ALERTA DE LA POLICÏA

Nueva oleada de falsos secuestros exprés con 40 casos este fin de semana

Son estafadores que llaman a números al azar para hacer creer a sus víctimas que han raptado a su hijo

Agentes de la Policía en la inauguración de la comisaría de la Verneda, en Barcelona.

Agentes de la Policía en la inauguración de la comisaría de la Verneda, en Barcelona. / periodico

GUILLEM SÀNCHEZ / BARCELONA

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A usted también le puede llamar un desconocido para asegurarle que ha secuestrado a su hijo. Si no tiene ningún hijo, la llamada se terminará al instante. Pero si lo tiene, y se lo confirma al interlocutor misterioso que le avasalla telefónicamente, acaba de morder el anzuelo de una estafa despiadada: el secuestro virtual exprés

El 'modus operandi' es siempre el mismo. El delincuente elige un número de teléfono al azar, habitualmente un fijo, y llama. En cuando descuelga un ciudadano desprevenido al otro lado, activa una cascada de amenazas. Su objetivo es convencerle de que debe hacer un ingreso inmediatamente en una cuenta bancaria que él le facilita porque tiene secuestrado a su hijo, a su madre o a su esposa. Pero la verdad es que no hay ningún ser querido secuestrado. Es todo mentira.

“Buscan a víctimas españolas porque las del resto del continente sudamericano ya no pican. Aquí se habla el mismo idioma -el castellano- y todavía somos ingenuos”, explica Alberto C., inspector jefe de la sección de secuestros de la policía nacional. Este fin de semana se ha confirmado en todo el estado una “segunda oleada” de secuestros virtuales. Entre el sábado y el domingo, solo la policía nacional recogió “40 denuncias” por estos hechos. Estos datos no incluyen las recogidas por la Guardia Civil o los Mossos d'Esquadra

SEGUNDA OLEADA

El año pasado tuvo lugar durante el mes de febrero un repunte de estas estafas preocupante, el ritmo de denuncias se elevó hasta las 15 o 20 diarias. Se tomaron dos medidas para contenerlo: “más prevención y enviar una dotación de policías al lugar de donde procedían: Chile”. 

El inspector jefe Alberto cuenta que la delegación pronto localizó las llamadas y el rastro del dinero que habían cosechado. Apuntaban a un centro penitenciario ubicado en Santiago de Chile. Los que llamaban eran reclusos. Como está ocurriendo ahora. Y “mientras el balance entre el coste de las llamadas y el dinero recaudado por las víctimas que se tragan el engaño sea positivo, no se detendrán”, avisa. Porque prisioneros en la cárcel “tienen todo el del mundo”, lamenta. 

Esta vez, a diferencia del año anterior, los investigadores solo tienen constancia de unos pocos ciudadanos que hayan finalizado la llamada acudiendo a una entidad bancaria para hacer la transferencia que se exige para liberar al ficticio rehén. Pero algunos ciudadanos, siguen picando, y pagando. 

La policía difunde algunos consejos para desenmascarar estas llamadas. El primero es “desconfiar” de números “ocultos” o con prefijos chilenos (0056). “Si la víctima desconfía ya se ha obtenido una primera victoria”, subraya el inspector jefe. El segundo es no dejarse amedrentar por un interlocutor que no da tregua con el propósito de nublar el raciocinio del estafado. “Conviene repreguntar para dejar en evidencia al agresor”, insiste. El tercero es llamar a la policía para pedir ayuda o para, por ejemplo, “localizar al menor si en ese instante sus padres desconocen su paradero”.  

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“VENDEREMOS SUS ÓRGANOS”

Estos delitos son juzgados como simples estafas pero sus víctimas “viven el calvario de un secuestro real”, subraya el inspector jefe. Las secuelas psicológicas que deja este sobresalto son, quizá, el mayor daño que causan. Porque la cantidad de dinero que piden es sensible pero no algo desorbitado, “entre 500 y 1.000 euros”.

Son llamadas brutales, algunas de las amenazas que se blanden son “vamos a descuartizar a tu hijo” o “venderemos sus órganos”, detalla el policía. Para camuflar la procedencia chilena de su acento, “se aprenden palabras y expresiones españolas”. Ahora en lugar de asegurar “que tienen a tu hijo” lo que dicen es que “tienen a tu familiar”. 

El inspector jefe remarca que la estrategia más útil para combatir esta estafa es la prevención, para que el ciudadano sepa lo que debe responder: "mi hijo no está secuestrado".