FESTIVAL DE CANNES

Kawase ahonda en el sentimentalismo

La cineasta presenta 'Radiance', donde recurre a parte del sentimentalismo que usó en 'Una pastelería en Tokio'

Naomi Kawase, este martes en el festival de Cannes, donde presenta 'Radiance'.

Naomi Kawase, este martes en el festival de Cannes, donde presenta 'Radiance'. / periodico

NANDO SALVÀ / CANNES

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Naomi Kawase lleva tiempo siendo hija predilecta del Festival de Cannes. Hace exactamente 20 años la japonesa se convirtió en el más joven ganador de la Cámara de Oro -el galardón que este certamen otorga a los directores noveles- gracias a 'Suzaku' (1997), y desde entonces ha competido por la Palma de Oro en cinco ocasiones. Sin embargo, la mayoría del público no oyó hablar de ella hasta que 'Una pastelería en Tokio' 'Una pastelería en Tokio'(2015), hasta la fecha la más sensiblera y melodramática de sus películas, obtuvo un relativo éxito internacional

Por todo ello no es extraño que en 'Radiance', la película que este martes ha presentado aquí a competición, Kawase vuelva a recurrir a parte de ese sentimentalismo. Lo hace para contemplar la relación que una escritora de narraciones para películas adaptadas a ciegos establece con un celebrado fotógrafo que se está perdiendo la vista y que forma parte de un grupo de invidentes que valoran el trabajo de la joven. La tensión que inicialmente existe entre ellos poco a poco va transformándose en entendimiento mutuo hasta que un romance, o la promesa de uno, florece. 

Resulta difícil no ver a la joven como un álter ego de la propia Kawase, especialmente cuando pronuncia frases como “Quiero que el cine comunique un sentimiento tangible de esperanza” y teniendo en cuenta que, en sus mejores momentos, 'Radiance' ofrece una interesante reflexión sobre el propósito del cine: dar al espectador las herramientas adecuadas para que se sumerja en otros mundos. Es una pena que, mientras lo hace, a menudo recurra a frases de diálogo pomposamente cursis -“mi cámara es mi corazón”, asegura el fotógrafo en una escena- y en general a una sensibilidad definitivamente New Age. 

En el proceso, es cierto, 'Radiance' proporciona una belleza visual que no sorprenderá a nadie que conozca la filmografía previa de 'Kawase', pero si en películas como 'El bosque del luto' (2007) -por la que obtuvo aquí el Premio Especial del Jurado- lo estético establecía una relación simbiótica con lo psicológico, aquí la función de todos esos planos de atardeceres y nubes pasajeras es, más que nada, hacer bonito. 

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