguen a la espera de las ayudas prometidas. De las más de 200.000 reclamaciones presentadas, solo se han atendido unas 73.000 con cargo al fondo de 20.000 millones de dólares (14.200 millones de euros) que la petrolera BP se vio obligada a crear para compensar a los afectados y ayudar en la recuperación a largo plazo de la economía del golfo. De momento, se han repartido cerca de 1.500 millones de dólares (unos 1.000 millones de euros) entre empresarios y pescadores perjudicados por la mancha de crudo.

Los afortunados que ya han recibido sus cheques siguen con sus vidas, pero otros como Alan Sunset, propietario de una pequeña flota de barcos mariscadores de Alabama, no esconden su frustración por un sistema de reparto de las ayudas que consideran«injusto».En muchos casos el dinero«llega tarde y con cuentagotas», lo que ha despertado envidia entre los damnificados.

Aunque el Gobierno levantó hace meses la veda a la pesca en el 90% de las aguas del golfo y los mariscos de la zona son aptos para el consumo, la Asociación de Cultivadores de Ostras de Luisiana se muestra«muy pesimista», ya que la inmensa mayoría de sus viveros están muertos.«No tenemos estimación de los daños ni de cuánto tiempo llevará arreglarlos, pero esta es nuestra vida y no tenemos otro sitio adonde ir», afirmó su presidente, Byron Encalade.

Consecuencias políticas

En la vertiente política del caso, la oposición republicana intentó comparar el derrame del golfo con el huracán que arrasó Nueva Orleans en el 2005. Hay quien incluso se atrevió a hablar delKatrina de Obama, pero los analistas coinciden en que el daño a su imagen será mínimo. No obstante, el estratega demócrata Mark Mellman reconoce que el presidente se vio obligado durante semanas a dedicar sus esfuerzos a«luchar contra la marea negra, en vez de concentrarse en su agenda».

Donde nada será igual es en las zonas afectadas por el vertido, casi 800 millones de litros de crudo expulsados al mar. Pese a los llamamientos de las autoridades y los coreografiados chapuzones de la familia Obama en el golfo de México para convencer a los estadounidenses de la limpieza de las aguas y las bondades del clima, el pasado verano fue uno de los peores que recuerdan los empresarios del sector turístico, con caídas de ingresos de hasta el 30%.

Está por ver si las petroleras aprenderán la lección y corregirán los errores que propiciaron este vertido sin precedentes, apostando por una nueva cultura empresarial que prime la seguridad y la prevención. De momento, deberán adaptarse a las nuevas reglas del juego impuestas por la Casa Blanca, que hace dos semanas levantó la moratoria de las perforaciones en alta mar. Una primera empresa ya ha solicitado los permisos.