Abrazados a un millón de euros

El gran atractivo, la gran novedad, de este nuevo concurso que acaba de estrenarCarlos Sobera en A-3 TV (Atrapa un millón) no es que unas criaturas ganen en la tele un millón de euros, sino asistir al sufrimiento de perderlo. ¡Ah! Es una variante muy imaginativa. Los concursantes, nada más entrar en el plató, ¡ya tienen el millón, ya es suyo, ya lo poseen! ¡Ah! Había que ver cómo se abrazaban al montón, a los 40 fajos de 25.000 euros. Besaban los billetes, los acariciaban, había una delectación morbosa, unternurismoreverencial, de pura adoración, por esa montaña de dinero. Esa ha sido, a mi juicio, la imagen más meditable del espacio. Escalofriante según desde qué parámetros mentales se observe: el ser humano abrazado, arrodillado casi, ante la fabulosa masa de euros, que es el nuevo Dios de la naturaleza. Y a nosotros nos reservan también un ejercicio muy hermoso: disfrutar viendo cómo lo van perdiendo. ¡Ahh! La condición humana, o sea, nosotros desde casa, sumergidos, diluidos, en ese colosal rebaño que llamamos audiencia, experimentamos una rara delectación cada vez que los concursantes van restando, y restando, y restando, la enorme fortuna que en teoría el programa les entrega. Hasta que quedan pelados como conejos, o a lo sumo, los más afortunados de esa primera noche, con 50.000 euros. Este programa va a tener mucho éxito. En una sociedad empobrecida y perdedora, reconforta ver que el vecino también pierde. Es enfermizo, si quieren, pero es la ley de la miseria: si yo no puedo comer, no soporto ver cómo otros comen a dos carrillos, tan ricamente.Carlos Soberalleva la batuta con esa maestría que ya demostró cuando hacía¿Quiere ser millonario?Le hemos notado, eso sí, un poco austero en gestos y verbo. Esperamos de él sus morcillas, sus comentarios al vuelo, sus golpes de efecto. Entretienen.

OTROS MILLONES.- Iridiscente noche la que nos ofreció TVC la semana anterior: enSingulars(El 33) apareció el punzante analista de la economíaSantiago Niño Becerra; y paralelamente, enÀgora(TV-3), el director general de CatalunyaCaixa,Adolf Todó. ¡Ah! Todo un contraste, sí señor.Todó,dentro de una opaca cautela, transmitía sosiego.Niño Becerra,en cambio, era apocalipsis en efervescencia. En particular, cuando aseguró que la actual perversión económica produce que«los vecinos de Pedralbes vivan seis años más que los de Ciutat Vella». ¡Ahhh! ¡Busco piso en la calle de Caballeros!