ENTREVISTA

Cassandra: "Ha sido muy injusto. Llegaremos hasta el Tribunal Europeo si es necesario"

La tuitera condenada por los chistes de Carrero Blanco confiesa que está "muy asustada" porque le han destrozado su futuro

La tuitera Cassandra, el pasado 22 de marzo, en el juicio.

La tuitera Cassandra, el pasado 22 de marzo, en el juicio. / periodico

MANUEL VILASERÓ / MADRID

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Cassandra Vera lleva mal esta fama sobrevenida por una sentencia que ni siquiera acaba de comprender. Tiene solo 21 años y no se quita de la cabeza que su proyecto de vida se ha ido al traste. Después de atender a una decena de medios de comunicación desde las ocho de la mañana, hace un esfuerzo para responder a nuestras preguntas.

--¿Cómo te encuentras?

--Agotada, asustada y nerviosa con lo que va a pasar con mi futuro. La inhabilitación absoluta de siete años hace que no pueda tener derecho a beca. Y es fundamental para que pueda seguir estudiando, porque soy becaria desde el primer curso. Y estudio gracias a eso. Con ella pagaba los mil euros que me cuesta la matrícula.

--¿Qué estudias?

--Estoy en segundo curso del grado de Historia.

--Te ibas a dedicar a la docencia.

--Sí, es mi proyecto de futuro. Me lo han destrozado. La inhabilitación me impide el acceso a cualquier cargo público. No puedo ser funcionaria.

--Entiendo que tus padres no te pueden ayudar económicamente.

--Mi padre cobraba los 410 euros por estar en el paro de larga duración. Tienen esta ayuda y vivían de eso, pero no sé si la siguen cobrando porque no tengo mucho contacto con ellos. No viven en Murcia.

--Tu condena ha despertado un gran movimiento de solidaridad que a lo mejor te alcanza para continuar con tu formación.

--Sí. He puesto una cuenta de paypal para pagar las costas del juicio y los estudios.

--¿Qué balance haces de las reacciones que ha suscitado la sentencia?

--La inmensa mayoría de la gente me está dando su apoyo. No solo figuras públicas, como diputados de Unidos Podemos y sus confluencias, sino gente anónima en la red, que me han prestado todo su apoyo porque mi situación es muy injusta.

--¿Vais a recurrir?

--Sí. Ante el Tribunal Supremo y, si fallara en nuestra contra, iríamos al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que es al final quien defiende a las personas como yo que los han visto vulnerados.

--¿Lo volverías a hacer?

--No, pero no porque me arrepienta, sino por todo lo que ha pasado.

--Tu entorno familiar, los amigos, ¿te han apoyado?

--Todos me han apoyado desde el principio, la verdad. Ha sido un alivio tenerlos ahí.

--Como transexual debes estar acostumbrada a ir contracorriente. Colaboras, creo, además, en los movimientos LGTB.

--Sí, estoy inmersa en esos movimientos, pero prefiero no hablar de este tema.

--¿Te imaginabas cuando hicistes esos chistes que podrían acabar con una condena de cárcel?

--No. Nunca pensé que podrían condenarme. Entre otras cosas porque los chistes sobre Carrero Blanco son un humor muy repetido a lo largo y ancho de toda España.

--Hay gente que en Twitter te ha reprochado haber hecho otros chistes deseando la muerte de Cristina Cifuentes cuando tuvo el accidente de moto.

--La verdad es que ni siquiera recuerdo si los hice. Los he buscado y no los encuentro. Yo tendría por entonces 15 ó 16 años. Alucino con que incluso gente conocida se dedique a buscar estos tuit que igual son 'fakes', porque, repito, yo no recuerdo haberlos hecho.

--¿Gente conocida?

--Sí. Beatriz Talegón, por ejemplo. Si a alguien le interesan los tuits que hizo una cría de 15 años es que tiene un problema. El problema de Talegón es que es un cadáver político y tiene que buscar fama.

--Tú, por supuesto, nunca has deseado la muerte de nadie.

--Eran chistes y ya está. Todo tiene ese contexto. Es muy triste que se pongan a buscar tuits del 2012. Incluso hay gente que, como quiero ser profesora, dice haber encontrado tuits míos diciendo que odio a los niños. El nivel de patetismo de este vertedero que es Twitter es acojonante.

--¿Vas a seguir en la red social?

--Sí. No sé qué futuro tengo, pero sigo en Twitter.

--Te veo ya muy harta.

--Un poco. Es que estoy muy tocada.