tú y yo somos tres

Sepa cuándo morirá

FERRAN MONEGAL

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Para despedir la temporada deCuarto milenio(Cuatro), mi admiradaCarmen Porternos ha hecho un inquietante regalo:«¿Se ha preguntado usted alguna vez cuándo fallecerá?», nos dijo con mirada enigmática. Y acto seguido nos presentó un reloj, del que advirtió:«Marca y calcula exactamente la hora en que va usted a fallecer. Poco a poco, cada día, este reloj le irá descontando el tiempo que le queda de vida. Y cuando se acerque el día de la muerte, una alarma sonará avisándole de que ya le queda poquito». Hombre, el invento es tétrico a más no poder, francamente.Carmenpodía haber buscado otro regalo para despedir la temporada. El reloj que marca la muerte yo no lo voy a comprar, ya se lo adelanto. Pero bien mirado, quizá ese artilugio sea útil para saber lo que van a durar en su cargo los personajes públicos importantes; saber cuándo van a cesar. Sería un aviso tranquilizador para los ciudadanos. Escuchar de pronto la alarma del reloj en un Consejo de Ministros. En la junta de directivos de Bankia... ¡Ahhh, qué felicidad!

PASTILLITAS SÁNCHEZ DRAGÓ.-Le ha preguntadoJordi Gonzáleza Fernando Sánchez Dragó(El gran debate, T-5) cuál es el secreto de su eterna juventud. ¡Ah! Efectivamente, causa admiración en el mundo mundial que a sus 76 años de edad no solo esté como un tigre, sino que, además, vaya a ser otra vez padre. ADragóno solo le gustó la pregunta, sino que además venía preparado. Llevaba una bolsa con cientos de pastillitas de elixires naturales, fitoterapia variada -un hermoso ejemplar de hongo reishi incluido- y advirtió que cada día se toma 90 píldoras de manera sistemática. No obstante -y no pretendo ahora menoscabar, ni mucho menos, la importancia y efectividad de las terapias naturales- dijoDragóuna cosa, cuando estaba más exultante, que merece resaltarse: puntualizó que también se toma cada día 125 miligramos de ácido acetilsalicílico para la red coronaria; una pastilla de Cialis para la disfunción eréctil, y Atorvastatina para bajar el colesterol. O sea, que las 90 píldoras diarias de extractos herbáceos orientales y occidentales serán fantásticas y colosales, pero para el corazón toma aspirina; para los depósitos de grasa en la sangre, estatinas, y para resucitar su cacahuete, se zampa cada día una Viagra. Es decir, para los órganos y zonas importantes confía más en la medicina tradicional, tan efectiva, y tan denostada. ¡Ahh! Ha sido una confesión interesante.