CRÍTICA

Más allá del costumbrismo

Tras un debut generacional, Marta Rojals confirma su valía en una segunda novela

VICENÇ PAGÈS JORDÀ

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Muchos lectores recordarán la primera ficción en la que se sintieron protagonistas, es decir, en la que se identificaron con la vida concreta de algún personaje. Y quien dice la vida concreta dice la música, las palabras, los lugares, las marcas comerciales, una determinada manera de entender el humor y el horror. Son textos rabiosamente contemporáneos que hablan de aquello de lo que hasta el momento no se había escrito. Ha sucedido desde Jack Kerouac hasta Ben Brooks, con la movida madrileña, con la serie Treinta y tantos, con la película Reality bites… Son preferibles, sin embargo, los productos de proximidad. Es lo que ocurrió con Primavera, estiu, etcètera, la primera novela de Marta Rojals (La Palma d'Ebre, 1975), publicada hace tres años, que narraba el regreso de una mujer de 30 años a su pueblo y que ha sido un éxito gracias a los boca-oreja digital y analógico.

No es necesario que estas obras, llamémoslas generacionales, estén muy bien escritas, pero Primavera, estiu, etcètera era una excepción. Su segunda novela, L'altra, muestra la vida de unos cuantos miembros nacidos en la misma década. Ahora la acción transcurre en Barcelona y las expresiones dialectales de muchos diálogos ha sido sustituidas por castellanismos habituales (bueno, algo, vale) a los que se les ha aplicado la ley de extranjería de la cursiva.

El peligro de L'altra podría haber sido el costumbrismo, es decir, que se limitara a propiciar complicidades a base de recrear lo que los lectores ya saben. Inicialmente, puede parecer que los personajes existen solo para que se concreten las tendencias de esta época: la precariedad laboral, la emigración al extranjero, las participaciones preferentes… Poco a poco, sin embargo, nos damos cuenta de que no es más que un telón de fondo para que evolucione la protagonista absoluta, Anna. Su pareja, sus parientes, amigos y conocidos no son más que personajes secundarios que ayudan a darle relieve.

Diseñadora free-lance, Anna tiene 38 años y vive con Nel, de 40, que acaba de quedarse sin trabajo. Como escribe Rojals, «en una parella, la repetició té dos desenllaços possibles: la divisió o la multiplicació». Las diferencias de carácter, las dificultades para pagar el alquiler y la hipótesis de los hijos sirven para que la autora despliegue su poder de observación y de síntesis, transmitido con una lengua fresca, atenta a los nuevos giros pero sin perder de vista el lenguaje de los abuelos.

Si la parte central de Primavera, estiu, etcètera se alargaba sin que la trama progresara mucho, L'altra incorpora una sucesión de giros que pueden enganchar a los lectores más perezosos. El título ya sugiere que la protagonista tiene una doble vida, que en el último tramo resulta ser triple, ya que una parte importante de su pasado ha sido escatimada al lector. Finalmente, Anna enfoca su vida a partir de los recuerdos que ha sepultado, de manera que lo que parecía el tema central no es más que un mal menor (o un bien insignificante, según el momento).

Marta Rojals no es solo la escritora de moda, sino que muestra una innegable sabiduría vital y narrativa. Al margen de las libertades lingüísticas y de unos saltos temporales bastante funcionales, retrata las últimas tendencias de nuestra sociedad de una forma tradicional, lo que no es un reproche, todo lo contrario.

L'ALTRA Marta Rojals La Magrana 336 págs . 18 €