Clara Segura: "'Nit i dia' es el plató de la vida"

La actriz protagoniza la nueva serie de forenses que TV-3 estrena este lunes

OLGA LERÍN / BARCELONA

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Clara Segura (Barcelona, 1974) es una de las actrices más potentes de la escena actual. Algunos no han dudado en colgarle las etiquetas de la 'Sofía Loren catalana' o la 'Anna Magnani catalana'. Ella, con una modestia que le honra, se ruboriza e insiste en que todavía le queda mucho por aprender. Por el camino va dejando su impronta en grandes piezas, como 'Antígona', 'Incendis' 'Una giornata particolare'; créditos cinematográficos ('Mar adentro', 'Los ojos de Julia' y 'Una pistola en cada mano'), y menos tele ('Porca Misèria', 'Vinagre', 'Descalç sobre la terra vermella').

Tras una larga ausencia, regresa a la pequeña pantalla con un personaje enigmático, Sara Grau, que habita en la nueva serie de TV-3, 'Nit i dia', una producción asociada de TVC y Mediapro que se estrena este lunes (22.35).

–El equipo de la serie insiste en distanciarse de la veterana 'CSI'.

–Sí. Cuando visioné el primer capítulo de 'Nit i dia', me sorprendió mucho, porque, inevitablemente, el referente te lleva a los americanos. 'CSI' es muy trepidante y los casos tienen mucha acción. Pero nosotros no tiramos tanto por aquí. La acción es fuerte, pero también es muy importante el conflicto que hay entre los personajes, complejos, porque dicen una cosa y hacen otra.

–Los directores Manel Huerga y Oriol Paulo dicen que sus referentes son series como 'The Borgen'.

–El otro día pensé que 'Nit i dia' es muy nórdica. El 'look' y la temática son un poco más sórdidas de lo que es habitual; no tanto por lo que enseña, sino por el carácter de los personajes. No hay nada explícito, pero nos han asesorado muy bien. Y esto se nota. Aquí no hay convenciones. En 'CSI', sí.

–Intuyo que no se ve como una Cathy Willows [una de las forenses de 'CSI'] a la catalana.

–!Para nada! Sara es un personaje enigmático y, a la vez, bastante apasionante de interpretar, porque es cerebral y, de vez en cuando, instintivo. Todos los personajes no están claramente definidos de entrada. A medida que avanzan los capítulos, se van descubriendo.

–¿Ha visionado alguna de estas producciones antes de entrar en materia?

–He visto algún capítulo de 'Principal sospechoso: último caso, con Helen Mirren', para comprobar cómo se mueve en este mundo. Del resto, he mirado pocas cosas: algo de 'CSI', 'Anatomía de Grey'..., pero como ya no vamos en esta línea, no me he empapado tanto… Tenía el reto del instinto, de hacer lo que sale en los ensayos, en los guiones y en los rodajes.

–¿Qué pensó cuando le propusieron el papel de Sara?

–Que era muy atractivo defenderla y no juzgarla. La serie es bastante inteligente como para que no se juzgue nunca a nadie. Y esto me interesó mucho. También era un reto toda la parte profesional del personaje, como forense. A nivel emocional tiene hándicaps, pero a nivel de acción es valiente.

–¿Se empapó mucho de la técnica forense?

–Lo que más me he preparado, porque no se graba todo en orden, ha sido mi trama durante los 13 capítulos para saber dónde estoy en cada momento. Los actores ya lo hacemos habitualmente, pero aquí lo he acentuado, porque hay muchos casos que están unidos, otros se van repitiendo… A nivel de recorrido emocional, tengo muchos saltos y me preocupaba mucho encontrar esa coherencia. Fui a ver autopsias y a hablar con los médicos. Lo que me ha interesado más es observar cómo se hace una autopsia a una persona a la que no le tocaba morir y cómo te afecta eso, cómo suplantas tu vida personal llenándola de vitalidad para poder salir adelante y que tu existencia no se te haga sórdida.

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–Han contado con un asesor, el médico forense Carles Martín. ¿Le ha pedido mucho consejo? 

–Sí, sobre todo al principio, en los levantamientos de cadáver. Le preguntaba: "¿Dónde puedo tocar?, ¿dónde dejo la maleta?" Todo puede ser una prueba o un indicio... Se te plantean mil cosas. En esta serie hemos tenido el privilegio y la suerte de hacerla sin plató, todo es real. Para el actor es un gustazo. 'Nit i dia' es el plató de la vida, porque, aunque la profesionalidad de los forenses y los jueces hace que analicen las cosas con frialdad, no dejan de ser personas con historias detrás.

–¿Qué le ha costado más?

–Ha habido cosas que no parecían difíciles,y lo eran. Por ejemplo, hay un momento en el que presento las instalaciones a Fátima (Alba Pujol) y hacer ver que es mi casa a mí me costaba. Eso lo puedo hacer en un teatro, porque lo conozco muy bien, pero aquí… Una cosa es como está escrito el guion y otra, cómo te mueves con soltura por el Institut de Medicina Legal. El telespectador no lo notará, pero yo sí que veo la diferencia entre lo que grabé primero y lo que he hecho últimamente, donde se me ve como Pedro por su casa. Y, a nivel emocional, me han costado ciertos atrevimientos que tiene el personaje, los prontos de una persona muy reservada. Por ejemplo, hay un momento en que se harta y planta cara a alguien. Y no tiene miedo a morir...

–¿Se siente satisfecha del trabajo que ha hecho con el personaje?

–Soy bastante exigente y no le sabría decir, porque solo he visto un capítulo y algunas imágenes. He tenido la suerte de tener unos compañeros fantásticos, pero no hemos contado con el tiempo que se debería para hacer las cosas y te encuentras el primer día rodando en tu casa, que es espectacular, y te preguntas si eso colará… Hay cosas que sí que hemos podido ensayar y otras, no. Y, ¿a qué te coges? Pues a tus tablas y a los otros actores.

–¿El de Sara Grau es un papel muy diferente a todo lo que había hecho hasta ahora?

–Tengo la sensación de que sí. Seguro que, sin querer, repito algunas cosas.

–¿Usted tiene algo de Sara?

–Cierta adicción al trabajo, que tal vez comparto con ella en algún momento. Es tozuda, como yo, pero no sé si yo soy tan valiente como ella. Es verdad que yo a veces también soy más de acción que de pensamiento.

–¿Y también tiene esos claroscuros del personaje?

–Sara no engaña y es sincera. Se deja llevar por sus instintos, aunque guarda grandes secretos. Es su parte más oscura. Y todos tenemos esos claroscuros, algo que no nos gusta de nosotros mismos, que no queremos enseñar en exceso. Pero yo escondo menos cosas y soy más transparente que ella.

–¿Por qué le cuesta tanto embarcarse en la tele?

–Tengo la suerte de que me caen en las manos textos teatrales muy buenos, con un nivel muy alto. Siempre me ha dado respeto la tele. En 'Nit i dia' hay una distancia entre la tele y la realidad: es una ficción clara. En otras series, la distancia es mucho más corta y la gente se piensa que tú eres el personaje que interpretas. Y a mí cada vez me gusta más el artificio de decir que yo soy una actriz y ahora hago un personaje. En el teatro es evidente, porque la gente se desplaza a la sala. En la tele, no. Y este naturalismo televisivo no me atrae tanto. El otro tipo de registro me gusta más. Pero estoy encantada de haber hecho Porca Misèria y Vinagre…

–¿Piensa, entonces, que los textos de teatro tienen más calidad que los de televisión?

–A nivel de ficción, muchas veces tengo dilemas, porque me digo: "Es que aquí tengo un bombón". Pero nos estamos poniendo las pilas en la ficción. No estoy diciendo que haya malos guionistas, en absoluto. Pero, por lo que sea, a veces en la tele se articulan productos que a mí no me acaban de interesar o no me sorprenden. No es el caso cuando miro series de la HBO. Pero, claro, tienen un presupuesto detrás. Este es el drama.

–Hablaba antes de la premura del tiempo en la tele...

– En 'Juego de tronos' han rodado un capítulo al mes. En 'Nit i dia' hemos hecho 13 en tres meses. Que conste que esto no es 'Juego de tronos', ¡eh!, porque no hay épica ni castillos, pero también hemos de educarnos a nivel de producción para asumir que si las cosas las queremos hacer bien, requieren de un tiempo. Y ese tiempo implica dinero.

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–¿Renunció a muchos proyectos para estar en esta serie?

–Uno no podía realizarlo, y hacer el monólogo 'Conillet' y la serie a la vez fue un poco estresante, pero me preparé mucho mentalmente para no perder el tiempo y ser eficaz.

–Su nombre también sonó para otra ficción, 'Merlí'…

–Sí, es cierto, pero yo ya estaba con Nit i dia y me apetecia prepararme este personaje bien.

–¿Qué piensa cuando la comparan con Sofía Loren o Anna Magnani?

–Que me encantaría, pero no es verdad [ríe]. Me gusta mucho Italia y el cine italiano; me fascinan Fellini, Rossellini… Y me atraen esas mujeres con carácter.

–Y cuando le dicen que es la mejor actriz de su generación, ¿se siente halagada?

–No. Hago el esfuerzo de que estas cosas entren y salgan de mi cabeza. Porque no es verdad, porque tengo mucho que aprender todavía, porque hay compañeras buenísimas y mejores que yo y porque tengo muchas ganas de aprender de todos: los grandes, los pequeños... Llevo casi 20 años en la profesión y me gusta mucho ver la caña que tienen algunos actores a ciertas edades.

–En 'Nit i dia' coincide de nuevo con Pablo Derqui y Marc Martínez.

–Sí, es un regalo, porque, por ejemplo, con Marc tengo secuencias difíciles, y eso me ayuda.

–TV-3 viene de la noche del lunes de 'Merlí'. Ha dejado el listón alto.

–La serie estaba muy bien. Era muy necesario hablar de los adolescentes, porque va todo muy rápido y tienen muchas cosas que decir. Sería también un puntazo hacer un 'Merlí' con la Primaria. Porque parece que los adultos somos los que tenemos que hablar en la sociedad y no escuchamos a los niños ni a los ancianos. Y 'Merlí' ha dado voz a mucha gente y ha mostrado respeto por los adolescentes. Pero 'Nit i dia' no es esto. Es más sórdida.

–Al no prodigarse en la tele, ¿le quitan el sueño las audiencias?

–Sí, cuando hicimos 'Porca Misèria' y 'Vinagre' ya pensábamos en ello. Me preocupa un poco, porque todavía estaremos grabando cuando se estrene. Si sabes que la serie va muy bien, trabajas muy contento; pero si no ha sido así, trabajas igualmente –porque somos unos luchadores–, pero…  Ha de haber series para todos. Algunas de calidad, como 'Merlí', y otras que tienen un estilo determinado. Y no me refiero a 'Nit i dia', que es una apuesta valiente de la tele, porque no se ha había hecho nada como esto.

–Usted ha dicho que el teatro atrapa y va directo al corazón. ¿Qué es la tele entonces?

–El cine también va directo al corazón, pero la tele la tenemos un poco maltratada, aunque tiene una función muy importante, porque está siempre en casa. Todo lo que va allí tiene mucha fuerza a la hora de informar y de dirigir… Pero, como digo, la hemos maltrado, y hemos vertido cosas que no eran necesarias, hemos oído gritos y cualquier persona puede opinar. Por eso, me ha dado mucho respeto siempre.

–¿Tardaremos en verla en una ficción de emisión nacional?

–Si es buena, espero que no. No miro tanto el medio como lo que hay detrás, el mensaje y que me venga de gusto implicarme. No estoy cerrada.

–¿Le han llegado ofertas de fuera de Catalunya?

–Hago una colaboración para Canal+, 'Web therapy', inspirada en una serie de Lisa Kudrow. Tengo dos niños muy pequeños e irme a Madrid a vivir una temporada no me encaja mucho. Cuando sean más mayores, tal vez...

–¿Es verdad que huye de las alfombras rojas?

–Sí. Me siento más cómoda en un café-teatro que paseándome por una alfombra roja con un vestido largo. Se debe hacer, y se hace, pero no es lo que más me atrae.